La crisis económico-financiera global pone en riesgo la llegada a Costa Rica de más inversiones, en constante aumento desde mediados de la década. Por eso la decisión de una firma transnacional de microprocesadores de traer al país parte de la producción de sus plantas de Asia es vista con esperanzas.
La inversión extranjera directa (IED) ha venido creciendo, al punto de pasar de 861 millones de dólares en 2005 a 2.016 millones en 2008, equivalente a 6,8 por ciento del producto interno bruto (PIB), según datos del Banco Central de Costa Rica.
Sin embargo, las expectativas para este año devuelven las cifras al pasado. La proyección de las autoridades es de 1.333 millones de dólares, en sintonía con la contracción de la economía en torno a 1,8 por ciento.
Las principales áreas de atracción del capital externo son las de manufactura de alta tecnología, servicios y dispositivos médicos.
Si hay un caso paradigmático es el de Intel. Esa multinacional de origen estadounidense de componentes electrónicos aterrizó en 1997 en Costa Rica con una promesa de inversión de 115 millones de dólares. Hoy ya utilizó más de 800 millones de dólares, declaró a IPS la gerente de asuntos operativos de la firma, Karla Blanco.
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En la actualidad trabajan en la planta de la provincia de Heredia, en el centronorte del país, unas 3.200 personas, además de que genera otros 2.300 puestos indirectos y unos 300 proveedores locales.
Esas cifras se incrementarán seguramente en unos meses, cuando Intel traslade a Costa Rica parte de lo que dejó de producir al cerrar dos de sus plantas de Malasia y otra de Filipinas, que en total dejaron sin trabajo entre 5.000 y 6.000 personas.
Según Blanco, "las operaciones de Intel en el país se mantienen igual y a partir del tercer trimestre de este año se empieza a dar soporte a la redistribución de la producción".
Fuera de Estados Unidos, la empresa cuenta con fábricas en China, otras dos en Malasia, además de las clausuradas, y una en construcción en Vietnam.
Si bien los salarios en Filipinas son mucho más bajos que en Costa Rica, no ocurre así con Malasia. El producto interior bruto (PIB) por persona en valor del poder paritario adquisitivo es de 10.737 dólares en Costa Rica, frente a 13.476 dólares de Malasia y los 3.509 de Filipinas según previsiones de abril del Fondo Monetario Internacional para 2009.
Mientras el salario medio en Costa Rica está en torno a los 500 dólares (datos del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica), el sueldo promedio en Intel ronda los 1.000 dólares mensuales, según la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
El aporte de Intel al PIB de Costa Rica en 2008 fue del 4,5 por ciento y supuso el 20 por ciento de las exportaciones totales.
La decisión de la transnacional de instalarse en Costa Rica vino dada por "diversos factores", explicó Blanco, entre los que se encuentran la estabilidad política y económica, la educación, infraestructura, telecomunicaciones, disponibilidad de ingenieros, así como la similitud de la franja horaria con los Estados Unidos y su cercanía con el país del norte.
Además, "también se tomaron en cuenta los incentivos fiscales". Intel se beneficia del régimen de zonas francas, así como de una tarifa eléctrica reducida.
Según datos de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), que acaba de ser reseñada por el Banco Mundial como una de las 10 mejores agencias de promoción de inversión en el mundo, existen 247 empresas en zona franca, más de 50 por ciento de las exportaciones.
Las empresas aquí instaladas se aprovechan de una serie de incentivos fiscales a la exportación. En la actualidad, el parlamento discute un proyecto de ley sobre la reforma de las zonas francas, con el que cumpliría con las estipulaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
La directora de Cinde, Gabriela Llobet, estimó ante IPS que dicha reforma es "vital". Recordó que más del 50 por ciento de la IED en Costa Rica la representan las reinversiones y expansiones de empresas ya establecidas.
Las zonas francas aportan un total de 53.000 empleos directos, y cerca de 100.000 indirectos.
Según datos de Procomer, por cada dólar exonerado en zona franca, se genera un beneficio de 4,2 dólares para el país.
No cabe duda de que Costa Rica se ha abierto de manera completa al comercio exterior. El gobierno ha pivotado sobre la consecución de la firma del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, República Dominicana, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica (RD-Cafta), y en este momento continúa la negociación del Acuerdo de Asociación de Centroamérica con la Unión Europea (UE) y de sendos acuerdos con China y Singapur.
También hoy existen tratados bilaterales con Canadá, Comunidad del Caribe, México y Panamá. Con Chile y República Dominicana los acuerdos son en conjunto con los demás países de América Central. Además, hay vigentes 13 convenios bilaterales de inversión.
La encargada de negocios de la UE en Costa Rica y Panamá, Cristina Martins, destacó ante IPS la "estabilidad política y jurídica, respeto de los convenios internacionales en materia laboral, posición geográfica" del país, lo cual lo pone en buena posición de cara a la IED en un mundo globalizado como el actual.
Para Llobet, los principales competidores de Costa Rica en el mercado de la atracción de inversiones son Chile, Panamá, México y Colombia.
Este país centroamericano se destaca de su competencia, a juicio de la directora del Cinde, por la calidad y productividad de la mano de obra, además de los elementos ya reseñados tanto por Blanco como por Martins.
Datos de la Comisión Económica para América Latina y Caribe de 2007 daban a Costa Rica como el principal destino de la IED por persona en la región, si se excluye el rubro de explotación de recursos naturales, con 444 dólares por habitante, seguida de Chile con 373 y México con 209.
