MUJERES-UGANDA: Presión contra la violencia doméstica

«Hombre obliga a esposa a dar de mamar a cachorros», señala un diario en un gran título de tapa. «Jefe de policía dispara contra su esposa», dice otro. «Hombre maltrata a su esposa por la carne», agrega un tercero. Todos ellos forman parte del paisaje cotidiano en la prensa de Uganda.

Las mujeres reportan diariamente haber sobrevivido a diferentes en sus hogares abusos físicos, sexuales, emocionales e incluso económicos.

Uganda no tiene una legislación que penalice la violencia doméstica. El parlamento tiene en sus manos un proyecto al respecto, que, sin embargo, las activistas por los derechos de la mujer señalan críticas y se manifiestan determinadas a corregirlo.

Casi 70 por ciento de las ugandesas han experimentado algún tipo de ataque en sus hogares, según la Encuesta Nacional Demográfica y de Salud 2006 realizada en este país.

Las más afectadas son las poblaciones más empobrecidas y con menos educación. Estas mujeres dependen del Estado para protegerse de los daños que puedan causarles sus parejas.
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Los responsables de la violencia doméstica habitualmente presentan en su pasado abandono familiar y cargan con otros delitos, como asesinatos, agresiones, violaciones y abusos sexuales a menores de edad.

A veces, funcionarios policiales o judiciales envían a las mujeres de regreso a sus casas, diciéndoles que lo suyo "es un asunto de familia".

No hay ningún registro de datos sobre casos de violencia doméstica. Sin embargo, al estudiar las estadísticas policiales sobre delitos desde 2008, se puede hallar 137 casos de asesinato a consecuencia de incidentes domésticos. Más de 1.500 fueron acusados de violación y se abrieron 2.226 causas por abandono infantil.

En otros casos se habla de agresión, entonces "no se puede saber si fue entre una pareja o no", dijo Christine Nandin, directora de la Unidad de Protección Familiar e Infantil, en la sede de la policía nacional en Kampala.

PREVALENCIA

Betty Aol Ocan, una parlamentaria que representa al septentrional distrito de Gulu, describió a la violencia familiar como un problema "muy grande".

"La mayoría de los delitos reportados a la policía en el norte de Uganda son principalmente ataques en el ámbito de los hogares. Por ejemplo, la 'profanación' (como se conoce a la violación a un menor bajo la ley nacional). Pero también hay muchos otros que no se informan", señaló.

Ocan culpa de la alta incidencia de la violencia doméstica en el norte del país al conflicto armado interno de 22 años que forzó a dos millones de personas a vivir en campamentos de desplazados.

"A veces los hombres quedan sin nada y, en una cultura donde se sostiene que es el proveedor o el sustento económico de la familia, cuando no puede hacerlo se vuelve agresivo. Esperamos que este proyecto de ley sobre violencia doméstica ayude" a superar estas gravísima situación, dijo Ocan, quien también es secretaria general de la Asociación de Mujeres Parlamentarias de Uganda.

Pero la violencia en base al género no se restringe al norte.

"Cuando uno pasa un día en la Unidad de Protección Familiar e Infantil de cualquier comisaría, se ve que hay un mínimo de cinco casos que llegan con diferentes circunstancias de violencia doméstica", narró Nandin.

"Algunos casos pueden registrarse, mientras que otros no, por su naturaleza 'doméstica'. Así que simplemente las asesoramos. Por lo tanto lo que más hacemos es hablar, porque no tenemos una ley confiable", agregó.

LAS CAUSAS

La cultura, la dependencia económica y la impunidad son las principales razones de la persistente violencia familiar en la sociedad africana, según Rita Aciro Lacor, coordinadora nacional de la Red de Mujeres de Uganda, que reúne a las organizaciones no gubernamentales dedicadas a estos temas en el país.

"Hay cuestiones culturales como que es socialmente aceptable que una mujer sea golpeada de vez en cuando por su esposo. Pero también hay asuntos de dependencia económica de la mujer respecto de su cónyuge. Así que no pueden hacer sus propias opciones y terminan sufriendo mucha violencia", agregó.

"Muchas más mujeres están adquiriendo poder, y desafortunadamente los hombres no hacen frente a esa situación. Y el resultado final de eso es la violencia, porque piensan que al golpear a una mujer están intentando derribarla y controlarla", explicó Lacor.

DESAFÍOS

El proyecto presentado en junio en el parlamento establece pena a la violencia ejercida entre personas unidas por una relación doméstica. Busca así proteger a las víctimas quienes padecen la violencia doméstica, castigar a los perpetradores y fijar criterios para los tribunales sobre la protección y compensación de mujeres abusadas.

Define una relación doméstica como "una relación de familia o afín, o una (que se establece) en un entorno doméstico que existe o existía entre una víctima y un perpetrador". Estas relaciones incluyen a las que tienen lugar entre cónyuges, otros familiares y trabajadoras domésticas.

"De aprobarse, esta ley fortalecerá a las ya existentes y abordará la incidencia rampante de la violencia doméstica", dijo Ocan.

Sin embargo, Lacor no está tan segura de que alguna vez el proyecto se convierta en ley. "Es demasiado pronto para que celebremos. No lo vamos a hacer hasta que veamos aprobarse este proyecto y el presidente lo haya promulgado", expresó.

Nandin coincidió en que "el otro desafío es la actitud de la sociedad". "Ésta prefiere usar la reunión del clan o el sistema patriarcal para solucionar los conflictos familiares. Si una va a la policía, entonces se vuelve un problema para todo el clan", apuntó.

Algunas mujeres incluso retiran las demandas contra sus cónyuges, dijo.

"Otra norma cultural dice que los trapos sucios no se lavan en público. Así que las mujeres prefieren guardarse para ellas los abusos domésticos", explicó.

Pero, pese a esto, las mujeres activistas no se cruzan de brazos. Quieren que se apruebe una ley, y rápidamente.

"Las organizaciones feministas han pasado noches en vela presionando a los diferentes actores y centros de poder, ante el parlamento, el Poder Judicial y el Ministerio de Justicia y Asuntos Constitucionales, para que se aprueben leyes sensibles al género. Que este proyecto se convierta en ley será un paso adelante", señaló Lacor.

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