ENERGÍA-BRASIL: La electricidad puede copar las calles

Con más de 90 por ciento de su nueva flota automovilística con motores impulsados indistintamente a gasolina o biodisel, el gobierno de Brasil emprende ahora una nueva carrera tecnológica. Se trata de los vehículos eléctricos.

El primer "electropuesto" de América del Sur, inaugurado en el barrio carioca de Barra de Tijuca, pretende ser el punto de largada de esa carrera. Patrocinado por la empresa estatal Petrobrás, el expendio funciona dentro de una de sus tradicionales estaciones de servicio de venta de gasolina, gas y del etanol obtenido de la caña de azúcar.

Edimar Machado, director de la distribuidora de Petrobras, que coordina la red de puestos de venta de la firma, dijo a IPS que el lugar fue elegido por ser el barrio donde circulan más motocicletas con motores eléctricos.

El proyecto nace por un interés inicial más simbólico, como es "despertar la conciencia ecológica", al "mostrar a la opinión pública que es posible usar energía sin impacto sobre el ambiente".

En un segundo paso, que dependerá de la velocidad de expansión de este mercado, "vendrá la etapa de la autosostenibilidad del proyecto", creando electropuestos en todo el país. Lo ideal, según Machado, sería instalarlos cada 30 kilómetros.

La iniciativa busca resolver la poca autonomía de sus baterías, una de las principales trabas para la competencia y que impiden un mayor crecimiento del número de vehículos de combustión eléctrica en circulación. Una batería de una motocicleta eléctrica, por ejemplo, permite circular apenas unos 40 kilómetros con cada carga.

Como la recarga demora cuatro horas, la opción en la estación de servicio será hacerlo de forma parcial. Para ello, sólo tiene que conectar su batería a un "plug" (enchufe).

Otra alternativa, que Machado entiende como la más viable, es la de que los electropuestos funcionen como "repositores" de baterías, es decir, que el cliente entregue una vacía y se le devuelva una llena. El costo de una carga completa es el mismo y ronda los cinco dólares.

El electropuesto se abastece de energía solar a través de un panel compuesto por 28 placas fotovoltaicas que generan 184 voltios de electricidad continua, transformada a través de un dispositivo en corriente trifásica. Las tomas son de 110 o 220 voltios.

Cuando el día esta nublado y no hay suficiente energía solar, el expendio puede utilizar electricidad de la red tradicional.

Machado destaca que, desde el punto de vista ambiental, las ventajas son dobles. Por un lado porque el vehículo eléctrico no contamina el ambiente, al anular la emisión de dióxido de carbono, y son silenciosos.

Además, en estos electropuestos es captada a través de la fuente solar, "Es una energía que no tiene ningún impacto en la naturaleza sin ningún residuo", destaca.

La "electroestación" tiene una vida útil de 35 años. En ese período, lo que genera de energía corresponde a la de un millón de kilómetros de vehículos eléctricos, según Petrobrás.

Paulo Fernandez, director del Grupo Zeppini, que fabrica motocicletas eléctricas, añade una ventaja más al electropuesto. Por abastecerse de fuente solar en el mismo lugar, no hay costos adicionales ni económicos ni ambientales de transmisión de energía.

La posibilidad de "movilidad", es decir de tener un punto de recarga en varios lugares de la ciudad en un futuro inmediato, viabilizaría el uso del vehículo eléctrico como forma de locomoción, de forma masiva, apuntó.

Actualmente sólo motocicletas de esa empresa circulan en Río de Janeiro, de un total de 1.500 en todo el país. Pero cálculos de la Asociación Brasileña de Vehículos Eléctricos (ABVE) indican que es un mercado que crece alrededor de un 50 por ciento al año.

Actualmente en Brasil la fabricación de vehículos eléctricos es limitada. Se concentra en motocicletas, motorcitos para bicicletas y en transportes o máquinas para lugares cerrados, como equipos cargadores o de paseo en pequeños espacios.

La empresa de origen italiano FIAT tiene en circulación unos 26 automóviles eléctricos, según Machado, y otras firmas del sector están experimentando en Brasil la llamada tecnología híbrida.

Mientras funcionan a gasolina los motores de los carros híbridos generan electricidad que a su vez se utiliza para cargar la batería.

El gobierno brasileño, a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología, quiere impulsar el desarrollo de un proyecto de automóvil eléctrico nacional.

Últimamente el ministro de esa cartera, Sergio Rezende, anunció que el gobierno está organizando una red de investigadores y empresarios para hacer la iniciativa posible.

Según Rezende, e país cuenta con especialistas en industrias electroquímicas que pueden contribuir a mejorar las baterías utilizadas.

Las baterías de litio (lithium-ion), destaca el ministro, resultaron eficaces en otros países, pero Brasil no tiene reservas suficientes de ese metal para garantizar su producción.

El gobierno del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva aclara que la meta no es crear una empresa estatal para fabricar este vehículo, sino que se buscan socios dentro de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea).

Algunos automóviles eléctricos desarrollados en el mundo llegan ya a tener 400 kilómetros de autonomía y velocidad de hasta unos 180 kilómetros por hora, precisó Rezende.

"Hoy tenemos un empresariado muy articulado y cada vez más consciente de que es necesario tener innovación y tecnología para ser competitivo. Vamos a hacer eso (el automóvil eléctrico) con el sector privado", sostuvo durante el lanzamiento del proyecto.

Como Brasil tiene fabricantes de motores eléctricos, esa parte el proyecto del carro eléctrico nacional esta garantizada, según Rezende. La investigación y el desarrollo podrían estar asociadas también a centros académicos como la Universidad Federal de Río de Janeiro y la Universidad de São Paulo, además de la propia Petrobrás.

Algunos cuestionan que con la expansión real de este tipo de vehículos amentará la demanda eléctrica considerablemente con su consecuente impacto de sobre ambiental para las fuentes que la producen.

La respuesta de la ABVH es que los vehículos eléctricos consumirán apenas de tres a cinco por ciento de energía en 2030. Eso, resaltan, corresponderá a 10 por ciento de reducción del consumo de combustibles automotores.

El desarrollo de esta tecnología, según la ABVH que esta semana organiza un seminario sobre el tema en Río de Janeiro, no significa dificultades para satisfacer la demanda local, debido a las perspectivas de expansión del sistema eléctrico a medio y largo plazo.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe