De los ocho Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio, los más esquivos son los relativos a la salud: reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna y combatir el VIH/sida, la malaria y otras dolencias, según un estudio publicado este lunes.
"Si ahora frustramos nuestros esfuerzos por lograr los objetivos de salud, pondremos en riesgo a nuestras generaciones actuales y futuras. Pero si aceptamos el reto, podemos poner al mundo en el camino de una prosperidad y estabilidad a largo plazo", dijo el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Ban Ki-moon.
La investigación, presentada por la Campaña Mundial en Pro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio Relacionados con la Salud en representación de la Red de Líderes Mundiales, se concentra en la salud de madres e hijos.
El informe subraya maneras prácticas de "reducir la continua e innecesaria cantidad de víctimas mortales en los países en desarrollo".
Thoraya Ahmed Obaid, directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que está al frente de la campaña de la ONU por los objetivos de salud, dijo a IPS: "Aplaudimos el oportuno énfasis de este informe en la necesidad de aumentar las inversiones en la salud de las mujeres pese a la actual crisis económica".
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Incluso antes de la crisis, el quinto objetivo, de mejorar la salud materna, era el más rezagado, agregó.
"Así que necesitamos un avance mayor", planteó.
El estudio se concentra en el Sur pobre y exige ampliar el gasto en servicios de salud, entre 36.000 y 45.000 millones de dólares para 2015, por encima del gasto actual (y acumulativamente, entre 114.000 y 251.000 millones de dólares de 2009 a 2015).
Entre los "países prioritarios" figuran Afganistán, Bangladesh, Benín, Burkina Faso, Vietnam, Yemen, Zambia y Zimbabwe.
Según el informe, el aumento de la financiación puede convertirse en realidad mediante mecanismos como los gravámenes solidarios a los pasajes aéreos, transferencias de dinero y los impuestos al tabaco, además de donaciones del sector privado, entre otros.
"Se espera que la reunión del G-8 en julio cierre más la brecha de financiamiento", señala el reporte, en referencia a la cumbre del Grupo de los Ocho países más poderosos —Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia— que se celebrará del 8 al 10 de julio en L'Aquila, Italia.
El estudio fue presentado este lunes en una ceremonia organizada por el ministro de Relaciones Exteriores de Noruega, Jonas Gahr Støre. Su país asumió un rol de liderazgo en la campaña por los Objetivos del Milenio relacionados con la salud.
La campaña fue lanzada en septiembre de 2007 en Nueva York por el primer ministro noruego Jens Stoltenberg.
La Red de Líderes Mundiales se formó por invitación de Stoltenberg para brindar respaldo político al máximo nivel posible.
Esos líderes incluyen a los presidentes Michelle Bachelet, de Chile, Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, Armando Guebuza, de Mozambique, Jakaya Kikwete, de Tanzania, y a los primeros ministros Jan Peter Balkenende, de Holanda, y Gordon Brown, de Gran Bretaña.
El canciller noruego Jonas Gahr Støre dijo que se han logrado "avances importantes" en el intento por frenar y revertir la propagación del VIH/sida, la malaria y las enfermedades infantiles.
Pero "los esfuerzos por reducir las muertes maternas y de recién nacidos mediante los Objetivos del Milenio hasta ahora han fracasado de manera lamentable", agregó.
Para lograr avances significativos hacia el cumplimiento de estas metas para 2015, "todos tenemos que invertir más, trabajar juntos más de cerca y garantizar sistemas que deben cumplir nuestros compromisos", señaló.
Entre los pasos propuestos figuran una mayor movilización política, financiamiento adecuado y cumplimiento efectivo, operaciones de asistencia dirigidas y armonizadas, servicios gratuitos para mujeres y niños en el punto de uso y la eliminación de las barreras de acceso; capacitar y motivar a los trabajadores de la salud, y control y evaluación de los resultados de modo de alcanzar una mayor responsabilización.
Thoraya Ahmed Obaid dijo a IPS que invertir en la salud y el bienestar de las mujeres y las niñas es la estrategia correcta para generar crecimiento económico y mejorar las vidas de la gente.
"Es bueno para la salud pública, salva vidas y es una economía inteligente", agregó.
La alta funcionaria del UNFPA señaló que es imperativo que los gobiernos aumenten sus presupuestos en salud y su asistencia al desarrollo para la salud, especialmente la sexual y reproductiva, si se quiere "promover la recuperación y el crecimiento económicos".
Los socios coinciden en un paquete efectivo de servicios de salud reproductiva para salvar las vidas de las mujeres, lo que incluye planificación familiar voluntaria, asistencia calificada en el parto y cuidados obstétricos de emergencia.
"Brindar servicios de planificación familiar voluntaria es una intervención redituable que debe priorizarse. La planificación familiar sola puede reducir entre 25 y 40 por ciento la mortalidad materna y tener como resultado ahorros gubernamentales a largo plazo", dijo Ahmed Obaid.
Los estudios muestran que cada dólar invertido en servicios contraceptivos ahorrará hasta cuatro dólares en el costo de la salud materna y del recién nacido, y hasta 31 dólares en gasto social (vivienda, saneamiento, educación) y otros gastos, añadió.
"Por cada 10 millones de dólares adicionales recibidos para planificación familiar, podemos evitar 114.000 embarazos no deseados, 50.000 nacimientos no planeados, 48.000 abortos, 15.000 pérdidas de embarazos y más de 3.000 muertes infantiles", señaló Ahmed Obaid.
Los Objetivos de Desarrollo para el Milenio, definidos en 2000 por la Asamblea General de la ONU, incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza y hambre, respecto de 1990, garantizar la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir dos tercios la mortalidad infantil y tres cuartos la materna y combatir el sida, la malaria y otras enfermedades.
Y también asegurar la sustentabilidad ambiental y fomentar una asociación mundial para el desarrollo, todo esto con 2015 como fecha límite.
Pero su implementación se ha visto debilitada por la escasez de fondos, recortes en la asistencia al desarrollo y, más recientemente, por la crisis económica mundial.