El canciller de Noruega, Jonas Gahr Støre, pidió que el desarme nuclear vuelva a ser un asunto prioritario en la agenda internacional, papel que perdió con la caída del Muro de Berlín en 1989.
El hecho no sólo terminó con la división de la capital alemana y allanó el camino para la unificación de ese país, sino que supuso el fin de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la hoy disuelta Unión Soviética.
"Cuestiones de buena gobernanza y derechos humanos adquirieron mayor relevancia pues parecía que la amenaza nuclear había desaparecido", dijo Støre a IPS.
"Con el actual gobierno de Estados Unidos surge una nueva oportunidad para promover el desarme", señaló el canciller. "No es cosa de todos los días que Washington pida que se tomen medidas para tener un mundo sin armas nucleares".
Es un momento decisivo, añadió. Por un lado, es cada vez más necesario impulsar el desarme nuclear porque la no proliferación plantea grandes desafíos. Por otro lado, las oportunidades y las posibilidades son quizá mayores que hace una década.
[related_articles]
Noruega recurrirá a su influencia para impulsar el protagonismo del desarme nuclear, aseguró el canciller el miércoles en la apertura de una exposición vinculada al tema en Oslo que organizó la asociación budista Soka Gakkai Internacional (SGI).
Alemania y Noruega plantearon el tema en la Cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), realizada a principios de este mes en la ciudad francesa de Estrasburgo y la alemana de Kehl, dijo Støre a IPS.
La declaración final de la alianza militar del 4 de este mes subraya que "el control de armas, el desarme y la no proliferación" siguen constituyendo una importante contribución a la paz, la seguridad y la estabilidad del mundo.
Los miembros de la OTAN reafirmaron que el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TPN) sigue siendo importante y se comprometieron a tener una actitud constructiva para que la conferencia de 2010, que se propone revisar el pacto, tenga resultados positivos.
"No tenemos que olvidar que el TPN no da derecho a las cinco potencias nucleares (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) a mantener su estatus especial de forma indefinida", subrayó el ex primer ministro noruego Kjell Magne Bondevik en la inauguración de la muestra "De una cultura de violencia a una cultura de paz: transformando el espíritu humano".
Bondevik propuso un encuentro periódico entre las cinco potencias nucleares, en la que participe el secretario general de las Naciones Unidas, para trazar una hoja de ruta con medidas concretas para promover el desarme.
"La no proliferación y el desarme sólo deben ser pasos intermedios hacia un objetivo mayor, un mundo libre de armas nucleares", sostuvo.
Bondevik fue primer ministro entre 1997 y 2000 y de 2001 a 2005, lo que lo convierte en el gobernante nórdico no socialista en ocupar por más tiempo el cargo desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En enero de 2006 fundó el Centro de Oslo para la Paz y los Derechos Humanos, que preside desde entonces.
También señaló que es alentador que haya señales de la reanudación de las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia, que concentran 95 por ciento del arsenal nuclear mundial, respecto del nuevo acuerdo vinculante que reemplazará al Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Start 1, por sus siglas en inglés), que vencerá en diciembre de este año.
Por su parte, el presidente de SGI, Daisaku Ikeda, coincidió con Bondevik.
La SGI, con miembros en 192 países y territorios, organizó la exposición que seguirá abierta hasta el 22 de este mes, en colaboración con varias organizaciones de este país: No a las Armas Nucleares, Médicos Noruegos contra las Armas Nucleares, afiliada a Médicos Internacionales para la Prevención de la Guerra Nuclear, el Comité Noruego Pugwash, la Comunidad Noruega Atlántica y la Asociación Unida de Noruega.
La asociación budista considera que la conferencia del año que viene para revisar el TNP es un paso muy importante hacia la abolición de las armas nucleares.
El vicepresidente de SGI, Hiromasa Ikeda, señaló que el propósito de la exhibición era "exponer una visión amplia de una cultura de paz basada sobre el concepto de seguridad humana e impulsar a la gente a tomar medidas para su concreción".
"El apoyo actual a la abolición registrado en el ámbito de la política internacional, donde hasta ahora esa posibilidad era considerada irrealista, ofrece una oportunidad decisiva", dijo a IPS el director de asuntos de paz, Hirotsugu Terasaki.
Las potencias nucleares deben hacer esfuerzos de buena fe si quieren restaurar la confianza en el TNP, dijo a IPS Bondevik.
"Sólo entonces se podrá ganar la confianza de los países que no pertenecen al TPN y lograr su compromiso para congelar y desmantelar sus programas de armas nucleares", remarcó.
La actual crisis financiera internacional puede facilitar el proceso, sostuvo Steffen Kongstad, funcionario de la cancillería que fuera jefe negociador de las conversaciones para lograr la prohibición internacional contra las bombas de racimo.
"La ciudadanía debe cuestionar el gasto de miles de millones de dólares para mantener un arsenal que nunca será usado", señaló Kongstad en el seminario que acompañó la muestra.
"La mera existencia de estas armas representa una amenaza grave a la seguridad. No se puede distinguir entre buenas y malas armas nucleares", apuntó.
Kongstad advirtió sobre la autocomplacencia, pese a algunas señales positivas de Estados Unidos y Rusia. "Sabemos que el lobby nuclear todavía es fuerte en ciertos países clave. Pero también tenemos que reconocer que hay otros actores, además de Estados Unidos".
La presión política de votantes, sociedad civil y académicos es esencial para obtener resultados tangibles, añadió. Funcionó para la Convención sobre la Prohibición de Minas Antipersonal, de 1997, y la Convención sobre Municiones en Racimo, del año pasado.