AFGANISTÁN-EEUU: Presos de Bagram en limbo legal

Tras perder un caso en un tribunal federal de Estados Unidos, la organización que representa a los detenidos en la prisión afgana de Bagram llamaron al presidente Barack Obama a «revertir las defectuosas políticas» de la pasada administración y poner fin a la detención indefinida de civiles sin juicio.

El juez John D. Bates, de la Corte del Distrito de Columbia, rechazó una petición de Haji Wazir, civil afgano retenido en Bagram sin acusación formal durante más de seis años. El magistrado concluyó que el prisionero, al ser afgano, no tenía derecho a pedir su liberación ante un tribunal estadounidense.

En un fallo anterior en abril, el juez dijo que otros tres reclusos de Bagram, dos yemeníes y uno tunecino, sí tenían derecho a presentar su caso ante las cortes de Estados Unidos.

En el caso de Wazir, arguyó que reconocerle derechos legales podría afectar las relaciones entre Washington y Kabul.

Wazir es ciudadano afgano arrestado en Pakistán en 2002, y desde entonces mantenido en reclusión extrajudicial en la base aérea de Bagram.
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Según Lal Gul, presidente de la Organización Afgana de Derechos Humanos, Wazir "no es un comandante, ni miembro del (movimiento islamista afgano) Talibán ni de (la red radical) Al Qaeda. Es un empresario".

Tina Monshipour Foster, directora ejecutiva de la Red Internacional de Justicia (IJNetwork), organización que representa a detenidos en Bagram, dijo a IPS: "La decisión de la corte (…) se basó solamente en el hecho de que es un ciudadano de Afganistán. Es tiempo de que el presidente Obama dé un paso y comience a revertir las fracasadas políticas" de la administración de George W. Bush (2001-2009).

"Si la administración de Obama realmente quiere restaurar la autoridad moral de Estados Unidos, el compromiso al ‘cambio’ (lema de su campaña) debe extenderse a Bagram y a todos los detenidos allí. Sólo luego de que dejemos de negarle a los ciudadanos afganos los más básicos derechos al debido proceso podemos legítimamente hablar de justicia y de cooperación", añadió.

La directora de litigios de IJNetwork, Barbara J. Olshansky, señaló: "Obama "debe hacer más que caer en lugares comunes, hablando de cerrar (la prisión en la base militar de) Guantánamo, y debe crear un sistema ecuánime y efectivo de justicia que se aplique a todos los individuos que tenemos bajo nuestra custodia y control, no importa en qué lugar del mundo decidamos localizar esa prisión".

"Civiles inocentes no deben agonizar en la cárcel sólo porque son ciudadanos de Afganistán. La presente administración puede y debe reconocer derechos fundamentales a todos los que decide detener, sin importar raza, etnia o religión", añadió.

La IJNetwork provee asistencia legal y conocimientos a víctimas de abusos a los derechos humanos a través de una red global de profesionales, organizaciones no gubernamentales y defensores comunitarios.

Mientras millones saben que Bush le dejó a Obama la tarea de cerrar la prisión en Guantánamo, relativamente pocos están al tanto de que el nuevo presidente afrontará un similar pero aun mayor dilema en Afganistán: qué hacer con Bagram, con entre 600 y 700 detenidos.

Esta cárcel fue creada después de que la invasión de 2001 a Afganistán derrocara al Talibán. Actualmente alberga a tres veces más prisioneros que Guantánamo.

En 2005, luego de una serie de bien documentadas muertes, torturas y desapariciones de detenidos, Estados Unidos llevó adelante esfuerzos para ceder la prisión al gobierno afgano.

Pero, debido a una serie de errores burocráticos y administrativos, la cárcel todavía está bajo control militar de Washington. En un reciente informe confidencial, el Comité Internacional de la Cruz Roja se quejó de continuados malos tratos a los prisioneros.

La Cruz Roja denunció hacinamiento, condiciones "rigurosas", falta de claridad sobre la base legal para la detención, incomunicación de presos en celdas de aislamiento y a veces sometimientos a "tratamientos crueles violando las Convenciones de Ginebra". Algunos prisioneros han estado recluidos sin acusación formal y sin poder acceder a abogados por más de cinco años.

La organización señaló que decenas de prisioneros han estado incomunicados durante semanas o aun meses, escondidos de las inspecciones a la prisión.

Jonathan Hafetz, de la Unión Nacional para las Libertades Civiles Estadounidenses, dijo a IPS: "Cuando los prisioneros están bajo custodia y control estadounidense, no importa el lugar, nuestros valores y compromisos con el imperio de la ley están en juego".

"La tortura en Bagram es otra evidencia de que el abuso a los prisioneros en la custodia de Estados Unidos fue sistemática, no excepcional, en los más altos niveles de gobierno. Debemos saber la verdad de lo que se hizo mal, responsabilizar a las personas adecuadas y asegurarnos de que esas políticas defectuosas no continúen ni se repitan", añadió.

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