EDUCACIÓN-PAKISTÁN: Regreso a la escuela, pero con incertidumbre

La pequeña Sheema está feliz por haber regresado a la escuela en Swat, un volátil distrito septentrional en la Provincia de la Frontera Noroccidental de Pakistán.

En 2007, la rama pakistaní del movimiento islamista Talibán tomó control de Swat, donde deliberadamente bombardeó escuelas, ordenó a las mujeres usar burqas (ropa tradicional que cubre todo el cuerpo) y a los hombres dejarse crecer la barba, en un intento de imponer una interpretación radical del Islam, como lo hizo en Afganistán hasta 2001, cuando fue desalojado del poder por Estados Unidos

Como la administración no logró detener al Talibán, los niños y niñas no pudieron ir a la escuela durante 18 meses hasta el 1 de marzo.

"Nunca pensamos que íbamos a ir de nuevo a la escuela", dijo sonrojándose la tímida Sheema, estudiante de segundo grado en la Escuela Gubernamental Primaria para Niñas en la aldea de Odigram.

Esta pequeña, hija de un carnicero local, dijo a IPS que quería estudiar para convertirse en médica y atender a las personas en su aldea.
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En febrero de 2009, el gobierno pakistaní, en un esfuerzo desesperado por la paz, capituló ante la demanda talibán de que la "shariá" (ley islámica) fuera impuesta en Swat. A cambio, el Talibán prometió que los bombardeos cesarían y las escuelas serían reabiertas.

Farzana, directora de la Escuela Gubernamental Secundaria para Chicas Muchachas de Kabal, a 20 kilómetros de las oficinas centrales del distrito, en Mingora, señaló que sólo 300 de sus 850 estudiantes han regresado.

Cuando IPS le preguntó si tenían medio de volver, Farzana prefirió no responder. "La mayoría han olvidado lo que aprendieron", dice, en cambio. "Será muy difícil para ellas ponerse al día con estudiante de otras provincias".

Shamshad Begum, ginecóloga en el Hospital Escuela Saidu de Mingora, recuerda cuán pacífico era Swat antes de que ser tomado por el Talibán. Con sus bellas montañas y valles, era un paraíso turístico, con más de 500 hoteles, todos los cuales cerraron a partir de 2007.

Pero sostuvo que "los días de antaño deben quedar en el pasado". "Los estudiantes y los profesores deben estar motivados para un nuevo comienzo. La educación es lo más importante. Puede marcar la diferencia en la vida de las futuras generaciones", subrayó.

Antes de que se quebrara la ley y el orden en Swat, el alfabetismo entre las mujeres era de 22,89 por ciento y entre los hombres de 52,79 por ciento (el promedio nacional del alfabetismo femenino es de 45 por ciento). Más de un millón de niñas y adolescentes fueron inscriptas en escuelas. Desde marzo, unas 500.000 regresaron a las aulas, afirmó el ministro de Educación de la Provincia de la Frontera Noroccidental, Sardr Hussain Babak.

"Un total de 188 escuelas para niñas y 97 para niños fueron destruidas por el talibán desde fines de 2007", según Kameen Khan, funcionario de educación del distrito. Ésta es sólo una cuarta parte de las escuelas para niñas en Swat, insistió.

Permanecen intactas 566 escuelas para niñas en Swat, y han reabierto, aseguró. Las horas escolares se extendieron de seis a ocho, así que los alumnos están en las aulas más tiempo.

Pero la gran duda de todos es hasta cuándo durará esto.

"La educación de las mujeres va contra el Islam. Ellas se tienen que sentar en la casa y no salir", dijo a IPS el portavoz del Talibán en Swat, Muslim Khan, quien trabajó cuatro años en Estados Unidos como pintor antes de regresar a Pakistán en 2002.

Las niñas de Swat fueron "autorizadas" a ir a la escuela, señaló, pero hizo una advertencia: deben ir cubiertas de la cabeza al pie cuando van y regresan de las clases.

En 2008, más de un tercio de los 800.000 habitantes de Swat huyeron del distrito por los combates entre el ejército pakistaní y el Talibán. Decenas de miles ocupan los campamentos de desplazados en Peshawar, capital de la Provincia de la Frontera Noroccidental, a unos 120 kilómetros de Mingora. Los que se quedaron no tuvieron otra opción que aceptar el nuevo orden talibán.

En Kabal, Ajmeer Khan, un mecánico de cuatro hijos, piensa que Dios respondió sus oraciones por paz. "No tengo el dinero para enviar a mis hijos fuera de Swat. Sólo puedo pagar las escuelas estatales que cobran una cuota nominal", afirmó.

Organizaciones no gubernamentales son muy escépticas sobre el "acuerdo de paz" en Swat. "Estamos inmensamente preocupados sobre la educación de las mujeres" allí, dijo Yasmin Bibi, de Shirkat Gah, organización nacional con oficinas en Lahore, Karachi y Peshawar. "Muchos padres temen enviar a sus hijas a la escuela por falta de protección".

Por su parte, Rakhshanda Naz, de la Fundación Aurat, dijo a IPS: "Necesitamos la educación de las mujeres (para cerrar la brecha de género). En Pakistán, las mujeres son ciudadanas de segunda clase. Al negarles la educación, se las envía de regreso a la Edad de Piedra", afirmó.

No obstante, el ánimo en Swat es alto. "Ahora hay un rayo de esperanza en que los estudiantes no sufrirán más", dijo optimista el profesor Neelam Bibi, de la Escuela Gubernamental Secundaria para Muchachas en Matta. "El gobierno, así como el Talibán, parecen serios en su intención de facilitar la educación de las mujeres", añadió.

"No puedo creer cuando mi compañera de estudios me dijo que había regresado a clases. Al día siguiente, empecé a venir", dijo Gul Fam, en séptimo grado de la Escuela Media para Muchachas de Charbagh, en el sur de Mingora. Cuando IPS le preguntó qué sentía, dijo en voz baja pero con firmeza: "Me gusta. La educación es mi pasión".

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