El gobierno de Israel dio otro paso hacia el aislamiento al anunciar que no cooperaría con la investigación de la ONU sobre la presunta comisión de crímenes de guerra en el enfrentamiento que sostuvo contra Hamás en Gaza, entre el 27 de diciembre y el 19 de enero.
Funcionarios israelíes temen que la investigación ordenada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en marzo, encabezada por el juez sudafricano Richard Goldstone, sea a priori contra Israel y ya tenga hechas sus conclusiones.
Goldstone fue jefe de fiscales de los tribunales de la ONU que investigaron los crímenes de guerra en Ruanda y la antigua Yugoslavia.
Un alto funcionario de la cancillería de este país señaló que el Estado judío no permitirá el ingreso de la delegación investigadora de cuatro personas, pues su mandato es "tendencioso" y no menciona los cohetes lanzados contra el sur de este país antes y durante los 22 días de combates contra Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica) y otros grupos de la resistencia palestina.
No es la primera vez que Israel cierra la puerta a funcionarios del foro mundial. El anterior caso fue cuando prohibió el ingreso al relator especial de la ONU para los territorios ocupados, Richard Falk, con el mismo argumento.
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Otra puerta más se cerró en Medio Oriente el miércoles, pero esta vez fue en la cara de Israel y lo hizo su colaborador árabe más importante en las negociaciones de paz con los palestinos.
El canciller de Egipto, Ahmed Abul Gheit, anunció que su contraparte Avigdor Lieberman no sería bienvenido en su país. "No pisará suelo egipcio en tanto mantenga su posición", declaró al canal de televisión Russia Today.
El líder del partido ultranacionalista Israel Beitenu despertó la ira de ese país árabe el año pasado cuando criticó al presidente Hosni Mubarak por no visitar Israel y declaró que podía "irse al infierno".
También sugirió que una de las represas de la ciudad egipcia de Asuán, sobre el río Nilo, podría convertirse en un objetivo en caso de deteriorarse las relaciones entre ambos estados.
Pero las puertas de inteligencia permanecen muy abiertas entre ambos países. Funcionarios egipcios confirmaron la detención de varios agentes acusados de estar vinculados al movimiento chiita libanés Hezbolá en la fronteriza península del Sinaí.
Israel habría suministrado "pistas de inteligencia" que posibilitaron las detenciones. Fuentes egipcias indicaron que entre los objetivos de la red vinculada a Hezbolá había instalaciones turísticas, pero también intereses estratégicos de ese país en la zona del canal de Suez.
La seguridad es el lema del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu al tiempo que trata de evitar ser considerado responsable de cerrar la puerta a los nuevos esfuerzos de paz.
Netanyahu busca evitar una ruptura con Estados Unidos mientras el enviado especial de Washington para Medio Oriente, George Mitchell, realiza su primer esfuerzo diplomático serio en Jerusalén y Ramalah, donde este viernes se reunió con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas.
Funcionarios del despacho del primer ministro aclararon que "para Israel, las cuestiones de seguridad son primordiales y deben anteceder a los renovados esfuerzos de paz con los palestinos".
Antes de esta ronda de conversaciones de Mitchell con israelíes y palestinos, la tercera suya y la primera desde que Netanyahu asumió el cargo el 31 de marzo, fuentes estadounidenses señalaron que el enviado especial de Estados Unidos pretende que "Israel aclare su posición respecto de la reanudación de las negociaciones con palestinos y sirios".
Al mismo tiempo, Mitchell no ocultó la dirección en la que va Estados Unidos y que espera que tome Israel.
Mitchell se mantuvo en la postura del presidente Barack Obama: Estados Unidos espera que Netanyahu revierta la firme posición que ha tenido hasta ahora de no comprometerse verbalmente con la "solución de dos estados" y acepte la importancia de lograr una paz duradera con un Estado palestino vecino de Israel.
Altas fuentes del gobierno israelí siguen difundiendo un mensaje tranquilizador y subrayan que los "objetivos compartidos" entre Estados Unidos e Israel "tienen mucho más peso que cualquier conflicto de intereses innecesario".
Funcionarios señalan que Netanyahu cuenta con que Estados Unidos "comprenda" que su recién instalado gobierno todavía necesita "varias semanas más" para diseñar una política concreta respecto de las negociaciones de paz.
Independientemente del compromiso ideológico del propio Netanyahu y de sus declaraciones pasadas, las semillas de la discordia y de una posible ruptura ya fueron sembradas cuando asumió el nuevo gobierno israelí hace dos semanas y su canciller lanzó una ofensiva muy poco diplomática.
Lieberman declaró que Israel no tiene ninguna obligación con el proceso de paz de Annapolis encabezado por Estados Unidos, que prevé una solución de dos estados. Netanyahu mantuvo un deliberado silencio sobre esa manifestación provocadora de su canciller.
Asimismo, es significativo que ni Netanyahu ni Mubarak sean los primeros gobernantes de Medio Oriente en visitar la Casa Blanca de Obama. Esa puerta se abrirá antes para el rey Abdulah II de Jordania, quien la cruzará el próximo martes.
Abdulah, quien recibió el 11 de este mes a seis cancilleres árabes, urgió a lanzar una iniciativa conjunta para reanudar negociaciones de paz "serias" sobre la base de dos estados y "en función de la referencia acordada, en especial la Iniciativa de Paz Árabe".
En la reunión también participó el secretario general de la Liga Árabe, Amr Mussa.
Por "referencia acordada", se entiende la creación de un Estado palestino junto al de Israel, lo que Netanyahu y su canciller se niegan a suscribir.
El primer ministro israelí dijo a Mitchell en la reunión del jueves de noche que estaba dispuesto a discutir la creación de un Estado palestino sólo si los palestinos reconocían primero a Israel como un Estado judío.
"Israel espera que primero los palestinos reconozcan a Israel en tanto que Estado judío para luego poder hablar de dos estados para dos pueblos", dijo el primer ministro al enviado estadounidense, según un alto funcionario del gobierno israelí.
Mientras Washington no haya formulado su estrategia general para Medio Oriente, Netanyahu puede dar largas al asunto y lograr mantener una puerta abierta.
Pero cuando Obama se decida, la renuencia de Netanyahu, por ejemplo en cuanto a detener la ampliación de asentamientos judíos en territorios palestinos, puede colocarlo frente a distintas puertas velozmente cerradas en varios frentes.