Gran parte de las inundaciones que asolaron el noroeste de Botswana a comienzos de marzo podrían haberse evitado si la multinacional Comisión de la Cuenca del Río Okavango (Okacom) hubiera contado con un sistema de alerta temprana.
«Acabo de regresar de área para inspeccionar los daños de las recientes inundaciones. Son las peores de las que se tenga registro», dijo el secretario permanente del Ministerio de Minería, Energía y Agua de Botswana, Gabaake Gabaake.
El funcionario realizó un informe ante una conferencia regional de dos días en Gaborone, concluida este miércoles, para considerar el fortalecimiento de los mecanismos de manejo del río Okavango.
Esa corriente es compartida por Angola, Botswana y Namibia, países integrados en la Comunidad para el Desarrollo de África Austral (SADC, por sus siglas en inglés).
«Podríamos haber minimizado los perjuicios de las inundaciones si la Okacom hubiera usado los datos de que dispone sobre fluyo y nivel de sus aguas para desarrollar e implementar un sistema de alerta temprana», dijo Gabaake.
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«Los delegados de Okacom que estamos aquí sentados, e incluso los de SADC, deberíamos preguntarnos por qué tenemos tantas reuniones de comisión y de talleres como éste si no podemos afrontar asuntos relativamente sencillos como éste que acabo de mencionar», agregó el ministro.
La región de la SADC tiene 15 grandes cuencas fluviales compartidas por dos o más naciones. La cooperación transfronteriza par el manejo del agua es considerada esencial para el desarrollo de los sectores energético, manufacturero, minero y de transporte.
El taller en Gaborone fue propicio para que las organizaciones de la cuenca consideren propuestas para el manejo concertado de más de 70 por ciento de los recursos acuíferos superficiales del área.
La concreción de las iniciativas discutidas esta semana fortalecerá los mecanismos para compartir información, estudios estratégicos, cooperación y coordinación entre organizaciones locales, nacionales y de la SADC, técnicos y colaboradores internacionales.
«Varias cuencas fluviales cuentan con algún tipo de marco institucional, pero nosotros nos enfrentamos con varios desafíos en la materia», dijo Remigious Makumbe, director de Infraestructura y Servicios del secretariado de la SADC.
Entre esos desafíos, Makumbe mencionó «la implementación efectiva de los acuerdos de la cuenca firmados desde hace varios años y el subsecuente fortalecimiento de las instituciones ya establecidas», agregó.
«También tenemos acuerdos que deben ser ratificados por los Estados para que adquieran fuerza legal, por ejemplo, las comisiones del río Limpopo (Limcom) y del río Zambezi (Zamcom)», recordó.
El cambio climático es uno de los mayores desafíos que afronta la región respecto del agua. Ha aumentado la frecuencia e intensidad de inundaciones y sequías, como las que golpearon recientemente las áreas de las cuencas de los ríos Cuvelai, Okavango y Zambezi.
El equipo de la ONU en Zambia informó que más de 600.000 personas quedaron damnificadas por las inundaciones de este año, las cuales causaron, además, la muerte de 31 personas.
Además, en Angola se registraron 24 muertes, mientras 78.000 fueron damnificadas. Cientos de miles de hectáreas de cultivos quedaron destruidas.
«Colaborar no cuesta mucho. Todo lo que requiere es el reconocimiento de que trabajar juntos tiene su rédito», dijo en la reunión Horst Michael Vogel, coordinador de programas de GTZ, la agencia estatal alemana de cooperación para el desarrollo.
Más de 120 profesionales de los países de la SADC participaron en la reunión de Gaborone, convocados por el secretariado del bloque y con el financiamiento de GTZ y de la Agencia par el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID).