La postergación de una importante conferencia de la Asamblea General de la ONU sobre la crisis económica y financiera mundial y su impacto en el desarrollo fue interpretada por grupos de la sociedad civil y analistas como una señal del conflicto de intereses entre las naciones ricas y pobres.
Aunque la reunión fue formalmente demorada para darle a los delegados más tiempo para negociar el borrador del documento final, circularon rumores de que en realidad la razón fue la oposición del Grupo de los 20 (G-20) países industrializados y emergentes.
"Hay mucha frustración aquí entre los que creen que el sistema económico mundial debe ser democrático e involucrar a todos en la toma de decisiones", dijo a IPS el director ejecutivo del Foro de Políticas Globales, James Paul.
De hecho, el presidente de la Asamblea General, Miguel DEscoto, había convocado en abril la conferencia de tres días como contrapeso a las recetas del G-20, grupo que consideró "una minoría".
La conferencia de la Asamblea General, que ahora está prevista a realizarse entre el 24 y el 26 de este mes, tiene el objetivo de adoptar una declaración mundial sobre cómo afrontar la crisis. Se supone que el nuevo borrador del texto final esté terminado para el 15 de junio.
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El actual sistema económico global fue ordenado y dictado por el entonces llamado Grupo de los Seis: Alemania, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón. Este último era el único país no occidental. Luego se unió Canadá y más tarde Rusia, con lo que el bloque pasó a conocerse como el Grupo de los Ocho.
El G-20, reunido en Londres en marzo, incluyó a algunas de las más grandes naciones en desarrollo, como Arabia Saudita, Argentina, Brasil, China, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía, así como a Australia, Corea del Sur y los 27 miembros de la Unión Europea (UE).
Sin embargo, como dijo recientemente a IPS el director del Instituto del Tercer Mundo, Roberto Bissio, la conferencia de junio es una oportunidad para que opinen sobre la crisis los otros 172 países de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) que no estuvieron representadas en la reunión del G-20.
El fin de semana pasado, el Movimiento por el Rescate del Pueblo, una coalición de organizaciones no gubernamentales estadounidenses, celebró su propia "Cumbre Económica Popular" frente a la sede de la ONU en Nueva York.
El encuentro había sido originalmente programado para que coincidiera con la conferencia de la Asamblea General el lunes, finalmente postergada.
El foro mundial "está recibiendo toda esta presión de las llamadas naciones desarrolladas para no realizar (la conferencia), porque hacer una cosa así, como un G-192, sería un intento de elevar la lucha de los más oprimidos y explotados del mundo", señaló Larry Hales, organizador del grupo De Pie Juntos en Lucha contra el Imperialismo.
"Ellos (el G-20) deben responder al resto del mundo, y ese mundo debe dictar cómo las cosas deben avanzar", dijo a IPS.
Organizadores del encuentro de la sociedad civil dijeron que apoyaban la sesión especial de la Asamblea General, de 192 miembros, pues les daba una mayor voz a los países menos poderosos.
La conferencia "es una buena iniciativa de los elementos positivos dentro de la ONU para avanzar hacia un diálogo más democratizado que venga de las propias naciones en desarrollo sobre el impacto de la crisis económica mundial sobre ellos".
Un embajador asiático que no quiso dar su nombre dijo a IPS que diplomáticos de la UE se habían opuesto a la postergación, pero muchos funcionarios no podían asistir a la conferencia a comienzos de junio.
Los activistas también llaman a una reorganización de instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, a los que acusan de no haber promovido un desarrollo igualitario ni haber logrado aliviar la pobreza.
Las demandas específicas de los activistas son: un rescate de los países más empobrecidos, a su vez los más azotados por la crisis, reformas fundamentales en los sistemas bancarios de Estados Unidos y la UE, el perdón de la deuda y una atención médica gratis.
"Si quieres tener atención médica universal, debes eliminar las ganancias de ese sistema", afirmó Fred Goldstein, autor del nuevo libro "Capitalismo de bajo salario".
El Movimiento por el Rescate del Pueblo también prevé realizar protestas multitudinarias en la Cumbre del G-20, que se realizará entre el 24 y el 25 de septiembre en la nororiental ciudad de Pittsburgh.
"El propósito de estas reuniones de alto nivel entre gobiernos y banqueros no es rescatar al pueblo del mundo del desempleo, de los desalojos, de la falta de hogar, la pobreza, la desigualdad social y económica y la guerra. Estas cumbres son sobre reparar el orden económico y financiero que pone a las ganancias por encima de las personas", señala el grupo en su sitio web.
También prevén realizar manifestaciones y otra Cumbre Económica Popular en la norteña ciudad de Detroit, así como protestas contra ejecuciones hipotecarias y desalojos en Nueva York.