Manuel Zelaya es aún el presidente legítimo de Honduras, porque su derrocamiento y deportación fueron ilegales, advirtió este lunes su par estadounidense Barack Obama.
En una brevísima conferencia de prensa que brindó junto al presidente colombiano Álvaro Uribe en Washington, Obama calificó los acontecimientos del domingo en Honduras de "golpe" y llamó a acciones para impedir que se conviertan en un "precedente terrible" para la región.
"El presidente Zelaya fue democráticamente elegido" y "aún no había completado su periodo" de gobierno, dijo. "Creemos que el golpe no fue legal y que el presidente Zelaya sigue siendo el presidente de Honduras." Horas antes de la declaración de Obama, la secretaria de Estado (canciller) Hillary Rodham Clinton se había negado explícitamente a denominar "golpe" el operativo contra Zelaya, así como a reclamar su restitución.
Clinton enfatizó que los abogados del Departamento de Estado (cancillería) todavía evaluaban entonces la situación para determinar el gobierno estadounidense debía suspender su asistencia a Honduras.
La ley estadounidense prohíbe a la administración brindar asistencia económica a un país cuyo jefe de gobierno elegido en las urnas haya sido depuesto por un golpe o decreto militar.
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Consultada sobre si Estados Unidos reclamaría la restitución de Zelaya sea reinstaurado en su cargo, Clinton se limitó a responder: "No hemos planteado ninguna demanda."
Mientras, también en Washington, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, señalaba que la restitución Zelaya era una condición ineludible para resolver con éxito la crisis hondureña.
La OEA solamente estará abierta al diálogo si el gobierno de facto "contempla el regreso del presidente Zelaya a su puesto legítimo", añadió.
El parlamento hondureño designó el domingo como nuevo presidente a Roberto Micheletti, luego que los militares detuvieron a Zelaya y lo deportaron a Costa Rica.
Insulza, quien este martes presidirá una reunión especial de emergencia de cancilleres de la OEA sobre Honduras, invocó el artículo 19 de la Carta Democrática Interamericana, que impide la participación en instancias oficiales de la organización de un país miembro donde se haya interrumpido inconstitucionalmente su orden democrático.
También propuso el "aislamiento internacional" de las autoridades golpistas hasta que se restablezca el gobierno legítimo.
El contraste entre los comentarios de Clinton y los de Insulza sugerían el surgimiento de la primera brecha entre América Latina y Estados Unidos desde la investidura de Obama, el 20 de enero.
Pero Obama pareció desacreditar a Clinton con sus declaraciones en la tarde del lunes.
"Empezar a retroceder hacia la era en que percibíamos como medios de transición política a los golpes militares, y no a las elecciones democráticas sería un terrible precedente", dijo Obama.
"La región hizo enormes avances en los pasados 20 años al establecer tradiciones democráticas en América Latina. No queremos volver al oscuro pasado. Siempre estaremos del lado de la democracia", agregó.
Mientras, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, condenó el golpe y llamó al "restablecimiento de los representantes del país democráticamente electos". La Asamblea General del foro mundial, presidida por el nicaragüense Miguel D'Escoto, también consideró la cuestión.
Los observadores concentran ahora su atención en la Asamblea General de la OEA, que sesionará mañana, al parecer en presencia de Clinton, quien ya ha manifestado que apoyará todos los esfuerzos multilaterales para resolver pacíficamente la crisis.
Las declaraciones de Clinton, que durante algunas horas de este lunes parecían fijar la posición oficial del gobierno estadounidense, desataron una pequeña tormenta entre activistas de derechos humanos y prodemocráticos de este país.
Para peor, el embajador de Estados Unidos en Honduras, Hugo Lawrence, había insistido públicamente en que su país no debía aceptar a otro presidente que no fuera Zelaya.
Las declaraciones de Clinton remiten "un mensaje riesgoso", dijo Vicki Gass, analista de asuntos centroamericanos de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA). "Estados Unidos dará un paso atrás en sus esfuerzos por restaurar su imagen ante la región si no se muestra fuerte en este asunto."
Para peor, recordó la experta, "Guatemala ya está peligrosamente cerca de un golpe".
Analistas especularon que la intención de Clinton era presionar a Zelaya, a quien sus detractores de derecha ven alineado con otros presidentes izquierdistas como Hugo Chávez, de Venezuela, Evo Morales, de Bolivia, Daniel Ortega, de Nicaragua, y Rafael Correa, de Ecuador.
Estados Unidos, que ha brindado durante décadas entrenamiento y pertrechos militares a Honduras, perdió una base aérea de Manta en Ecuador, por disposición del presidente Correa, quien lo había prometido en su campañ electoral.
John Negroponte, ex funcionario y diplomático de varios gobiernos del hoy opositor Partido Republicano, sostuvo que Estados Unidos debía condicionar su apoyo a la restitución de Zelaya a que ceje en su esfuerzo de reformar la Constitución con el fin de abrir paso a su reelección.