El personal del Centro de Salud de Kiswa, en Uganda central, no interrumpe sus tareas para almorzar. Con el cierre por refacciones del cercano hospital de Mbuya a comienzos de este año, en este local de seis habitaciones se atiende a 400 pacientes por día.
Molly Busingye está a cargo.
"En Kiswa no se programan partos porque no hay maternidad, pero esta mañana debimos ingresar de prisa a una mujer en uno de nuestras pequeñas habitaciones para que diera a luz. Cuando llega una madre tenemos que improvisar", relató.
"Hoy atendimos un parto, ayer dos. Así que los números van en aumento, aunque no tenemos instalaciones ni trabajadores de la salud para atenderlos. Los casos de VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) son demasiados. Los números se han triplicado", se lamentó.
La escasez crítica de trabajadores de la salud en Uganda afecta los servicios del sector. Los pacientes esperan horas para ser atendidos. Kiswa tiene un médico, ocho trabajadores y un par de voluntarios que ofrecen orientación sobre VIH/sida.
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El problema es severo. En las áreas rurales apenas se logra la mitad del personal necesario en ciertas especialidades, como asistentes médicos y enfermeros.
En los últimos seis años, Uganda perdió alrededor de 500 médicos, así como miles de enfermeros y parteras, que emigraron a países donde los trabajadores de la salud son mejor remunerados. En Uganda, hay un médico por cada 22.000 habitantes.
El gobierno introdujo en los hospitales una política de "rotación de tareas" por la falta de personal. Algunas actividades propias de los médicos son derivadas a los enfermeros, por ejemplo.
Entre las nuevas tareas que ahora asumen los enfermeros figura el manejo de personas que viven con VIH, el análisis de expectoración para diagnosticar tuberculosis y hasta la prescripción de medicamentos.
También asisten al sistema de la salud pública voluntarios que asumen la responsabilidad de la inmunización y el manejo comunitario del paludismo (o malaria), la enfermedad que causa más muertes en el país.
"Nos hemos dado cuenta de que algunas tareas originalmente desempeñadas por médicos pueden derivarse a funcionarios de rango más bajo una vez que los hemos entrenado en el procedimiento", dijo a IPS el ministro de Salud, Stephen Malinga.
El Ministerio también hace énfasis en la salud preventiva en el plano local, empleando a equipos de salud de las aldeas, agregó.
"Es efectivo. Lo hemos probado con la inmunización porque nos dimos cuenta de que la salud se hace en el hogar, y en las clínicas solamente se cura. Para prevenir enfermedades en las comunidades hemos reducido la carga de las clínicas", explicó.
Malinga dijo que "los trabajadores de la salud no especializados en las aldeas saben qué niño en qué hogar no está inmunizado. Así que es fácil ir a esa casa para vacunarlo".
Pero el parlamentario Sam Lyomoki declaró a IPS que las medidas adoptadas por el gobierno son insostenibles.
"Debemos aumentar el financiamiento del sector de la salud, y reclutar y retener a los trabajadores calificados. Los no especializados han sido útiles, porque sin ellos habríamos tenido una situación peor. Pero ésa no es la mejor manera de avanzar, porque ésas son solamente medidas provisorias", dijo.
Patrick Melu, dirigente político del distrito de Bududa, en la zona rural del oriente de Uganda, dijo a IPS que los trabajadores de la salud no especializados sienten que deberían cobrar un salario y que los pequeños estipendios que reciben son insuficientes.
En el Centro de Salud de Kiswa, Molly Busingye evalúa la habitación diminuta y congestionada dedicada a la atención prenatal. Afuera hay una larga fila de embarazadas, algunas durmiendo en los bancos. Las mujeres llegan para hacer consultas en grupos de a cinco.
"La infraestructura es la misma, pero la cantidad de pacientes va en aumento. Así que hay madres que están paradas durante mucho tiempo. Hemos visto a algunas de ellas sangrando por estar tanto tiempo en la fila. Como la habitación es demasiado pequeña, trabajamos a la sombra de un árbol en el complejo, lo que no es sano ni para el personal ni para los pacientes", dijo.
Mary Obong, una partera que trabajó alrededor de 10 años en Kiswa, dijo a IPS: "Aquí tenemos servicios prenatales, postnatales e incluso de planificación familiar en una sola habitación".
"Hay mucha congestión y no hay privacidad, la cual es necesaria, porque hay mujeres que sufren enfermedades que revelar en presencia de otras", explicó.
El personal se compadece de las pacientes que llegan a primera hora, dijo Obong.
"La mayoría de las mujeres vienen aquí muy temprano en la mañana y se quedan demasiado tiempo. Así que nos aseguramos de que sean atendidas. Tenemos que hacerlo, incluso cuando estamos sufriendo. También vemos que nuestra situación y la de ellas es la misma, así que debemos ayudarlas", expresó.
El centro también ofrece orientación voluntaria y servicios de análisis para jóvenes.
"El lugar es muy pequeño, así que no hay confidencialidad. No sólo estamos limitados por la cantidad de los trabajadores de la salud, sino también por el espacio y por la escasez de medicamentos", planteó Janet Nyakana, directora del programa.
Al consultársele por qué no había buscado empleo en el exterior, como muchos de sus colegas, Nyakana respondió: "Los adolescentes tienen muchos problemas. Sentimos que deberíamos ayudarlos, nos paguen o no. Me siento más satisfecha sirviendo a los ugandeses, especialmente a los jóvenes."
El Centro de Salud de Kiswa tiene un solo médico, apoyado por otros nueve trabajadores, para atender a alrededor de 100 pacientes. "Uno habla de la mañana a la noche. Al final del día estamos exhaustos. A veces es por eso que terminamos dando atención de mala calidad", dijo Busingye.
Malinga declaró a IPS que el gobierno trabaja para aumentar el presupuesto del sector de la salud, a fin de equipar los centros y de garantizarles una mejor remuneración a los trabajadores.
También señaló que el gobierno, junto con el británico Departamento para el Desarrollo Internacional, analizan un acuerdo para atraer a trabajadores de la salud hacia las zonas rurales de Uganda, así como a otras áreas de difícil acceso, pagándoles un complemento.