SIDA-ÁFRICA: Fuego cerrado contra el Papa

Políticos, activistas, científicos y hasta obispos católicos forman parte del coro de críticas a la postura del papa Benedicto XVI contraria al uso de preservativos para reducir el impacto del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) en África.

"No se soluciona el problema del sida con la distribución de preservativos, sino por el contrario, su uso agrava el problema", fueron las palabras del jefe del Vaticano que irritaron a diversos sectores, católicos incluidos, al iniciar su primera visita a África, el continente habitado por 70 por ciento de las personas infectadas en el mundo. La gira finalizó este lunes en Angola.

Los gobiernos de Alemania, Bélgica, Francia, España, Holanda, Luxemburgo y Portugal fueron los primeros en reaccionar y en forma contundente, defendiendo las opiniones de la dirección del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida) y de organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil, adversas a la declaración del Papa.

Además de la condena, el gobierno de Madrid decidió la vía de los hechos en su rechazo a las declaraciones del Papa, ordenando el viernes el envío de un millón de preservativos como donación al continente africano.

Onusida, la mayor parte de los gobiernos del mundo y las organizaciones no gubernamentales, defienden el uso del preservativo como un método eficaz para combatir el flagelo del VIH, virus de inmunodeficiencia humana causante del sida.
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La Iglesia Católica, en cambio, afirma que la abstinencia y la fidelidad son las vías para evitar el contagio, una postura elaborada por el papa Juan Pablo II (1920-2005) y ratificada por su sucesor Benedicto XVI, poco después de ser elegido en el cargo.

Organizaciones de la sociedad civil, incluidas varias de inspiración católica, se declararon "estupefactas" o "consternadas" y usaron un vocabulario inusual en la condena a las declaraciones del Papa, calificándolas de "inaceptables", "irresponsables y peligrosas".

En un intento por reducir el impacto negativo, el sacerdote jesuita Federico Lombardi, portavoz del Vaticano aseguró el jueves pasado que, en sus declaraciones, el Papa puso "la tónica en la educación para la responsabilidad" y no es de esperar de este viaje "una cambio de postura de la Iglesia Católica" respecto del sida, porque "desarrollar una ideología de confianza en el preservativo no es una posición correcta".

No obstante las declaraciones de Lombardi, en muchas instituciones católicas de apoyo a contagiados con sida son distribuidos preservativos, como fue reconocido en mayo de 2008 en Roma, durante una reunión de responsables de estas organizaciones.

En esa instancia, la misionaria italiana Maria Martinelli afirmó que en muchas situaciones "el preservativo es necesario", lo cual fue apoyado por muchos obispos africanos.

El periplo africano de seis días del Papa se concentró en visitas a Camerún y Angola, países que cuentan con la fuerte carga simbólica de haber sido los territorios donde a fines del siglo XV los portugueses iniciaron la llamada "evangelización del África", lo cual desde entonces le valió a Lisboa ser investida como uno de los seis patriarcados católicos del mundo.

Los seis patriarcas católicos son los cardenales de Roma, Venecia, Lisboa, Indias Occidentales (vacante desde 1963), Latino de Jerusalén y de las Indias Orientales, con sede en Goa, antigua capital de las ex posesiones portuguesas en India.

"Tan sólo el año pasado, a los 22 millones de seropositivos que viven en África subsahariana, se unieron otros 1,9 millones", recordó en declaraciones a IPS la doctora Ana Filgueiras, coordinadora de Rede-Sida, organización no gubernamental dedicada a combatir el flagelo en la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP).

La actividad dirigida por Filgueiras incluye el propio Portugal, Timor Oriental y una estrecha colaboración con Brasil, "el más avanzado de la CPLP en el combate contra el sida, uno de los países con mayor éxito en el mundo en la guerra contra el contagio, porque hay un compromiso enorme de la sociedad civil con una participación directa de los afectados por la enfermedad en la definición de políticas".

Por este motivo, el mayor énfasis de la acción es puesto en Timor Oriental y en Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique y Santo Tome y Príncipe, las naciones africanas miembros del grupo.

