EUROPA: Apoyo nacionalista a reelección de Durão Barroso

El inequívoco respaldo del primer ministro y secretario general del Partido Socialista de Portugal, de José Sócrates, a la reelección de su compatriota, el conservador José Manuel Durão Barroso, como presidente de la Comisión Europea está lejos de ser un proceso pacífico.

Sócrates explicó que su decisión es "porque se trata de un portugués" quien ocupa y postula a proseguir en el primer cargo del órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE). Es una actitud "provinciana, acorde con un país periférico", criticó en un articulo de opinión el diario Público, de Lisboa.

Al unísono, Mario Soares, fundador del Partido Socialistas (PS), dejó caer una verdadera bomba política el oponerse al apoyo de su correligionario Sócrates para que Durão Barroso continúe al frente de la Comisión Europea por otros cinco años.

Soares, quien ocupó el cargo de primer ministro de 1976 a 1978 y de 1983 a 1985 y posteriormente la presidencia de Portugal entre 1986 y 1996, comentó este miércoles que Durão Barroso es "un rostro del pasado", opinión que cuenta con el apoyo de vastos sectores del PS.

Durão Barroso "cambia de amigos con mucha facilidad", añadió Soares, al recordar el incondicional apoyo en su momento al gobierno estadounidense de George W. Bush (2001-2009), del Partido Republicano, y ahora estar al lado del sucesor Barack Obama, del Partido Demócrata.

"Es chocante que un hombre que fue admirador y amigo sincero de Bush, esté ahora diciendo cosas aun mejores de su principal adversario", Obama, añadió.

Considerado una suerte de "padre de la nación democrática", este político de 84 años es reconocido también por su historial de tenaz opositor a la dictadura corporativista que sufrió Portugal de 1926 a 1974, lo cual le significó haber sido apresado 13 veces por la Policía Internacional de Defensa del Estado (PIDE), creada en 1933 por Antonio de Oliveira Salazar (1889-1970).

Desde el golpe militar izquierdista de 1974, que democratizó el país hasta nuestros días, Soares conserva una enorme influencia, la cual usó para recordar que Durão Barroso "carga en sus hombros algo muy grave, como es la cumbre de la vergüenza", en alusión a la reunión de las portuguesas islas atlánticas de Azores, donde se confirmó la invasión a Iraq.

El 17 de marzo de 2003, tres días antes del ataque a Iraq, Durão Barroso recibió en la base aérea de Lajes, en Azores, a Bush y a los entonces primer ministro británico Tony Blair (1997-2007) y presidente del gobierno español José María Aznar (1996-2004).

En esa cumbre se revelaron con claridad los parámetros del nuevo orden internacional diseñado por Washington, que a partir de entonces, se arrogó el derecho de intervenir militarmente con o sin el beneplácito del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Esta postura, que en la oportunidad fue calificada como un verdadero ultimátum al Consejo de Seguridad de la ONU, contó con el apoyo incondicional de Londres, Madrid, Roma, Lisboa y Copenhague, a los que a partir de enero de 2004 se unieron los nuevos miembros de la UE procedentes de Europa oriental.

En la barricada opuesta, encabezados por Francia se colocaron Alemania, Austria, Bélgica, Finlandia, Grecia, Holanda (que más tarde cambió de posición, uniéndose a Estados Unidos), Irlanda, Luxemburgo y Suecia, que se opusieron a soluciones militares sin luz verde de la ONU.

Pasados seis años y pese a que los análisis de prensa actuales reconocen que Durão Barroso "sólo jugó un papel de mayordomo" en Azores, su excesivo beneplácito a las políticas de Bush continúa siendo recordado en la inminencia del proceso para eventualmente reconducirle al cargo, dijo a IPS el cientista político Bruno Mesquita.

Los argumentos de los opositores a la reelección del presidente de la Comisión para un nuevo mandato incluyen dos aspectos fundamentales, que, según Mesquita, "son la crítica a Sócrates por su evidente inconsecuencia entre europeismo y nacionalismo y los cambios radicales de orientación ideológica de Durão Barroso".

Sócrates "por una parte declama su incondicional apoyo al proyecto único europeo, mientras adopta una postura nacionalista, pensando ganar algunos votos ‘patriotas’ en las elecciones para el Parlamento Europeo de junio próximo", añadió el analista, maestro en Ciencias Políticas de la Universidad Centro Europea, con sede en Budapest.

En otras palabras, "la ideología es secundaria, basta que sea portugués", deploró Mesquita.

