AMBIENTE-BRASIL: Viaje al autobús de agua

Con el lanzamiento del primer autobús impulsado a hidrógeno de América Latina, el gobierno de esta meridional ciudad brasileña dio el primer paso para tener en el futuro una flota de transporte público ambientalmente sustentable.

La iniciativa de la Empresa de Transporte Urbano (EMTU) del gobierno de Sao Paulo recorrerá en breve el llamado "corredor metropolitano ABC", una ruta de 278 kilómetros exclusiva para autobuses que recorre el suburbio de esta ciudad de unos 20 millones habitantes, entre los barrios de São Mateus y Jabacuara.

El coordinador del Programa de Desarrollo del Ómnibus Movido a Hidrógeno de la EMTU, Carlos Zundt, indicó que se trata del primer vehículo del transporte público que utiliza ese combustible en América Latina, un proyecto posible gracias al apoyo de entes públicos, privados e internacionales como el Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

A diferencia de un motor diésel, donde la energía se genera a partir de un proceso de combustión que quema el combustible de origen fósil, el movido a hidrógeno se origina en una reacción química, explicó a Zundt a IPS.

"Con el hidrógeno no hay combustión. Es simplemente una reacción química, a través de la cual el hidrógeno y el oxígeno generan agua", sintetiza.

La locomoción del vehículo tiene lugar cuando el hidrógeno, almacenado en los tanques del autobús ubicados en su parte superior, es sometido a ese proceso electroquímico que genera energía eléctrica. Dicha energía es encaminada a los motores de tracción del vehículo que es lo que hace que se mueva.

La diferencia, según el especialista, es la que cuenta a favor del hidrógeno como fuente limpia de energía.

"El motor a combustión funciona a partir de la quema de combustible, lo cual genera la energía que es lo que hace mover el motor, pero al mismo tiempo genera humo con polución y partículas", compara.

Exactamente 480 contaminantes emitidos por el caño de escape de los vehículos con motor diésel, principales responsables de la contaminación ambiental de São Paulo, según el experto. En cambio, en el caso del autobús movido a hidrógeno, lo que emite el vehículo es apenas vapor de agua, es decir "emisión cero de contaminantes", subrayó.

"Hoy la contaminación de la ciudad de São Paulo y el llamado Gran São Paulo (zona metropolitana) se debe a los vehículos diésel, por lo cual una tecnología como ésta puedo tener en el futuro un transporte público con emisión cero de contaminantes, es decir, un vehículo totalmente ecológico", añadió.

El ómnibus movido a hidrógeno es todavía un poco más caro que los tradicionales –a un valor todavía no divulgado— pero el ahorro, dicen sus creadores, se percibe en otro tipo de cuentas.

"Tendríamos que computar también los problemas de tipo respiratorio que hoy tenemos en los hospitales de grandes ciudades de Brasil, como São Paulo, que son muy altos para el gobierno", explica el funcionario del EMTU.

En el mismo trayecto que realizará el movido a hidrógeno, el autobús tradicional gasta en promedio 270 litros, uno por kilómetro, equivalentes a "180 litros emitidos en humo", según Zundt.

En cambio destaca que el ómnibus a hidrógeno aprovecha 90 por ciento de energía, equivalentes a 900 gramos de hidrógeno por cada kilómetro. El resto vuelve al sistema del vehículo para ser reutilizado.

Subraya que otra ventaja ambiental de esta tecnología es que no produce contaminación auditiva. Como el motor no funciona a combustión, el ruido emitido es muy suave, una ventaja esencial también para los conductores del transporte público como Bras Minuceli, quien dirigirá el primer autobús a hidrógeno.

"Este carro (vehículo) en relación a los otros es mucho más placentero para trabajar todo el día. No tiene ruido y es muy suave para manejar, o sea uno no se cansa tanto", resume Minuceli en diálogo con IPS.

Un informe del EMTU destaca que Brasil es el quinto país en el mundo en dominar esta tecnología junto a Estados Unidos, China, Alemania y Japón.

Pero el ómnibus brasileño, uno de los 78 existentes en el mundo, sería el más barato, según Zundt, además de que tiene algunas diferencias desde el punto de vista tecnológico.

La principal es que se trata de un vehículo "híbrido", es decir que además de funcionar a hidrógeno puede utilizar unas baterías adicionales, cargadas cada vez que hay un exceso de energía.

En el caso del corredor del Gran São Paulo, el autobús tiene autonomía para circular durante 300 kilómetros con hidrógeno y 50 kilómetros más con el sistema adicional de baterías.

El gobierno de São Paulo, que trabaja en sociedad con varias empresas privadas de automotores, considera otro factor que en el futuro podría reducir costos de producción. Por ser más barato, podría exportarlo.

En términos de costo para los sistemas públicos de transporte como el de ese estado brasileño, también cuenta como diferencial el tiempo de vida útil de los autobuses a hidrógeno.

Según Zundt, un ómnibus a combustible diésel tiene de cinco a ocho años de vida útil, mientras que uno de hidrógeno tiene 20 años.

La velocidad en el caso del vehículo de la EMTU fue estipulada en 70 kilómetros por hora, que es la permitida en el corredor donde circulará.

La primera fase del proyecto concluirá en 2010 con la puesta en funcionamiento de tres autobuses a hidrógeno. Pero las autoridades estiman que la iniciativa será viable desde el punto de vista económico a partir de 2020.

En el futuro, Zundt anticipa que, así como en el pasado los vehículos que se movían a tracción a sangre fueron sustituidos por los que funcionaban a combustibles de origen fósil, alrededor de 2080 la mayor parte de los vehículos de todo el mundo utilizarán hidrógeno, entre otras energías limpias.

El sistema EMTU tiene 4.800 autobuses en la Gran Sao Paulo, y 7.000 contabilizando Sao Paulo y las ciudades de Campinas y Santos, en el interior del estado del mismo nombre. Pero fuera del sistema circulan en total 14.800 vehículos, sólo en el área metropolitana.

Zundt asegura que la carga de los vehículos es muy simple. En cualquier lugar donde pueda producirse hidrógeno.

La opción del proyecto fue la de generar energía a través de "electrólisis", o sea de "la ruptura de moléculas de agua, según explica.

"Así que inclusive aquí dentro del garaje de nuestra concesionaria habrá una fábrica de hidrógeno… Siempre que haya disponible agua y energía puedo producir hidrógeno", concluye.

Más de 95 por ciento de la nueva flota de los automóviles brasileños tienen la opción de carga con otro combustible considerado menos nocivo que la gasolina, desde el punto de vista ambiental: el etanol, obtenido en Brasil a partir de la caña de azúcar.

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