ELECCIONES-INDIA: Política turbia desalienta a las mujeres

Los mayores partidos políticos de India se han comprometido a fomentar la participación femenina en el proceso electoral, pero el principal obstáculo es la criminalización de la actividad política.

"La corrupción y la delincuencia desalientan más a las mujeres a entrar en la política que las costumbre patriarcales u otros factores", dijo a IPS Madhu Kishwar, fundadora de la organización Manushi Sangathan, que defiende los derechos femeninos.

Las elecciones generales en curso en India se realizan en cinco etapas, entre el 16 de abril y el 13 de este mes, a fin de permitir la concurrencia a las urnas de los 715 millones de habilitados a sufragar.

Los grandes partidos políticos volvieron a incluir en sus plataformas electorales lo que obviamente no han logado hacer desde 1997, cuando se reservó 33 escaños de la cámara baja del parlamento y de las asambleas estaduales a las mujeres.

La falta de avances se refleja en que la cantidad de legisladoras elegidas en las elecciones de 2004 fue, ni más ni menos, la misma que en las de 1984.
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Este año, de los 6.538 candidatos en las primeras cuatro etapas, sólo hay 462 mujeres.

Para ellas es más fácil dedicarse a la política apoyándose en sus compañeros y ganar visibilidad y poder dentro de las estructuras partidarias para luego tratar de ganar escaños parlamentarios mediante una agotadora campaña electoral.

Sonia Gandhi es un ejemplo de ello. Ella debe su preeminente posición a que pertenece a la familia Nehru-Gandhi, que goza de un innegable control sobre el Partido del Congreso.

También Mayawati, actual gobernadora del septentrional estado de Uttar Pradesh, debe sus logros a Kanshi Ram, su fallecido mentor y compañero, quien movilizó a los dalit (casta inferior del hinduismo) y los convirtió en una gran fuerza política bajo el paraguas del Partido Bahujan Samaj.

Uttar Pradesh es el estado más grande de India con 170 millones de habitantes.

Por su parte, Jayaraman Jayalalithaa, quien fuera dos veces gobernadora de Tamil Nadu, ingresó en la política gracias a M. G. Ramachandran, su compañero ahora fallecido y co-protagonista en muchas películas tamil, éxito de taquilla en los años 60 y 70.

Pero "ninguna de ellas suele fomentar la participación femenina", dijo a IPS Ranjana Kumari, presidenta de Women Power Connect, que reagrupa a unas 700 organizaciones.

"Para las mujeres comunes que quieren ser candidatas en las elecciones generales, los obstáculos son casi insuperables", señaló. Además de todo deben lidiar con la criminalización de la actividad política.

"Estas elecciones son las más parejas que se hayan visto entre el Partido del Congreso, y sus aliados de la Alianza Progresista Unida, y sus rivales del (ultranacionalista) Partido Bharatiya Janata, que encabeza la Alianza Democrática Nacional", apuntó Kumari.

"Cada oportunidad que tienen los candidatos de ganar es valiosa, lo que invita al dinero y al manejo de influencias, por lo general vinculados a la criminalidad", explicó.

Hacer campaña por un asiento parlamentario requiere disponer de unos dos millones de dólares en efectivo porque el régimen impositivo hace que sea casi imposible financiar a un candidato o a un partido de forma legítima.

"La política es sucia, si eres mujer necesitas el apoyo de algún familiar varón, padre, hermano o esposo, que oficie de contención ante sobornos, la apropiación de tierras, extorsiones y acuerdos turbios", explicó Kishwar.

De hecho, la extensa "economía negra o paralela" está estrechamente ligada al sistema electoral y se retroalimentan mutuamente.

"En los últimos 15 años hubo una tendencia a que los candidatos a las elecciones tuvieran causas abiertas", señaló Sanjay Kumar, subdirector de Lokniti, un programa de democracia comparada.

Las mujeres no van a perder una oportunidad de participar en las elecciones sólo porque no tienen dinero ni influencias políticas, pero son las otras cuestiones por las que los partidos no les tienen confianza para ganar, dijo IPS Kumar, también especialista en movilización y violencia electoral.

El Congreso del Partido se jacta en su plataforma de haber logado promover una enmienda constitucional en 1993 que reserva 33 por ciento de los asientos de las panchayats, unidad administrativa de cada aldea, y órganos locales urbanos a las mujeres.

"Actualmente, las mujeres constituyen 40 por ciento de los representantes elegidos en los panchayats. No es menos que una revolución", señala el documento, que también promete instaurar el sistema de cuotas en las asambleas nacional y estatales si es elegido.

Pero su archirival Partido Bharatiya Janata lo acusa de "no tener el valor de hacer frente a sus aliados que se oponen a la participación de las mujeres en la política".

Lo cierto es que ambas agrupaciones tienen menos candidatas que en las elecciones de 2004.

En este contexto, la mejor forma de ayudar que tienen las mujeres es participar en el ámbito local, donde ya tienen ganado un espacio, "porque es más fácil empezar a limpiar el sistema y erradicar la corrupción en el vecindario", señaló Kishwar.

"Hasta que no haya un sistema de cuotas en el parlamento nacional y en los estaduales, las mujeres deben trabajar para democratizar la estructura partidaria y habilitar espacios para sus compañeras competentes a fin de que ocupen cargos por mérito propio y no por vínculos familiares", sostuvo.

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