El pasado maoísta del ahora conservador jefe del ejecutivo de la UE, quien durante la revolución de 1974 tuvo su bautismo en la trinchera política como responsable estudiantil del Movimiento de Renovación del Partido del Proletariado/Partido Comunista Portugués-Marxista Leninista (MRPP/PCP-ML), también hace parte de la polémica.

Mesquita recomienda no olvidar que para esa minúscula organización maoísta, el entonces líder comunista Álvaro Cunhal, Soares y el ex presidente Jorge Sampaio (1996-2006), en esos años dirigente de Internacional Socialista, eran "revisionistas", "reaccionarios" y "social-fascistas" , "vendidos al imperialismo y al social-imperialismo soviético".

"El caso de Durão Barroso no es único en Europa, donde los combativos militantes de la extrema izquierda, con sentido práctico de los nuevos tiempos, lograron reaparecer como grandes figuras públicas. Nuestra originalidad consiste en que fuimos el primer país que exportó un ex maoísta como presidente de la Comisión", explicó Mesquita.

En un editorial cargado de ironía crítica, el subdirector de Público, Manuel Carvalho, intitulado "Durão es bueno, porque es de los nuestros", aseveró el viernes que, si él fuese, por ejemplo, eslovaco, "sería muy probable que las severas críticas de Mario Soares generasen una ola de apoyos dentro del PS, incluido el de su secretario general".

"Lo que motiva a José Sócrates no es un proyecto o el bien común europeo o una cierta idea de Europa", sino que para él "lo que parece contar casi en exclusivo es el principio de que lo que es nacional, es bueno", afirma el editorialista.

A renglón seguido, sostiene que "el primer ministro revela, como dicen muchos de los que no creen en la UE, que lo que mueve la política de la Unión es la suma de los egoísmos nacionales".

Carvalho fustiga esta opción únicamente basada en que "es mejor, porque es portugués y punto final", concluyendo que "la actitud de José Sócrates, es por decir lo menos, provinciana".

Varios dirigentes del PS no se han mostrado fieles al líder, al criticar la decisión de apoyar la reelección de Durão Barroso al frente de la Comisión de la UE, entre los cuales se cuentan ex ministros y diputados tanto del parlamento nacional como del europeo.

"Una saludable diferencia de opiniones en un partido pluralista", justificó oficialmente el PS en comunicado divulgado el martes.

Sin embargo, para el profesor André Freire, investigador y profesor del Instituto Superior de Ciencias de la Universidad de Lisboa, no se trata de una simple diferencia de puntos de vista "sino de una divergencia de fondo, que dice respecto a la filosofía constitucional de la UE", entre la derecha y el Partido Socialista Europeo (PSE).

Cuando Sócrates anuncia "que va a apoyar al candidato conservador, fuertemente asociado no sólo a la invasión de Iraq sino también a medidas neoliberales emblemáticas, está no solamente negando la importancia a que se presenten proyectos y liderazgos alternativos, sino también la capacidad del PSE para encabezar ese proceso".

"Portugal jamás tendrá peso en la UE por su demografía o su economía", sólo podrá tener influencia "si presenta ideas innovadoras y pertinentes". "Nunca será tenido en cuenta esgrimiendo razones patrióticas", concluye Freire.

En defensa de Sócrates, se presentaron a público los portavoces del PS y de los dos partidos de la derecha, así como un columnista de renombre.

Entre la veintena de los analistas independientes más reputados del país, solo João Marques de Almeida, de Diario Económico, sale al paso de los críticos, aunque esgrimiendo argumentos nacionalistas.

"Es inaceptable que políticos que ocuparon lugares destacados, ignoren la importancia que un presidente portugués de la Comisión Europea tiene para Portugal, motivados sólo por envidia, la vanidad o la antipatía personal", sentencia Marques de Almeida.

El redactor principal de Público, Miguel Gaspar, en la edición del martes, al afirmar que al apoyar a Durão Barroso, el patriotismo fue el único argumento usado por Sócrates la semana pasada en el parlamento.

El humor no faltó su columna: "¡Supremo patriotismo! La condición de ser portugués dispensa todas las demás y Sócrates, de hecho no recordó de ninguna otra", ironizó.

Según Gaspar, si se tratase de fútbol, donde se destacan Cristiano Ronaldo en el club inglés Manchester United o José Mourinho como entrenador del Internacional de la ciudad italiana de Milán "o hasta de Bo, el perro cão-de-agua portugués de Barack Obama, el argumento patriótico tendría rédito", pero no cuando se habla de "el hombre que hace seis años, sirvió el café en la base de Lajes". (FIN/IPS/mdq/dm/ip/eu/09)

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