INDIA-PAKISTÁN: Nuevo enfoque hacia la paz

Si los líderes de India y Pakistán buscaban soluciones originales a la disputa por la provincia de Cachemira y al terrorismo transfronterizo, no podían haberlo hecho mejor que a través del comunicado conjunto divulgado esta semana en el balneario egipcio de Sharm El-Sheikh.

Después de considerar "toda la gama de las relaciones bilaterales", los primeros ministros Manmohan Singh, de India, y Yousaf Raza Gilani, de Pakistán, reconocieron el jueves que el terrorismo era la principal amenaza para los dos países.

Ambos emitieron un comunicado conjunto en Egipto, en el marco de la cumbre del Movimiento de Países No Alineados.

Lo destacable es que los líderes coincidieron en la necesidad de separar el actual proceso de diálogo bilateral de su respectiva lucha antiterrorista.

Aun más curioso es que Cachemira no fue mencionada en la declaración –no está claro si se discutió en forma privada—, pero la occidental provincia pakistaní de Balochistán ocupó un lugar primordial.
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Las agencias de inteligencia pakistaníes han acusado reiteradamente a India de respaldar e incluso armar a grupos separatistas en Balochistán. En Sharm El-Sheikh, Gilani hizo referencias a esas denuncias, y Singh respondió que su gobierno no tenía nada para ocultar y estaba dispuesto a discutir el tema.

Analistas indios señalan que al incluir a Balochistán en la declaración, Pakistán le cambió el juego a India, país que siempre se ha presentado como víctima del terrorismo y no como perpetrador.

Como era esperable, Singh fue objeto de duras críticas en su país de parte de los parlamentarios del derechista opositor Partido Bharatiya Janata por haber separado el tema de la lucha antiterrorista del proceso de diálogo.

Este proceso, iniciado hace cinco años, fue suspendido por India como respuesta a los ataques terroristas en la occidental ciudad de Mumbai en noviembre de 2008, en los que murieron 180 personas.

Singh defendió la nueva postura india señalando que la lucha contra el terrorismo no debía estar atada a la solución de otros temas.

El primer ministro explicó a los legisladores que buscaba acercarse a Pakistán, pues era "la única forma de hacer realidad la visión de una estable y próspera Asia meridional", y señaló que su gobierno estaba dispuesto a "ir más de medio camino" si Islamabad creaba las condiciones para "un diálogo significativo".

Lal Krishna Advani, líder de la oposición en la Lok Sabha (cámara baja del Parlamento indio), sostuvo que, al separar el terrorismo del proceso de diálogo, Nueva Delhi había capitulado a las demandas pakistaníes siete meses después de los atentados en Mumbai.

Advani instó a los miembros de su partido a abandonar la cámara, boicoteando la sesión parlamentaria.

Por su parte, el Partido Comunista Marxista de India, de Sitaram Yechury, sostuvo que el gobierno parecía estar actuando bajo presión de Estados Unidos, que tiene mucho en juego en Pakistán, país que representa la primera línea en la guerra contra el terrorismo en el vecino Afganistán.

Probir Purkayastha, respetado comentador y activista por la paz, opinó que la declaración era un síntoma de la creciente proximidad tanto de Islamabad como de Nueva Delhi con Washington, que parece jugar un mayor papel de mediador entre los dos rivales atómicos de Asia meridional.

"A India le gustaría tomar la postura de que es lo suficientemente grande como para dialogar directamente con Pakistán, pero, cada vez que ocurre un atentado terrorista, apela a Washington", dijo a IPS.

Como anticipo a su viaje oficial de cinco días a India, que comienza este viernes, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, escribió una columna en el periódico Times of India, señalando que tanto Nueva Delhi como Washington debían "estimular a Pakistán para que confronte el desafío del terrorismo violento".

"La necesidad de reanudar las conversaciones era primordial, y lo que acaba de ocurrir es una respuesta inteligente a la difícil situación interna de Pakistán", sostuvo Purkayastha. "Es irresponsable decir que no nos preocupan los problemas internos de Pakistán, o creer que Pakistán es una sola masa homogénea".

"La mención de Balochistán en la declaración de Sharm El-Sheikh podría verse como una concesión a Gilani para darle capacidad de maniobra en el espacio político de Pakistán", añadió.

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