El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, posiblemente será la principal atracción en la V Cumbre de las Américas, que comenzará este viernes en Trinidad y Tobago, pero el embargo a Cuba será su mayor sombra.
Obama eliminó el lunes las restricciones que pesaban sobre los viajes y las remesas de cubano-estadounidenses a su país de origen, pero dejó en claro que el embargo comercial y económico no será levantado en el corto plazo.
El primer ministro de Trinidad y Tobago, Patrick Manning, quien será el anfitrión de la cumbre entre este viernes y el domingo en Puerto España, celebró con cautela la decisión del mandatario estadounidense, pero se negó a comentarla en detalles. "No quiero comenzar la cumbre ahora", dijo.
Sin embargo, hablando con periodistas al visitar las instalaciones donde se desarrollará el encuentro, Manning dijo que el embargo estaba en boca de todos en el hemisferio, como constató al visitar varios países centro y sudamericanos en una gira de negocios la semana pasada.
"Sólo tenemos que esperar la declaración del presidente Obama en la ceremonia inaugural. Está invitado a hablar en la apertura, y lo hará", señaló Manning.
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Organizadores de la cumbre dijeron que el borrador de la Declaración de Compromisos, de 97 párrafos, establece una renovada agenda de cooperación para el desarrollo sostenible en América, y aborda los principales temas del encuentro: pobreza, cambio climático y la actual crisis financiera mundial.
"Por demasiado tiempo, los países más pequeños han existido en la periferia mundial, por demasiado tiempo se han dado señales para reconocer esta realidad y por demasiado tiempo los países y las regiones como las nuestras no han tenido suficiente éxito en conformar una agenda global inclusiva", dijo Manning al referirse a la cumbre, auspiciada por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Por su parte, el secretario general de la Comunidad del Caribe (Caricom), Edwin Carrington, dijo que la cumbre constituiría una oportunidad única para que los países del hemisferio "redefinan" sus relaciones, sin duda aludiendo a los actuales esfuerzos de países como Bolivia y Venezuela para que Estados Unidos elimine su embargo de cinco décadas a Cuba, el único país comunista del continente.
"Con todos los desafíos que afronta el hemisferio y el mundo entero hoy, es vital que Estados Unidos esté plenamente involucrado con todos los países de América, incluyendo a Cuba. Esta cumbre, en Trinidad y Tobago, puede promover ese proceso", dijo Carrington.
Como ha ocurrido desde 1994, cuando se realizó la primera cumbre en Miami, Cuba no estará representada en la reunión. Pero, a diferencia de casos anteriores, esta vez su influencia será grande en el Hotel Hyatt, en el centro de Puerto España, donde se reunirán los 34 líderes del hemisferio.
Dominica, único estado miembro de la Caricom que pertenece a la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba), promovida por Venezuela, dijo que la decisión de Washington de poner fin a las restricciones a los cubano-estadounidenses era una gran cuenta pendiente.
"Dominica celebra la decisión de Estados Unidos de reducir la presión que ha sido ejercida sobre los ciudadanos de Cuba y sus parientes, especialmente los que viven en Estados Unidos. Estamos muy felices por esa decisión y creemos que es un paso en la dirección correcta", dijo el canciller Vince Henderson.
"Obviamente, lo que nos gustaría ver es el levantamiento del embargo. Está afectando a los estadounidenses tanto como afecta a Cuba", afirmó Henderson, quien el mes pasado realizó una visita oficial a La Habana.
"Nos gustaría expresar nuestro compromiso de apoyo al pueblo cubano y al gobierno, con sinceridad y basándonos en la verdadera amistad caribeña", dijo el canciller en una declaración que reconocía las contribuciones cubanas al desarrollo económico y social de Dominica.
Mientras, el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, estuvo entre los líderes del Alba que asistieron a una reunión en Caracas el martes convocada por el presidente venezolano Hugo Chávez, y en el que Cuba fue tema central.
Bolivia y Venezuela han manifestado su intención de incluir las relaciones con Cuba en la agenda de la cumbre en Puerto España.
La semana pasada, una delegación de siete miembros del "caucus negro" (grupo de legisladores de raza negra de todos los partidos) del Congreso de Estados Unidos regresó de una visita a La Habana, donde se reunió con el presidente Raúl Castro y su hermano y ex mandatario Fidel.
Los congresistas estadounidenses informaron que los líderes cubanos querían dialogar con el nuevo gobierno estadounidense.
"No profundizamos en ninguno de los detalles", aclaró la congresista Baraba Lee, del gobernante Partido Demócrata, quien lideró la delegación. "Sólo queremos ver un diálogo. No tienes que ofrecer nada para hablar", afirmó.
"Lo que está sucediendo es que muchas personas están tomando una postura sobre la necesidad de negociar con Cuba", dijo Andy Gomez, del Instituto para Asuntos Cubanos y Cubano-Estadounidenses de la Universidad de Miami.
"En los últimos 50 años, la comunidad cubano-estadounidense ha jugado un papel significativo para formular la política hacia Cuba. Por primera vez, esto no quedará en Miami, sino que la política exterior estadounidense irá directamente a La Habana", añadió.
El ex diplomático estadounidense Anthony Quainton, al hablar la semana pasada en una conferencia organizada por el Consejo sobre América Latina de la Universidad Estadounidense, dijo que Obama asistiría a su primer Cumbre de las Américas sin el "pesado equipaje" de las pasadas tensiones entre Estados Unidos y otros países en la región.
Pero aun cuando es el momento para un acercamiento único en décadas, la Casa Blanca, al menos públicamente, continúa con una postura dura hacia La Habana.
Jeffrey Davidow, asesor especial de la Casa Blanca para la Cumbre de las Américas, dijo que Cuba sólo podría participar en futuras conversaciones hemisféricas cuando mostrara un cambio en sus políticas.
"Cuba no estuvo en la primera cumbre (de Miami, en 1994). Aún sigue siendo un estado no democrático. Estados Unidos todavía espera ver algún cambio en Cuba que, en cierto punto, permita a ese país reintegrarse a la comunidad interamericana. Pero no será en esta cumbre", afirmó.
En una visita a Trinidad y Tobago en febrero, el secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, dijo que el aislamiento en que se encuentra Cuba respecto del hemisferio pasará a ser cosa del pasado.
"Desde los años 90, cuando era canciller de mi país, decía que la vía para tratar con el tema de la democracia en Cuba es hacer que regrese al sistema interamericano", afirmó.
Insulza señaló que, de los 34 países de la OEA, "31 tienen relaciones normales con Cuba", y que el embargo económico y comercial sólo ha servido para el propósito de esas naciones que pensaban que "iban a cambiar el régimen" en La Habana. "Pero no tuvieron éxito", dijo a periodistas.