El presidente de Cuba, Raúl Castro, renovó este miércoles su disposición a «hablar de todo» con Estados Unidos, aunque añadió que ese eventual diálogo no incluye «gestos» unilaterales ni negociar el sistema político o los asuntos internos de este país.
La aclaración de Castro, en una concurrida reunión del Movimiento de Países No Alineados (NOAL), aparece en momentos en que funcionarios de las dos naciones sostienen en Washington encuentros "informales" para abordar temas de interés común. Mientras La Habana ha obviado referencias a tales encuentros, un portavoz de la Casa Blanca dijo esta semana que se trata de contactos que se producen "periódicamente".
El gobernante cubano dejó instalado el segmento ministerial de la cita del NOAL que da los toques finales a los documentos que serán presentados, para su aprobación, a la XV Cumbre del movimiento, que preside Cuba desde 2006. El proyecto de declaración final, de unos 467 párrafos, incluye una condena al embargo estadounidense contra este país.
"No hay pretexto político ni moral que justifique la continuidad de esa política", dijo Castro en su discurso, tras estimar que las medidas de flexibilización anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, son "positivas", pero de alcance "mínimo". "El bloqueo quedó intacto", recalcó. A mediados de abril, Obama anunció la eliminación de las restricciones que desde 2004 pesaban sobre los viajes y envíos de remesas de ciudadanos cubano-americanos a Cuba. En días posteriores, la administración estadounidense comenzó a pedir a La Habana reciprocidad, como la liberación de "presos políticos" y otros "pasos".
"No es Cuba la que tiene que hacer gestos", remarcó el mandatario cubano, tras recordar que su país "no ha impuesto sanción alguna contra los Estados Unidos ni contra sus ciudadanos" y tampoco "es la que persigue las transacciones financieras realizadas por los bancos norteamericanos".
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"Hemos reiterado que estamos dispuestos a hablar de todo con el gobierno de Estados Unidos, en igualdad de condiciones, pero no a negociar nuestra soberanía ni nuestro sistema político y social, el derecho a la autodeterminación, ni nuestros asuntos internos", culminó el mandatario. En una primera reacción, el portavoz del Departamento de Estado (cancillería), Robert Wood, renovó el interés de Washington de dialogar con Cuba. "Pero creo que la comunidad internacional quiere ver pasos desde La Habana, para evaluar la seriedad de ese gobierno sobre un diálogo sobre toda una serie de temas", añadió.
"Nosotros creemos que Cuba no está aislada en el concierto internacional. Cuba tiene un espaldarazo de toda la comunidad internacional", opinó, en cambio, ante preguntas e periodistas, el canciller de Ecuador, Fander Falconí, quien recordó además que el reclamo del fin del bloqueo ha estado presente en todos los foros públicos.
A la reunión de La Habana acudieron delegaciones de 111 países del NOAL, integrado actualmente por 118 naciones, que fueron exhortadas por Castro a respaldar la celebración en junio de una conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la crisis económica y financiera y su impacto en el desarrollo.
Según Castro, quien en julio deberá viajar a Egipto para entregar a ese país la presidencia de los NOAL, la reunión de la ONU constituye "el marco imprescindible para debatir y buscar soluciones de consenso a esta grave situación. El Movimiento de Países No Alineados debe apoyar su celebración".
Esa conferencia brindará la oportunidad de analizar el problema y ofrecer sugerencias de solución, señaló el presidente de la Asamblea General de la ONU, Miguel D'Escoto, quien instó a aprovechar la cita para el diseño de la nueva arquitectura económica y financiera mundial.
"Por primera vez en la historia, todos los países del mundo, incluyendo a los que pagan, tendrán ahora la oportunidad de participar en ese diseño", consideró el diplomático nicaragüense.
Los ministros sesionarán hasta este jueves en torno a los temas contenidos en la declaración final, que incluyen migraciones, tráfico de drogas, el nuevo orden económico, terrorismo y ambiente, entre otros. También se analiza el apoyo del NOAL al presidente de Bolivia, Evo Morales, y el respaldo al derecho del pueblo palestino a un Estado soberano.
El canciller boliviano David Choquehuanca pidió en la sesión vespertina el apoyo de los NOAL a la demanda del Estado Plurinacional de Bolivia de que se elimine la prohibición a la masticación de la hoja de coca, establecida en la Convención Única sobre Estupefacientes, de 1961.
"Las restricciones y prohibiciones al masticado de hoja coca constituyen un atentado a los derechos de los pueblos indígenas… No queremos que este pensamiento colonial continúe y consideramos que la lucha contra este enfoque tiene que seguir siendo parte de la práctica de este movimiento", dijo Choquehuanca.
Observadores no descartaron que esa demanda boliviana fuera uno de los asuntos cuya inclusión en el texto final estaba en discusión