China se esfuerza por contener el avance de la gripe A/H1N1, luego que los fuertes controles fronterizos y la draconiana cuarentena a la que fueron sometidos ciudadanos mexicanos no lograron impedir el ingreso del virus al país.
La enfermedad es causada por un subtipo del virus de influenza tipo A, que contiene material genético de cepas de gripe porcina, humana y aviar, las cuales mutan y se recombinan fácilmente.
Hasta ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva registrados 7.520 infecciones en 34 países. De ellos, cuatro casos se constataron en China, causando gran ansiedad en un público que recuerda con temor el brote del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) de 2003.
"Al ver las noticias sobre el virus en México, primero me preocupó que los viajes aéreos se convirtieran en una gran molestia. Pero lo que me preocupa ahora es enfermarme", dijo Wang Yu, quien vuela regularmente entre Hong Kong y Beijing por su trabajo como consultor.
A juzgar por la cobertura informativa sobre el brote en la televisión y los medios de prensa estatales, la propagación de la gripe porcina es una prioridad nacional para el gobierno chino.
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Luego de confirmarse el primer caso en China esta semana, la televisión pública mostró al presidente Hu Jintao ordenando a funcionarios de todos los niveles adoptar medidas de emergencia para impedir que la enfermedad se propagara.
Hu urgió a mantener la vigilancia "sin escatimar esfuerzos para contener la propagación de la epidemia".
La principal preocupación de China es que su vasto territorio, donde muchas regiones tienen brotes regulares de influenza aviar, puedan resultar un caldo de cultivo para una nueva cepa que sea mucho más grave que la hoy predominante de influenza porcina.
La principal amenaza radica en una posible combinación de dos cepas de la influenza, dijo a la prensa Hans Troedsson, director de la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Beijing.
La gripe aviar tiene una alta proporción de mortalidad, pero su transmisión a humanos es muy rara. Expertos dicen que, aunque muy contagiosa, la influenza porcina es relativamente benigna y causa pocas muertes. Pero la combinación de ambas puede resultar en un nuevo virus que sea impredecible, y tal vez más letal.
"El motivo por el que la gente está tan preocupada por la segunda ola de la influenza H1N1 es que la propagación mundial del virus esta vez se asemeje a la epidemia de gripe de 1918, la más severa de la historia moderna", dijo Bi Jinglun, científico de la Universidad Fudan de Shanghai.
Bi aludía a la gripe española, que entonces mató a alrededor de 50 millones de personas en todo el mundo.
En marcado contraste con sus intentos de encubrir la epidemia de SARS de 2003, esta vez el gobierno se esfuerza por crear conciencia, asegurándose de que todas las medidas contra la influenza sean difundidas masivamente y que los registros se publiquen con regularidad.
Las autoridades llamaron a toda la nación a vigilar la transmisión del virus y se lanzaron a perseguir a todos aquellos que hayan estado en contacto con portadores confirmados del virus de la gripe porcina.
A un estudiante de 30 años apodado Bao, que hace poco regresó de Estados Unidos, le correspondió el primero diagnóstico confirmado de influenza A/H1N1. Había viajado desde ese país, vía Tokio, a Beijing, donde abordó un vuelo interno hacia Chengdu, capital de la meridional provincia de Sichuan. Apenas llegó allí lo llevaron al hospital con fiebre.
Veinticuatro horas después de confirmarse que tenía gripe porcina, alrededor de 80 por ciento de los pasajeros que habían viajado en los mismos vuelos desde Tokio y Beijing habían sido localizados y puestos en cuarentena.
El Consejo de Estado (gabinete de gobierno) realizó el lunes una reunión de emergencia para discutir nuevas medidas precautorias. Luego, se anunciaron más medidas, entre ellas exigir a los viajeros internos procedentes de regiones afectadas por la enfermedad o que las hubieran visitado contactarse con las autoridades de los aeropuertos cuando lleguen a ellos.
Pero el segundo caso confirmado presentó más dificultades para Beijing, porque el portador viajó en tren. Oriundo de la oriental provincia de Shangdong, este estudiante de 19 años identificado como Lu acababa de regresar de Canadá.
Cuando llegó a Beijing manifestó dolor de garganta y de cabeza, pero de todos modos abordó el tren a Jinan, en su provincia natal.
Mientras se encontraba en el tren reportó su fiebre ante las autoridades sanitarias, y a su llegada fue inmediatamente puesto en cuarentena.
Pero la prensa local informó que, por falta de comunicación entre la oficina local de control y prevención de enfermedades y las autoridades ferroviarias, la mayoría de los pasajeros que compartieron el vagón con Lu no fueron identificados.
En ausencia de una lista de pasajeros, a las autoridades sanitarias les queda la opción de apelar públicamente a estos viajeros para que se presenten por su propia voluntad.
"Esto no es simplemente una cuestión de falta de comunicación entre los departamentos del gobierno, es negligencia en el cumplimiento del deber", dijo al Diario de China Xue Lan, decano de la Escuela de Políticas Públicas y Administración en la Universidad Tsinghua de Beijing.
Beijing ya advirtió que castigará cualquier falla en el control o en los informes sobre la enfermedad.
"Todo brote debe reportarse con precisión ante las autoridades superiores. Las demoras y encubrimientos o pasar por alto elementos al momento de informar están estrictamente prohibidos", señaló una declaración emitida después de la reunión urgente del Consejo de Estado.
El gobierno central asignó el equivalente a 735 millones de dólares a prevenir y controlar la enfermedad, reclamando que el gobierno local también destine fondos especiales a combatir la epidemia.
El primer ministro Wen Jiabao también ordenó a las autoridades sanitarias continentales que trabajen más de cerca con las agencias en Hong Kong, Macao y Taiwán sobre medidas para compartir información, realizar investigaciones científicas y adoptar medidas preventivas.
La región administrativa especial de Hong Kong reportó esta semana su segundo caso de gripe porcina. El paciente es un residente de la ciudad que había regresado desde la occidental ciudad estadounidense de San Francisco.
Las autoridades chinas pidieron a Estados Unidos que someta a revisiones a los pasajeros que salen de su país por aire, a fin de evitar exportar el virus.
"Como ciudadanos globales responsables, cada país tiene la responsabilidad de reducir lo máximo posible la probabilidad de que viajantes propaguen agentes patógenos infecciosos a consecuencia de nuestra interconexión", señaló en una carta a las autoridades sanitarias estadounidenses el secretario de Alimentación y Salud de Hong Kong, York Chow Yat-ngok.
"Éste es, de hecho, el espíritu mismo de las Regulaciones Sanitarias Internacionales de la OMS, promulgadas en 2005, de las cuales su país es firmante", agregó.