Las advertencias sobre el mal estado de la economía salvadoreña y su consecuente debilidad para afrontar la recesión mundial fueron ignoradas por el presidente Antonio Saca debido a intereses electorales, advierten analistas y empresarios al enumerar las dificultades que le esperan al próximo gobierno.
Dos semanas antes de las elecciones presidenciales del 15 de marzo, Saca y otros portavoces del gobierno de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) aseguraban que la hacienda pública mostraba mucha estabilidad y que "no había de qué preocuparse".
Pero poco después de los comicios que le dieron el gobierno a Mauricio Funes, quien lo asumirá el 1 de junio, la titular del Banco Central de Reserva (BCR), Luz María de Portillo, y el secretario técnico de la Presidencia, Eduardo Ayala, admitieron lo contrario, al informar de la fuerte caída en las exportaciones y de la recaudación fiscal, junto a la pérdida de miles de empleos.
"Nosotros desde hace un año advertimos esta situación", particularmente lo referido a la salud de las arcas del Estado y a la caída del producto interno bruto (PIB), pero el gobierno "desgraciadamente no nos escuchó", dijo a IPS Jorge Daboub, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (CCIES).
Opinó que el "clima electoral" impidió que se reconociera esa situación y que se tomaran medidas preventivas ante la llegada de la crisis económico-financiera global nacida en Estados Unidos, destino de 57 por ciento de las exportaciones salvadoreñas.
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"Ahora tenemos que soportar el resultado de esas malas decisiones", puntualizó.
Daboub confirmó que se han perdido 36.000 puestos laborales desde agosto y que las ventas externas mermaron 21,4 por ciento entre febrero de 2008 e igual mes de este año, principalmente aquellas con destino a Estados Unidos. También la recaudación fiscal descendió 12,5 por ciento en ese mismo periodo.
"Estamos en una situación de aprietos" económicos, enfatizó el dirigente empresarial.
Cifras oficiales indican que el impuesto al valor agregado (IVA), el tributo más importante en términos de captación de fondos, registró una merma de 25 por ciento, al pasar de 130,8 millones de dólares a 98 millones en los últimos 12 meses cerrados en enero, en particular por la caída del consumo interno y de la recaudación por venta de combustibles.
El próximo gobierno del izquierdista y ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), encabezado por Funes, afrontará "un duro periodo" debido al "impacto desproporcionado" de la crisis económica mundial, advirtió a mediados de marzo la agencia de calificaciones de riesgos financiero Fitch.
Funes, tras derrotar al candidato de Arena, Rodrigo Ávila, conducirá el primer gobierno de izquierda en la historia salvadoreña.
En tanto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) vaticinó un desplome en el envío de remesas de dinero de los emigrantes latinoamericanos a sus países de origen, que puede situarse entre 11 y 13 por ciento anual.
Los ingresos por este concepto tienen en la economía salvadoreña una importancia fundamental.
Datos del BCR señalan que las remesas sumaron sólo el año pasado 3.787 millones de dólares, un aporte de 17,1 por ciento al producto interno bruto (PIB) de ese periodo. La mayoría de esos fondos llegaron de Estados Unidos, donde viven 90 por ciento de los 2,9 millones de los emigrados salvadoreños. Para enero, esos envíos cayeron ocho por ciento, respecto del mismo mes de 2008.
La economía salvadoreña creció, según el BCR, 3,2 por ciento en 2008, pero para este año las proyecciones oficiales apenas llegan a uno por ciento.
Carlos Acevedo, economista del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), compartió la crítica de Daboub. "La situación de las finanzas (públicas) no ha cambiado; lo que ha cambiado es el discurso del gobierno", después de la derrota de Arena.
El experto precisó que las gráficas desde el tercer trimestre de 2008 reflejan que el índice de la actividad económica (ivae) tuvo "rango negativo" y, en concreto, la caída puede llegar a tres por ciento entre febrero 2008 e igual mes de este año.
El IVAE es un "indicador adelantado" del desempeño de las distintas variantes de la economía hasta que estén cerrados los cálculos. Los datos estimados, entonces, significan que lo más probable es que el PIB también haya negativo el año pasado, explicó el economista.
"Es difícil que tengamos una tasa de crecimiento positivo este año", indicó Acevedo, para luego añadir que la notable merma de las remesas de los emigrantes ocasiona un impacto importante en el consumo, principal motor de la economía, lo que a su vez llevará a una desaceleración económica fuerte.
"Hay un deterioro galopante de la situación ", subrayó el funcionario del PNUD.
Sin embargo, Acevedo considera que, con el préstamo de 500 millones de dólares aprobado a fines del año pasado por el Banco Mundial y otros 450 millones del BID, le darán a El Salvador un "respiro", lo cual permitiría a Funes cumplir con algunas de sus ofertas electorales, como proteger a los sectores más vulnerables y crear empleos, aunque no los 200.000 que prometió.
Esta semana, el secretario general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Francisco Rojas, señaló que una de las tareas "pendientes" de la región para afrontar la crisis es la ausencia de "acuerdos nacionales".
Héctor Dada Hirezi, miembro del llamado grupo de trabajo de Funes, sostuvo que el gobierno saliente debería implementar de forma inmediata "las primeras medidas para afrontar la crisis"; ya que, de no hacerlo, puede llevar a "situaciones irreparables" para la economía.
La pobreza afecta a casi 40 por ciento de los 5,7 millones de salvadoreños y el desempleo está estimado oficialmente en 6,5 por ciento de la población económicamente activa, aunque el subempleo alcanza a 43 por ciento.
Además este país, con un territorio de 20.000 kilómetros cuadrados, presenta una de las más altas tasas de violencia ciudadana de América Latina, con 61 asesinatos por cada 100.000 habitantes, que reconoce entre sus causas la guerra de 1980 a 1992 entre fuerzas del Estado y el entonces guerrillero FMLN, que dejó unas 75.000 personas muertas, 6.000 desaparecidas y 40.000 lisiadas.
Daboub considera que la utilización transparente y eficiente de los recursos del Estado y políticas adecuadas para atraer mayor inversión privada contribuiría a sobrellevar la recesión mundial en curso.
"Tradicionalmente, los sectores sacrificados han sido los más pobres, mientras que los empresarios han salido bien librados; una realidad que debe cambiar", subrayan los analistas.