El Banco Mundial planifica triplicar este año y el próximo los fondos destinados a redes de seguridad social en países pobres. La suma de 12.000 millones de dólares estará destinada a los más vulnerables a la depresión económica mundial.
La iniciativa del Banco, anunciada el martes, refleja la preocupación porque la actual crisis está hundiendo en la pobreza a más gente del mundo en desarrollo, revirtiendo logros obtenidos en los ingresos de más de 1.400 millones de personas que viven con el equivalente a 1,25 dólares diarios.
"Un mundo que no aprende de la historia está condenado a repetirla", dijo el presidente de la institución, Robert B. Zoellick.
"Aunque la reunión del Grupo de los 20 (G-20) se centró en cuestiones financieras, necesitamos aprender de la historia de crisis pasadas, cuando los gobiernos hacían recortes en los programas sociales, a menudo con impactos devastadores sobre los pobres", agregó.
"La mayor parte de la atención en la actual crisis se ha centrado en los países industrializados, donde la población enfrenta la pérdida de hogares, bienes y trabajos. Éstas son dificultades reales. Pero los habitantes de los países en desarrollo tienen mucho menos que un colchón: ningún ahorro, ningún seguro, ningún beneficio por desempleo y a menudo ningún alimento", dijo Zoellick.
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Como parte de la nueva iniciativa, el Consejo Ejecutivo del Banco aprobó elevar de 1.200 millones de dólares a 2.000 millones el fondo de su mecanismo de financiamiento rápido para alimentos.
Hace menos de un año, el Banco abrió esa vía como parte de un Programa de Respuesta a la Crisis Mundial de los Alimentos diseñado para hacer frente al agudo incremento de los precios de la comida entre 2007 y mediados de 2008.
Hasta la fecha, el Banco Mundial comprometió 1.180 millones de dólares en proyectos en 36 países bajo ese fondo de vía rápida.
"El entorno económico riesgoso, combinado con la continua volatilidad de los precios de los alimentos, significa para los pobres que la crisis alimentaria dista de haber terminado", dijo la directora gerenta del Banco, Ngozi Okonjo-Iweala.
"Muchos países pobres no se han beneficiado de cierta moderación de los aumentos en los precios de los alimentos en los mercados mundiales. La decisión de expandir el mecanismo ayudará a garantizar que se implementen medidas rápidas para ayudar a los países", agregó.
El anuncio del martes se dio en vísperas de las reuniones anuales de primavera (boreal) del Consejo de Gobernadores del Banco y del Fondo Monetario Internacional, a realizarse el próximo fin de semana.
El mes pasado, el Banco publicó sus últimas proyecciones sobre la profundidad y duración de la actual crisis económica.
Allí pronosticó que en 2009 el producto bruto mundial se contraerá en 1,9 por ciento, por primera vez en décadas, y que 2010 no ofrecería mucha mejoría.
La mayor parte de la contracción de la actividad económica de este año tendrá lugar en las naciones industrializadas cuyo producto interno bruto (PIB) se espera que caiga tres por ciento, según la última edición de las "Perspectivas Económicas Mundiales" publicadas por el Banco el mes pasado.
Pero los países pobres también serán muy perjudicados. Su crecimiento general caerá de casi seis por ciento en 2008 a apenas dos por ciento en 2009. Globalmente, se estima que 53 millones más de personas deberán subsistir con menos del equivalente de 1,25 dólares al día, señaló el Banco.
La producción industrial mundial ya cayó 15 por ciento desde el inicio de la crisis, mientras el comercio de bienes y servicios caería 6,1 por ciento en 2009, según Hans Timmer, director de Tendencias Mundiales en el Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo del Banco.
Aunque las economías especializadas en producción de bienes de capital —particularmente Japón, Alemania y Taiwán— han sido muy golpeadas, los países que dependen de las exportaciones de materias primas, que incluyen a muchos de los más pobres, también han sufrido mucho y es improbable que tengan una rápida recuperación.
Es probable es que el precio del petróleo se mantenga en algo más de 50 por ciento de sus valores de 2008, promediando los 47 dólares por barril en 2009, mientras el declive de los precios de materias primas no petroleras se proyecta en más de 30 por ciento en comparación con el año pasado.
La contracción económica de los países en desarrollo será particularmente severa en Europa y Asia Central, donde el crecimiento del PIB pasaría de 4,2 por ciento en 2008 a menos dos por ciento en 2009.
América Latina y el Caribe también tendrán un crecimiento reducido, de sólo 0,6 por ciento este año, comprado con 4,2 por ciento en 2008, con México y Argentina entre los más afectados, según el informe.
Medio Oriente y África del Norte serán los menos afectados por la crisis, pues las proyecciones de crecimiento para 2009 se ajustaron en apenas tres décimos, pasando de 3,3 a tres por ciento.
En África subsahariana, el crecimiento del PIB, que fue de casi cinco por ciento en 2008, sería de 2,4 por ciento este año, lo que no acompasará el aumento demográfico.
"Si la economía mundial continúa deteriorándose, la presión sobre los países africanos será enorme", dijo Justin Yifu Lin, economista en jefe del Banco.
Para el periodo 2009-2010 las inversiones en seguridad social del Banco Mundial aumentarán a 12.000 millones de dólares, mientras fueron de 4.000 millones de dólares en el bienio previo a la crisis.
Ese monto incluye programas de respuesta social rápida y transferencias condicionadas en efectivo, bajo la forma de subvenciones a las familias que envíen a sus hijos a la escuela y los sometan a controles médicos regulares.
Según Zoellick, el aumento de inversiones en los programas de seguridad social es efectivo tanto en el estímulo del gasto como en la protección de los pobres a un costo relativamente bajo, a menudo inferior a uno por ciento del PIB de un país.
La organización humanitaria Oxfam Internacional apoya la medida del Banco, pero expresó su preocupación por que los fondos se desvíen de otros programas importantes, o que el Banco imponga condiciones para su desembolso.
"Damos la bienvenida (al anuncio), pero queremos asegurarnos de que sea dinero adicional, nuevo, no un desvío de compromisos existentes. También quisiéramos que esta asistencia no incluya condiciones económicas perjudiciales", dijo Marita Hutjes, asesora política de Oxfam.
El dinero debería ofrecerse en términos especiales, para que los préstamos "no se sumen a la carga de deuda de los países", opinó.