La postura de Benedicto XVI contra el uso de preservativos "es enteramente criminal, además de contradecir estudios científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de Onusida, que han sido ampliamente divulgados", acotó la activista.

"Estos estudios científicos demuestran que 90 por ciento de las infecciones de VIH pueden ser detenidas mediante el uso del preservativo", recordó.

Muchas veces no se registran grandes progresos porque las estrategias contra el sida "se basa en conceptos tan subjetivos como la moral" y, en tal sentido, la Iglesia Católica, "entre todas las religiones, es la única que ha contribuido a la propagación de la enfermedad, limitándose a verla como un problema de fácil solución mediante el sexo sólo en el matrimonio con estricta observancia de la fidelidad conyugal".

Más suaves pero también contundentes, fueron las criticas del obispo de las Fuerzas Armada de Portugal, monseñor Januário Torgal Ferreira, que en declaraciones a la prensa local el sábado reconoció que, "desde el punto de vista médico, no tengo ninguna duda que es claro que hay circunstancias en que prohibir el preservativo es consentir la muerte de muchas personas".

Consultado sobre su discordancia, el obispo se limito a recordar que "todo el mundo sabe lo que pienso" sobre el uso de preservativos, culpando de esta situación de crítica generalizada al Papa "a las personas que están aconsejándolo, que deberían ser más cultas".

Por su parte, en una columna de opinión publicada el domingo en el matutino O Correio da Manhã, de Lisboa, con el título de "Pecado Mortal", la diputada del Bloque de Izquierda Joana Amaral Dias fustiga a quienes defienden al Papa, "porque sólo expresa la posición de la Iglesia", como si esta explicación "eclipsase la irresponsabilidad" de sus declaraciones.

"Entonces, esta posición debe alterarse ahora mismo y aceptar conocimientos científicos básicos", porque de otra manera, "¿qué se puede pensar de la Iglesia y de su líder cuando usan su poder para difundir creencias medievales que ponen en peligro la vida humana?", añade la parlamentaria.

La Iglesia Católica "podrá continuar defendiendo que el sexo fuera del matrimonio es pecado, pero debe evitar transformar ese pecado en homicidio, que en el caso africano, pasa a ser genocidio", concluye Amaral Dias.

Desde Luanda, el enviado especial del diario Público, de Lisboa, y analista internacional Antonio Marujo, señaló el sábado, en un comentario colocado en recuadro en una página de información dedicada al viaje papal, que "es en pormenores y en afirmaciones como las referidas, que se traduce en el ‘eurocentrismo’ del Vaticano, que se obstina en no desaparecer".

"Benedicto XVI, preocupado esencialmente con la situación del catolicismo en Europa, parece no haber entendido la profundidad del alma africana", afirmó.

En España, un editorial del influyente matutino El País del día 19, califica el rechazo del Papa al uso del condón de "peligroso e irresponsable", porque "nadie, salvo la Iglesia Católica, es capaz hoy en día de negar la eficacia del uso del preservativo para prevenir la transmisión del virus del sida".

"Detrás de un mensaje tan irresponsable se esconde la confusa relación de la jerarquía católica con todo lo relacionado con el sexo. Roma defiende la abstinencia incluso dentro del matrimonio, como único medio para impedir la transmisión del sida. ¿Se refiere el Papa al peligro de la promiscuidad cuando dice que el preservativo sólo aumenta el problema?", se pregunta el editorialista.

Por su parte, el columnista José Ferreira Fernandes, del Diario de Noticias de Lisboa, rebate el domingo las declaraciones del pontífice con ironía, al estimar que según sus argumentos, en África "el sida pararía habiendo sexo solo en el casamiento".

Sin embargo, "hay sexo y mucho fuera del matrimonio, que es como decir que el preservativo disminuye la trasmisión, pero no es la solución y pasa a ser problema. En el combate contra el sida, eso es lo que el Papa es justamente eso: el problema". concluye el analista (FIN/IPS/mdq/dm/he ip pr sd/af eu wd/09)

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