En la República Democrática del Congo (RDC), decenas de miles de mujeres y adolescentes son víctimas de la violencia sexual del ejército, alertó este jueves la organización Human Rights Watch (HRW).
En su informe "Soldados que violan, comandantes que permiten: violencia sexual y reforma militar en la RDC", el grupo documenta los constantes abusos cometidos por miembros de las Fuerzas Armadas y las limitadas acciones del gobierno y de los países donantes para frenar el problema.
La investigación se concentra en la conducta de la Brigada 14 del ejército como un ejemplo del generalizado problema de la violencia sexual cometida por uniformados. La brigada ha estado implicada en varias violaciones en las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur, por lo general en el contexto de saqueos masivos y otros ataques contra civiles.
A pesar de la amplia información sobre la situación, autoridades militares, políticas y judiciales congoleñas no han dado pasos decisivos para cambiarla, señala el informe.
Otras organizaciones armadas cometen los mismos delitos, pero el ejército nacional, por estar desplegado en todo el territorio y tener un gran número de miembros, es el mayor responsable.
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"Hemos visto progresos en el juicio a soldados comunes por violencia sexual", dijo Juliane Kippenberg, investigadora para África de la División de Derechos de la Infancia de HRW. "Pero los altos oficiales del ejército siguen sin ser tocados. Sus propios delitos y su responsabilidad por los crímenes de sus soldados deben ser investigados", añadió.
El ejército congoleño inició operaciones militares contra los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor en diciembre de 2008 en el norte del país, luego de una ofensiva un mes antes en el este contra las milicias hutu de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR).
Desde entonces, los rebeldes y el ejército congoleño combinados han asesinado a más de 1.500 civiles, violado a miles de mujeres y adolescentes, secuestrado a cientos de adultos y niños e incendiado miles de hogares, a veces aldeas completas, según grupos de derechos humanos.
La violencia sexual del ejército se ha propagado a pesar de algunos esfuerzos del gobierno y de la comunidad mundial. A comienzos de este mes, ante la intensa presión de grupos internacionales, la administración del presidente Joseph Kabila reconoció públicamente la necesidad de una política de "tolerancia cero" ante las violaciones a los derechos humanos cometidas por el ejército.
Las autoridades castrenses instruyeron a sus soldados sobre su deber de proteger a la población, y les alertaron que cualquier crimen sería castigado.
"La tolerancia cero es un intento noble, pero carece de sentido si no se juzga a los comandantes más responsables de las violaciones", sostuvo Kippenberg. "El gobierno congoleño, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) y otros han hecho mucho para apoyar a las víctimas de la violencia sexual, pero menos para acabar con la atmósfera permisiva que la causa".
El informe fue presentado dos días después de la presentación de una investigación realizada por la organización Oxfam, señalando que la violencia sexual se incrementó drásticamente desde que comenzó la ofensiva. El grupo encuestó a 569 civiles en 20 comunidades afectadas por el conflicto en Kivu del Norte y Kivu del Sur.
"La ofensiva contra las FDLR tenían el objetivo de llevar paz al este del Congo, pero nuestro estudio indica que las personas viven en constante miedo a ataques", dijo Marcel Stoessel, jefe de Oxfam en la RDC.
"Los resultados de la investigación deben ser un llamado al despertar para aquellos en el Consejo de Seguridad de la ONU que apoyan la actual ofensiva militar. En sólo cinco comunidades, las personas dijeron que el ejército les daba seguridad. Muchos encuestados respondieron que temían por igual al ejército y a las FDLR. Los congoleños necesitan un ejército que los proteja, no que los cace", agregó.
La ONU, la Unión Europea y otros donantes han provisto asistencia al Congo para reformas militares, incluyendo capacitación de los uniformados en derecho humanitario internacional y ayudarlos a mejorar su estructura de comando. También brindan un crucial apoyo a las instituciones de justicia del país, incluyendo las militares.
En su informe el 10 de julio ante el Consejo de Seguridad, el jefe de las operaciones de paz en la RDC, Alan Doss, se refirió al aumento de las violaciones, al señalar: "También hemos visto violencia contra las mujeres y las adolescentes en provincias que han estado en paz por muchos años".
En marzo, las fuerzas de la ONU en la RDC desarrollaron una completa estrategia para combatir la violencia sexual y fue apoyada por el gobierno. Por su parte, representantes del Consejo de Seguridad, durante su visita al Congo el 18 y 19 de mayo, entregaron a Kabila una lista de cinco altos oficiales del ejército acusados de violación y le pidieron que tomara acciones.
"Puedo informar que el presidente Kabila ha dado órdenes para la inmediata remoción (de los oficiales) de sus puestos de comando, mientras que el Ministerio de Defensa instruyó al fiscal militar para que inicie procedimientos legales contra ellos", dijo Doss.
Sin embargo, HRW señala que ninguno ha sido arrestado. La organización llamó a considerar la creación de una "cámara mixta", integrada tanto por jueces congoleños como extranjeros, para poder superar la debilidad del sistema judicial del país.