La condena a prisión en Corea del Norte de dos periodistas estadounidenses acusadas de graves delitos contra el Estado causa preocupación en grupos de derechos humanos y analistas.
Laura Ling y Euna Lee, de la productora de televisión californiana Current TV, propiedad del ex vicepresidente Al Gore, investigaban el tráfico de mujeres norcoreanas a China.
Fueron arrestadas por funcionarios norcoreanos el 17 de marzo, cerca del río Tumen, que separa a Corea del Norte de China, acusadas de ingresar en forma ilegal y de cometer "actos hostiles".
Después un juicio de cinco días, las reporteras fueron sentenciadas el lunes a 12 años de prisión y trabajos forzados.
"Estas dos periodistas extranjeras fueron sometidas a las fallas y defectos del sistema judicial norcoreano: sin acceso a abogados ni debido proceso ni transparencia", dijo Roseann Rife, directora para Asia Pacífico de Amnistía Internacional.
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"Los sistemas judicial y penal norcoreanos son más instrumentos de represión que de justicia", añadió.
En medio del malestar internacional sobre las sentencias, la Casa Blanca dijo el lunes que trabajaba "por todos los canales posibles" para recuperar a Lee y Ling. El presidente Barack Obama instó a Pyongyang a liberar a las periodistas "sobre bases humanitarias".
"El gobierno norcoreano parece estar usando a las dos reporteras como peones en este juego peligroso que agrava las tensiones en la comunidad internacional. Esta sentencia fue más dura de lo que muchos observadores esperaban, y completamente fuera de línea con cualquiera de las acusaciones que Pyongyang presentó contra ellas", dijo Rife.
Las tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte han sido particularmente altas en los últimos dos meses, y llegaron a su punto más álgido cuando Pyongyang realizó un ensayo con un misil de largo alcance el 5 de abril. El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenó el lanzamiento y exigió que se detuvieran las pruebas.
En respuesta, Corea del Norte expulsó a los inspectores de la ONU de sus instalaciones nucleares y prometió no participar más de las negociaciones de las Seis Partes, en las que se reunía con representantes de China, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Rusia.
En mayo, Pyongyang realizó un segundo ensayo nuclear, esta vez subterráneo, seguido por una serie de nuevos lanzamientos de misiles. Estas acciones causaron nerviosismo en el mundo e hicieron que la Casa Blanca presionara por una resolución de la ONU que bloquearía el financiamiento norcoreano a su programa nuclear y permitiría a la comunidad internacional interceptar barcos sospechosos de transportar material atómico a ese país asiático.
En conferencia de prensa en Francia el domingo, Obama señaló que Estados Unidos adoptaría una postura severa para tratar con Corea del Norte.
Funcionarios estadounidenses temen que Pyongyang pueda utilizar a las periodistas como herramienta de negociación para evitar sanciones internacionales.
"Creo muy poco probable que los norcoreanos las dejen ir sin alguna seria extorsión", dijo al periódico Los Angeles Times el experto en temas coreanos L. Gordon Flake, presidente de la Fundación Maureen y Mike Mansfield.
"Pero ceder a esa extorsión socavaría fundamentalmente los más amplios intereses de seguridad nacional estadounidenses", añadió.
La secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, señaló que las diferencias con Pyongyang sobre su programa de armas es algo "separado y aparte de lo que le está pasando con las dos periodistas".
Washington también considera volver a incluir a Corea del Norte en su lista de estados que patrocinan el terrorismo, reveló Clinton el lunes en el programa de televisión "This Week".
"Vamos a considerarlo. Hay un proceso para eso. Obviamente, quisiéramos ver evidencia reciente de su apoyo al terrorismo internacional", indicó.
Pyongyang había sido incluido en la nómina en 1988, luego de que sus agentes fueran implicados en un atentado contra un avión de pasajeros surcoreano, en el que murieron 115 personas. La administración de George W. Bush (2001-2009) eliminó a Corea del Norte de la lista el año pasado tras un acuerdo por el cual ese país se comprometía a desmantelar su programa de armas nucleares.
Estados Unidos además estaría considerando enviar a un representante especial a Pyongyang para negociar el rescate de las periodistas. Entre los nombres manejados se encuentran Al Gore y Bill Richardson, gobernador del meridional estado de Nuevo México y quien medió en la liberación de un ciudadano estadounidense detenido en territorio norcoreano hace 15 años.