El gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) sufrió una dura derrota en las elecciones para el Parlamento Europeo frente al Partido Popular (PP), en consonancia con la supremacía de la centroderecha en el resto del bloque.
La alta abstención registrada en Europa también se dio en España y mayor aún en las provincias donde históricamente el PSOE obtiene sus mejores resultados. Esa situación, según analistas, favoreció al opositor Partido Popular, que obtuvo el domingo 42,23 por ciento de los votos y con ello 23 de los 50 escaños en juego en este país para el poder legislativo continental.
Le siguieron los socialistas, que con 38,51 por ciento de los sufragios lograron 21 diputados, mientras que los seis cargos restantes fueron para partidos de izquierda o nacionalistas. Entre esos últimos se destacan el escaño obtenido por el partido Unión, Progreso y Democracia, creado hace dos años por la ex socialista Rosa Diez, y dos de la coalición Izquierda Unida (Partido Comunista y otros).
Según últimos datos provisionales, el Partido Popular Europeo (populares y democristianos) se alzó con más de 36 por ciento de los votos y 263 legisladores del Parlamento Europeo, ampliando la diferencia con su inmediato seguidor, el Partido Socialista Europeo, que obtuvo casi 22 por ciento de las adhesiones y 161 representantes. Este cuerpo con sede en Estrasburgo, Bruselas y Luxemburgo pasó de tener 785 escaños a 736 a partir de esta legislatura.
La participación continuó a la baja, como ocurre desde las primeras elecciones en el bloque en 1979 cuando fue de 62 por ciento del padrón, para llegar esta vez al mínimo histórico de 43 por ciento.
A la vista de estos resultados del domingo en España, el PSOE no considera viable anticipar las elecciones nacionales, como piden los principales portavoces del PP, pues debe concentrarse en hacer cosas positivas, sobre todo en lo económico, que activen la participación electoral, dijeron a IPS fuentes del partido de gobierno.
Los comicios para renovar el Parlamento español, poder que a su vez elige al jefe del gobierno, deberán realizarse en 2012, aunque si cualquiera de esos dos organismos lo decide pueden fijarse para una fecha anterior.
La secretaria de Organización y coordinadora de la campaña electoral del PSOE, Leire Patín, justificó el mal desempeño en los comicios europeos en que "la crisis económica ha sido un tema clave de la campaña y un factor relevante del comportamiento de los ciudadanos".
Algo similar dijo el cabeza de lista de ese mismo partido, Juan Fernando López Aguilar, quien dijo que "nadie puede ignorar el impacto de esta crisis en tantas personas que lo están pasando mal y a las que vamos a responder desde España y desde Europa".
Una promesa para el futuro, pero que, ante la ausencia de respuestas concretas ante la crisis global que impacta en España, los ciudadanos miraron con cierto desengaño hacia las elecciones.
Mirando hacia adelante, el vicesecretario general y hombre fuerte del PSOE, José Blanco, declaró este lunes a la prensa que esa formación "recuperará la confianza de los ciudadanos de aquí a 2012".
Recordó también que no es lo mismo votar para renovar el Parlamento español y con ello el gobierno, que hacerlo en las elecciones europeas o municipales en este país.
Blanco puso como ejemplo que el PP triunfó en los comicios municipales de 2007 y que un año después perdió los generales, que ganaron los socialistas.
Varias cosas influyen para que haya esa diferencia. Por un lado que los ciudadanos y ciudadanas siguen sin conocer a fondo y sin tener confianza en la Unión Europea (UE) y, por otro, que a la hora de elegir sus representantes en España toman en cuenta la política nacional, donde el PSOE está siendo golpeado últimamente por no adoptar medidas más eficaces contra la crisis global.
No obstante, la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, planteó sin muchas vueltas al líder del PSOE y presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, que se someta a una votación de confianza en el Parlamento. En caso de perderla, se vería obligado a dimitir y llamar a elecciones anticipadas, que es lo que pretende la oposición.
Sáenz de Santamaría lo dijo este lunes con claridad, argumentando que Zapatero debe hacer eso para "demostrar a los ciudadanos si tiene la capacidad, las ideas y los apoyos para poder gobernar el tiempo que le quede".
A ese respecto, Pajín replicó que "en democracia no hay reválidas". "Hace un año una mayoría dijo que gobernara el PSOE", recordó, para luego indicar que las elecciones celebradas el domingo son europeas y no nacionales, por lo que "deben ser leídas en clave europea".
Y utilizando esa clave, con sonrisas y entusiasmo, Pajín puso sobre la mesa que el PSOE es el socialismo más votado en toda Europa para su parlamento, que se completó con 80 legisladores de la Alianza de Demócratas y Liberales, 52 de los Verdes, 35 de la Unión por la Europa de las Naciones, 33 de la Izquierda Unitaria, 19 de Independencia/Democracia y 93 de otras fuerzas menores y los conservadores británicos.
Pajín, empero, omitió referirse a que esa debilidad de las agrupaciones hermanas de otros países es la que ha permitido que haya tantos gobiernos de derecha o centroderecha en la Unión Europea.
Mientras, algo que para muchos resulta increíble y que han destacado prácticamente todos los medios de comunicación, es que el PP no se viera afectado por evidentes casos de corrupción que han manchado a varios de sus dirigentes, alguno de ellos llevado frente a la justicia.
Aunque asimismo cabe señalar que el primero en la lista de ese partido, Jaime Mayor Oreja, es considerado uno de los políticos más limpios y ajeno a cualquier caso de corrupción, al igual que su secretario general, Mariano Rajoy.
Tanto no afectaron los casos de corrupción denunciados que una de las personalidades más fortalecidas por estas elecciones es Rajoy, quien estaba siendo criticado desde dentro de las filas de su propio partido, en el que varios dirigentes planteaban la necesidad de anticipar un congreso para reemplazarlo.
Con estos resultados, esos planteamientos ya no contarán con fuerza suficiente y los dos posibles candidatos que se mencionaban para reemplazarlo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y el centroderechista alcalde de la ciudad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, tendrán que esperar largo tiempo, años quizás.