Varios políticos que se postulaban a las elecciones programadas para el 20 de agosto en Afganistán retiraron sus candidaturas, dejando muy dividida a la oposición. Esto podría asegurarle una victoria abrumadora al actual presidente Hamid Karzai.
Observadores señalan que la oposición —una variopinta colección de ex funcionarios del gobierno, empresarios y señores de la guerra— fue incapaz de adoptar una posición unificada.
Los principales contrincantes —Gul Agha Sherzai, Ashraf Ghani y Ahmed Ali Jalali— no pudieron hacer a un lado sus diferencias y elegir un representante común.
"Todos tienen ego, y nadie quiso permitir que otro pasara al centro del escenario", dijo Jalali, ex ministro del Interior.
Muchos dicen que los candidatos conseguirán apoyo a cambio de privilegios y fama. "Apenas los candidatos débiles se den cuenta de que no pueden ganar las elecciones (solos), les darán sus votos a uno más poderoso y, a cambio, pedirán algunos privilegios", señaló Said Jawad Hussaini, presidente del partido Afganistán-e-Jawan.
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Para otros candidatos potenciales en los comicios de agosto, el tema puede ser perder privilegios, no ganarlos. Por ejemplo, hubo muchos rumores de que Zalmay Khalilzad, ex embajador de Estados Unidos en Afganistán, sería el principal contendiente en la carrera hacia la presidencia.
Numerosos grupos tribales realizaron manifestaciones a favor de su candidatura. Él incluso convocó a una gran reunión en Dubai para debatir sobre la política afgana y la reconstrucción. Pero algunos analistas sostienen que puede haber decidido no postularse porque, según la Constitución afgana, para ello tendría que renunciar a su ciudadanía estadounidense.
Sentimientos similares pueden haber forzado a Jalali, otro ciudadano estadounidense, a desertar de su candidatura. También se dice que él y otro postulante, Anwar-ul-haq Ahadi, abandonaron la carrera presidencial a causa de los archivos que sobre ellos tienen las fuerzas de seguridad nacionales y que no quieren sean abiertos al escrutinio público.
Sin embargo, el jefe del equipo de Jalali, Ajmal Shinwari, negó esas acusaciones.
Rafiq Ahmad Shaheer, conferencista en la Universidad de Herat, dijo que Ahadi pudo haber sido disuadido de postularse por presión de su partido, el grupo nacionalista pashtún Millat Afgano.
Las hábiles maniobras de Karzai también pusieron obstáculos en el camino de la oposición.
Karzai reemplazó a su primer vicepresidente, Ahmad Zia Massoud, por Qasim Fahim, en una medida que dividió a la oposición. Fahim es una importante figura asociada con el Frente Unido, y se cree ampliamente que el presidente le dio un puesto vicepresidencial a cambio de su apoyo.
"Karzai lo eligió porque quería debilitar al Frente Unido Nacional y obtener el apoyo de los líderes jihadistas (combatientes islámicos)", dijo el experto en política Muhajudin Mehdi.
La medida de Karzai también está a tono con la tradición histórica de compensar la representación de varios grupos étnicos. "Es por esto que los candidatos están intentando elegir a sus candidatos vicepresidenciales de otros grupos étnicos", dijo Abdullah Uruzgani, investigador y miembro de la Fundación Andisha, una organización de expertos.
Karzai está jugando con habilidad, sostuvo, y otros candidatos no han podido usar las designaciones vicepresidenciales en su beneficio, agregó.
"Se esperaba que Ashraf Ghani eligiera vicepresidentes poderosos pero, por el contrario, designó a algunas personas no muy conocidas, y esto muestra que él no es serio", dijo Uruzgani.
La mayoría de los candidatos carecen de una fuerte red de apoyo dentro del país, mientras que Karzai ha construido apenas una red en los últimos años.
Karzai tiene fama de contar con el respaldo de muchos "ulemas", ancianos tribales, y otras figuras influyentes que, llegado el momento, pueden llevar harina electoral para su costal.
Jalali, Ghani y Khalilzad viven en Estados Unidos, lo que hace difícil cultivar esas redes de apoyo en territorio afgano.
Además, muchos candidatos también pueden carecer de respaldo internacional. En una era donde es crucial el apoyo político de otros países, esto puede haber desalentado a algunos de postularse.
"Las renuncias de candidatos muestran que, en Afganistán, las decisiones importantes no pueden tomarse de modo independiente", dijo el experto político afgano Ghulam Mujtaba Rasoli.
"El apoyo de países poderosos cumple un rol en cada decisión tomada en Afganistán, incluidas las elecciones presidenciales", añadió.
"Aunque el artículo cuarto de la Constitución afgana establece el derecho de soberanía para su pueblo, no podemos negar las influencias de algunos países extranjeros y vecinos. Considerando las décadas de guerra en Afganistán, es imposible tomar decisiones de modo independiente, lo que es un ejemplo asombroso de lo que estoy diciendo", planteó.
Y, lo que es más importante, Estados Unidos no pudo hallar otro candidato que respaldar, aunque lo intentó.
El gobierno de Barack Obama demostró ser mucho más crítico de Karzai que el anterior, y en muchos casos los funcionarios han criticado abiertamente al presidente afgano.
La secretaria de Estado (canciller) estadounidense, Hillary Clinton, ha calificado a Afganistán de "narco-Estado", y Obama ha dicho que "Karzai debería salir de su búnker y ocuparse de su país".
Un reciente informe del periódico británico The Guardian señaló que los funcionarios estadounidenses estaban intentando limitar el poder de Karzai designando a un primer ministro. Esto no tuvo éxito y Estados Unidos quedó sin alternativas en Afganistán.
Según los expertos, ninguno de los otros principales postulantes recibió el apoyo de Estados Unidos, algo que también los disuadió de postularse.
Ahora los expertos creen que Karzai ganará fácilmente las elecciones.
"Sin ninguna oposición, y con sus redes de apoyo en marcha, Karzai la tendrá fácil en agosto", dijo Haroun Mir, analista del Centro de Afganistán para la Investigación y los Estudios Políticos.
"Karzai es un político muy hábil. Nadie ha podido vencerlo, y él ha demostrado que aunque no pueda dirigir bien al país, ciertamente puede jugar bien a la política", agregó.
* Killid es un grupo independiente de medios afganos, socio de IPS desde 2004. Este artículo es parte del Semanario Killid.