GRIPE-TAILANDIA: La vida detrás de la mascarilla

A Pattadol Piboonsak lo paralizó el miedo. Sufría una fiebre elevada y los síntomas usuales de gripe. «Pensé que había contraído el nuevo virus», el A/H1N1, dijo Piboonsak, de 27 años y residente en la capital de Tailandia.

Pero tuvo suerte. La gripe que contrajo la semana pasada era de la variedad común, es decir, la denominada "estacional". Para el fin de semana, ya se había recuperado por completo.

El miedo no se terminó. "Comencé a usar una mascarilla cada vez que iba a lugares públicos. Tengo miedo de contraer el virus A/H1N1", declaró.

Sunanta, de 28 años, es empleada en una oficina postal. También usa mascarilla. "La uso desde mayo, cuando me enteré del nuevo virus. Seguiré usándola en el trabajo hasta que el virus se vaya", dijo.

Cada vez más tailandeses recurren a la mascarilla. Cada vez más tailandeses sufren el contagio del virus A/H1N1.
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Con más de 4.000 casos registrados, este país es el más golpeado por la pandemia en Asia. En casi toda Bangkok se aprecian las mismas medidas de precaución personal. Sobre todo, las mascarillas que lucen los pasajeros del tren metropolitano.

Esta semana, el municipio de la capital cerró 435 escuelas públicas, 200 policlínicas y 13 centros de capacitación laboral, en este último caso por cinco días.

La preocupación por la pandemia de la gripe A/H1N1 a través de este país del sudeste asiático, poblado por 65 millones de personas, es comprensible.

A mediados de mayo, cuando Tailandia fue sede de una reunión regional de ministros de salud para considerar cómo combatir el nuevo virus, todavía no había casos registrados en el país. Los únicos en el área eran, hasta entonces, tres en Hong Kong y uno en Corea del Sur.

Hasta ahora murieron 24 personas a causa de la enfermedad y 4.000 casos registrados, según las autoridades.

La mortalidad asciende a 0,4 por ciento, o cuatro casos fatales cada 1.000 registrados. Esto ubica la mortalidad nacional en un nivel dos, es decir, manejable, según los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda cerrar las fronteras al alcanzar el nivel cinco.

En China, el gigante regional, se registraron más de 2.000 casos en la primera semana de este mes. En Japón, 1.790; en Filipinas, 1.709, y en Singapur, 1.055, indicó la OMS.

La estrategia de las autoridades tailandesas es recomendar mentiras que enlentezcan la propagación del virus más que tratar de restringir los movimientos de los infectados.

"Éste no es el momento de contener el virus. Los esfuerzos deben dirigirse a la mitigación", dijo el médico Somchai Peerapakorn, de la oficina nacional de la OMS. "No se puede detener el virus. Debemos enlentecer su propagación protegiendo a los habitantes."

"Éste es un nuevo virus. Nadie puede decir qué sucederá en los próximos días. Las medidas deben guardar proporción y ser razonables con la situación de cada país", indicó.

El perfil de los enfermos da argumentos a esta estrategia.

"Las características de los infectados son bastante similares a las de los que contrajeron la enfermedad en todo el mundo", dijo el médico Supamit Chunsuttiwat, experto en prevención del Ministerio de Salud Pública de Tailandia.

Pero la incertidumbre es mayor aquí que en países vecinos pobres con mala infraestructura sanitaria, como Birmania, Camboya y Laos. Eso se debe a la porosidad de las fronteras de Tailandia. "La cantidad real de casos podría ser mucho mayor", dijo Supamit a IPS.

Tailandia es uno de los países más abiertos de la región. Por lo tanto, recibe un intenso flujo de turistas, factor que lo vuelve más vulnerable al virus que otros países con menor tráfico aéreo.

"La alta propagación del virus se debe a nuestra alta exposición", explicó Supamit. "Le damos la bienvenida a muchos turistas. Países más pequeños con menos exposición tienen un riesgo menor."

La OMS confirmó el lunes que la nueva gripe es "irrefrenable" y recomendó a todos los países buscar una vacuna.

El virus, que se propagó por América del Norte entre marzo y abril, ha infectado a cerca de 100.000 personas en todo el mundo, de las cuales 429 murieron.

La velocidad con que el virus se trasladó desde las antípodas a Tailandia marca una nueva realidad.

"Dada la globalización y la gran cantidad de viajes internacionales, al virus le toma seis semanas para propagarse", sostuvo el médico Somchai. "En pandemias anteriores, insumía seis meses."

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