La mexicana Pilar M. planea acudir a votar este domingo y su acompañante será la indecisión. «Aún no sé por quién votar, no hay propuestas, no hay buenos candidatos», lamentó esta asistente administrativa ante la consulta de IPS.
Agobiados por las crisis política, económica y de seguridad que azotan al país, unos 77 millones de mexicanas y mexicanos inscritos en el padrón electoral están convocados para acudir a las urnas en los llamados comicios intermedios del periodo presidencial.
Estos comicios son para renovar los 500 escaños del parlamento, los gobiernos de seis de los 32 estados del país, 606 alcaldías, 12 legislaturas locales y 16 jefes de las demarcaciones en que está dividida la capital mexicana.
La ciudadanía ha padecido una campaña desangelada, caracterizada por la ausencia de propuestas sólidas y el dominio de los spot de televisión y de radios diseñados cual mercadotecnia política. Por eso asistirá a las urnas tapándose la nariz.
La mayoría de las encuestas, cuya divulgación está prohibida en el país desde el miércoles en simultáneo con el cierre de las campañas, da la preferencia del voto al opositor e histórico Partido Revolucionario Institucional (PRI), seguido de cerca por el gobernante y conservador Partido Acción Nacional (PAN). Relegado aparece el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).
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"El PRI y el PAN tienen que ponerse de acuerdo sobre algunas iniciativas de ley. Porque el primero necesita dinero para sus 18 gobernadores en el presupuesto de 2010, que va ser muy, muy restringido", dijo sobre del panorama postelectoral a IPS George Grayson, especialista en temas mexicanos de la estadounidense Universidad William and Mary.
"El PRI y el PAN pelearán jurídicamente varios distritos y puede ser que algunos estados, pero todo razonablemente en paz. Muy abajo (viene) el PRD, y mucho más abajo partidos pequeños, algunos de los cuales puede perder el registro", anticipó a IPS el analista político Macario Schettino.
Los electores se pronunciarán sobre la situación económica y el estado de la seguridad en el país.
En el primer caso, el panorama apareced desolador al punto de que la mayoría de las estimaciones indican que el producto interno bruto caerá este año entre seis y 10 por ciento. La recaudación fiscal ya mermó 20 por ciento y el consumo doméstico se contrajo 25 por ciento.
En tanto que las ejecuciones extrajudiciales relacionadas con el crimen organizado ya llegan a 3.446, según conteos periodísticos, a pesar del despliegue de unos 10.000 soldados ordenado por el presidente Felipe Calderón para combatir el narcotráfico.
La izquierda, representada por el opositor PRD, parece encaminada a sufrir un fuerte descalabro, a causa de sus divisiones internas suscitadas entre su máximo dirigente, Jesús Ortega, y el ex candidato presidencial Andrés López Obrador.
"El PRD saldrá muy fracturado. Debe partirse en dos después de las elecciones", previó Schettino.
El gran protagonista este domingo parece que será el voto anulado, impulsado por al menos 43 organizaciones no gubernamentales que han formado el llamado Movimiento Nacional por el Voto Nulo.
Con el canto de batalla en ristre "para políticos nulos, votos nulos", el movimiento presenta entre sus propuestas la reducción del número de diputados, una baja en el financiamiento de los partidos, la creación de mecanismos de consulta como el referéndum, el plebiscito y la revocación de mandato, la aprobación legal de las candidaturas independientes y el valor legal del sufragio anulado.
Las encuestas otorgan al voto anulado una intención de entre tres a 25 por ciento, mientras que la abstención llegaría a 70 por ciento según previsiones del Tribunal Electoral del Poder Judicial. Pero esto último no es un fenómeno nuevo en la vida electoral mexicana, pues en los comicios de 1997 registró 42 por ciento y en 2003 fue de 58 por ciento.
"Las organizaciones han puesto sobre la mesa el análisis razonado del voto, y algo que a los políticos les hace ruido, la expresión del descontento de un sistema que no funciona", declaró a IPS Alberto Serdán, portavoz de la iniciativa "Esperanza Marchita", impulsada por el movimiento.
El activista explicó que las organizaciones no gubernamentales pueden lograr la inclusión de su agenda en el debate legislativo mediante "una articulación de las cosas que nos unen para poder presionar para que los partidos y los gobernantes se sientan exigidos a rendir cuentas".
Este movimiento surgió en junio movido por las redes virtuales de Internet, celebró su primera asamblea general el día 30 de ese mismo mes y la reeditará el 18 de julio en la noroccidental ciudad de Guadalajara, a unos 550 kilómetros de la capital mexicana.
El voto nulo puede influir en la composición del futuro parlamento, además de que puede significar la vida o la muerte para los partidos pequeños.
"La estrategia es contraproducente, pero representa la frustración de los mexicanos que encuentran un Congreso legislativo insensible a la gente de la calle", expresó Grayson.
La campaña electoral ha significado también el uso potente de las redes sociales de Internet, como Facebook, Youtube y Twitter, mediante los cuales los candidatos y las organizaciones sociales han promovido sus mensajes.
Los analistas estiman que estos comicios definirán el rumbo de los tres años que le quedan a la gestión de Calderón. Luego de las votaciones intermedias de 2003, el gobierno del entonces presidente Vicente Fox quedó paralizado luego de que el gobernante PAN perdiera el control del Poder Legislativo.