El gobierno de México se queja por las medidas que han tomado otros países para protegerse de un posible contagio de la nueva gripe a la que atribuyen origen mexicano. Pero algunos ciudadanos denuncian el rechazo o la desidia del sistema de salud nacional.
México viene protestando con vehemencia por el trato que reciben viajeros de este país en el extranjero desde que, el 23 de abril, declaró una emergencia sanitaria por la presencia del nuevo virus A/H1N1, responsable de haber contagiado hasta este jueves a 1.204 personas y de haber matado a 44 de ellas, según cifras oficiales.
Argentina, Cuba, China, Ecuador y Perú suspendieron sus conexiones aéreas con México. Viajeros mexicanos denunciaron haber sufrido vejaciones en esos y en otros países.
Pero los maltratos no son patrimonio de extranjeros. En localidades vecinas a la capital de México —que concentra la mayor cantidad de contagios— se han apedreado automóviles que circulaban con placas capitalinas. Mientras, pacientes y familiares denunciaron haber sido rechazados en hospitales o haber recibido una atención deficiente y hostil.
Uno de esos casos parece ser el de Blanca Esther Muñoz, de 39 años, que falleció el 29 de abril por influenza en un hospital de la ciudad de Tlaxcala, al norte de la capital, dos días después de dar a luz a una bebé prematura. Aunque se había sentido enferma antes del parto, los médicos no detectaron que sufría la nueva gripe.
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En el municipio de Papalotla, no muy lejos de Tlaxcala, familiares de la difunta Muñoz denunciaron actos de discriminación de sus vecinos, que se repiten cuando acuden al hospital a visitar a la recién nacida.
Muñoz murió de "choque séptico y neumonía de focos múltiples", según su acta de defunción.
Su familia asegura que los médicos jamás les informaron que tuvo influenza, como ahora sostienen autoridades, y que nadie ha controlado la salud de quienes estuvieron a su lado, acariciándola y besándola.
Los protocolos sanitarios para actuar ante una epidemia incluyen la identificación de quienes tuvieron contacto la persona contagiada para evitar nuevos brotes. Esta medida es crucial para el virus A/H1N1, que se transmite por el aliento, como cualquier gripe.
La hija de Muñoz, afirman los médicos, no tiene influenza y permanece en una sala especial del Hospital de Ginecología y Obstetricia de Tlaxcala, pues requiere cuidados especiales, como la mayoría de los niños que nacen antes de las 40 semanas de gestación.
La bebé es un "foco de infección, que la quiten de aquí por favor", dijo a IPS desde el hospital una mujer de nombre Lilian, que no quiso dar su apellido.
"Su mamá murió de influenza, entonces es un foco de infección, ¿o no?", dijo Lilian por teléfono celular desde las afueras del hospital, donde tiene internada a una hermana. "La influenza puede ser caprichosa, por eso me parece que la pequeña debe ir a otro hospital", insistió.
Varios kilómetros al sur, en el aeropuerto capitalino, la esposa del presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala, prestó el miércoles una recepción de héroes a 136 mexicanos recogidos por un avión en China, donde habían sido confinados en hoteles y hospitales por sospechas de que tuvieran el virus A/H1N1, a pesar de que no presentaban síntomas.
El secretario del estatal Instituto de Enfermedades Respiratorias, Fernando Cano, dijo a IPS que varias muertes de influenza de las últimas semanas podían relacionarse con la demora en recibir tratamiento o con una atención médica poco profesional.
Además de los 44 fallecimientos atribuidos al virus A/H1N1 por pruebas de laboratorio, otras 77 personas fallecieron con cuadros clínicos similares. Pero será imposible determinar la causa, pues nadie tomó muestras de sus tejidos o fluidos antes de que fueran enterradas o cremadas.
Entre los cientos de personas que acudieron a los hospitales mexicanos por sospechar que tenían influenza, hubo numerosas denuncias de mala atención.
La niña María Fernanda Meza, de cuatro años, murió luego de visitar dos centros de salud de la capital. Sus padres afirman que acudieron con presteza en busca de tratamiento médico, pero en los dos casos la enviaron de regreso a casa con una medicación antifebril y que un médico adujo inclusive que la menor se sentía mal por una fractura en el fémur. La niña falleció en su domicilio por una falla respiratoria.
Gustavo Terán, de 25 años, llegó a un hospital del estatal Instituto Mexicano de Seguro Social con el cuadro típico de influenza: fiebre, escurrimiento nasal, fuerte dolor de garganta y malestar general. Le diagnosticaron VIH/sida, aunque luego se confirmó que tenía gripe.
"No me atendieron porque no tenía todos los síntomas, fui a dos hospitales y me mandaron a casa con antivirales, ya estoy bien, pero no sé si finalmente tuve influenza", dijo a una radio local una mujer que no se identificó.
Las fallas en la atención de pacientes y algunos de los presuntos errores médicos fueron atribuidos al funcionamiento del sistema de salud descentralizado que tiene México.
En este país de casi 107 millones de habitantes, cada uno de sus 32 estados tiene autoridades sanitarias propias que dependen del gobierno estadual.
En México ocurrieron 44 de las 46 muertes confirmadas por la epidemia de gripe porcina que afecta ya a 24 países. El motivo estaría vinculado a la "negligencia de algunos gobernadores que prefirieron no informar por sus propias razones, retrasando así la necesaria respuesta federal", dijo Luis Rubio, director del no gubernamental Centro de Investigación para el Desarrollo.