SRI LANKA: Tamiles invitados a participar en reconstrucción

Durante décadas, vivir en el atribulado norte de Sri Lanka significó tener las valijas prontas y estar siempre listos para escapar de los combates que se libraban en esa región de este país insular. Ahora que las armas se llamaron a silencio, comienza la reconstrucción.

A fines de los años 80, cuando fuerzas gubernamentales luchaban contra los insurgentes Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE) en Jaffna, capital de la provincia Norte, el periódico tamil Udayan debió imprimirse, virtualmente, a las corridas, mientras los reporteros escapaban de los combates.

Los llamados Tigres tamiles pelearon 26 años por la autonomía territorial del norte y este de Sri Lanka y en los últimos dos las fuerzas regulares del gobierno lanzaron una intensa campaña que terminó con la derrota de los rebeldes el 17 de mayo.

Miles de personas murieron durante el conflicto que comenzó en 1983 tras una serie de ataques de la comunidad cingalesa contra la tamil.

Sri Lanka tiene unos 21 millones de habitantes, alrededor de 74 por ciento de los cuales pertenecen a la etnia cingalesa, la mayoría budista, y 18 por ciento a la etnia tamil, proveniente del sur de India y practicante del hinduismo.
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"Sacamos la imprenta de Jaffna y publicamos el periódico desde nuestro campamento provisorio", señaló un veterano periodista al relatar los problemas que debieron afrontar los residentes de norte durante casi tres décadas de guerra civil.

Tres semanas después de derrotada la insurgencia y de la muerte de su líder histórico Velupillai Prabhakaran, el gobierno comenzó la reconstrucción del Norte.

La prioridad es reubicar a casi 300.000 civiles que viven en campamentos hacinados de la septentrional localidad de Vavuniya, tras varios meses de ser rehenes del LTTE o tener demasiado miedo para escapar de la zona controlada por ellos.

Los campamentos requieren más atención, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), porque no logran cubrir las necesidades básicas.

El presidente del Banco Central, Ajith Nivard Cabraal, declaró que la prioridad es reubicar a las personas desplazadas lo antes posible, darles energía, construir caminos y otro tipo de infraestructura.

"Vamos a acelerar ese asunto", dijo a IPS Cabraal, quien integra el equipo de trabajo para la reconstrucción de la provincia Norte.

El presidente del equipo gubernamental, Basil Rajapakse, informó el viernes a un grupo de profesionales tamiles de Colombo que 80 por ciento de los desplazados serían reubicados para fin de año.

Basil Rajapakse es asesor y hermano menor del presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapakse.

La población del norte sufrió múltiples desplazamientos. Algunas personas debieron mudarse más de 10 veces en los últimos años, señaló el subdirector del Consorcio de Agencias Humanitarias, Firzam Hashim.

"Cada vez que había combates y sus vidas estaban en peligro, debían mudarse", añadió, con optimismo frente a la posibilidad de que finalmente puedan asentarse y tener una vivienda permanente.

Treinta profesionales tamiles fueron invitados a la reunión del equipo de trabajo del gobierno, realizada el viernes, para que dieran su opinión sobre el plan de reconstrucción del norte, donde también residen una minoría cingalesa y otra musulmana.

"Es bueno que el gobierno consulte a diferentes actores sobre cuestiones de desarrollo", señaló un abogado que participó en la reunión, pero pidió reserva de su identidad.

Se trata de un cambio de actitud respecto de la que caracterizó a la campaña militar de dos años contra el LTTE, cuando se dejaba afuera a toda persona externa al gobierno, pese a las críticas de la comunidad internacional contra el bloqueo informativo y a las denuncias de diferentes agencias de la ONU de la gran cantidad de víctimas civiles.

El gobierno rechazó las acusaciones y desairó a numerosas autoridades extranjeras con el argumento de que el principal responsable era el LTTE porque arreaba a la población civil con ellos y la usaba como escudo humano.

El abogado dijo que Basil Rajapakse describió el plan y subrayó que "el regreso a la normalidad" era de primordial importancia.

Al ser consultado si la población civil también iba a participar, el abogado respondió con un relato del presidente del equipo gubernamental, quien contó que en una oportunidad una comunidad del este se quejó de que uno de los puentes construidos era para satisfacer a un operador turístico y no a ellos, se les explicó que era para ellos.

Además, se lanzó una intensa campaña contra las minas antipersonal, desparramadas por toda la provincia Norte, indicó Cabraal. Se llevaron 10 máquinas nuevas que serán operadas por 65 especialistas.

El Banco Central estudia otorgar un préstamo equivalente a unos 1.740 dólares por persona para pequeños emprendimientos como cría de animales y pesca, entre otras actividades, en el marco de un proyecto de unos 26 millones de dólares para reflotar los distintos modos de subsistencia de las comunidades desplazadas.

"Queremos construir buenos caminos, escuelas, comisarías y el tendido eléctrico. En la primera fase, el gobierno se centrará en reubicar a las familias y, en la segunda, en reconstruir las ciudades", indicó Cabraal.

Los últimos años de guerra fueron los peores porque tanto el gobierno como los rebeldes usaron todo tipo de armas, y causaron grandes daños a la infraestructura.

El plan gubernamental se financia con apoyo de países amigos no occidentales como China, India, Irán, Jordania, Libia y Pakistán, y con la redistribución de fondos públicos.

Se construirán bases del ejército, de la Fuerza Área y de la Marina así como comisarías en el marco de un plan global de seguridad en la zona, indicó el subdirector del Consorcio de Agencias Humanitarias, Firzam Hashim.

"La seguridad es necesaria, pero también la reubicación de civiles y construir la infraestructura que tenían antes o, incluso, mejor", señaló. "No deben verse obligados a vivir de limosnas".

El Consorcio de Agencias Humanitarias y otras organizaciones de la sociedad civil aspiran a participar en el equipo de trabajo del gobierno. "Es necesario abrir el diálogo sobre las necesidades de la gente y parece que el gobierno es sensible a este respecto", remarcó Hashim.

Todo depende ahora de la celeridad de Colombo en lograr restaurar la normalidad en la provincia Norte. "Es necesario restablecer la confianza", subrayó el abogado, y añadió que había sido algo remarcado en la reunión del viernes.

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