«Todos llevamos un priísta por dentro» es una frase que se repite en México para explicar el papel propio o ajeno en un acto de corrupción. La referencia es el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El PRI perdió la Presidencia en 2000 tras gobernar 71 años. Este miércoles cumple 80, y está en franca recuperación.
Según todas las encuestas, el PRI obtendría mayoría absoluta en la Cámara de Diputados en las elecciones del 5 de julio, y se proyecta con grandes posibilidades de triunfo para los comicios presidenciales de 2012.
El PRI de hoy no es muy distinto al que gobernó hasta 2000, pero las preferencias crecientes que recoge en los sondeos de opinión pública obedecen a la decepción de los electores con las otras dos grandes fuerzas políticas: el conservador y gobernante Partido Acción Nacional (PAN) y el opositor e izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), según el politólogo José Antonio Crespo.
Si recuperara el Poder Ejecutivo, sería una señal de que la ciudadanía prefiere volver a ser gobernada por un partido que practicó fraudes y corrupción, pero que, "por lo menos", ofrecía más gobernabilidad y orden, dijo a IPS Crespo, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
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Conducido por Felipe Calderón, del PAN, México atraviesa uno de los peores momentos de su historia, con asesinatos a granel, creciente control de las mafias del narcotráfico, los militares desplegados en las calles y una situación económica difícil.
El desempleo está en alza, la moneda se ha depreciado y caen las exportaciones, efectos de la depresión económica mundial a la que México ha resultado muy sensible.
"Estamos construyendo el PRI del siglo XXI" es el lema electoral escogido por esta fuerza política, una de las más viejas del mundo, cuya dirigencia se proclama socialdemócrata.
Beatriz Paredes, líder nacional del PRI, ha dicho que su partido "va a recuperar el destino del país ante las dificultades económicas y la inseguridad".
Fundado desde el poder el 4 de marzo de 1929 como Partido Nacional Revolucionario, estuvo destinado a unificar las corrientes e intereses de los caudillos emergentes de la Revolución Mexicana de 1910.
El PRI transitó durante siete décadas desde un perfil de izquierda, donde el Estado tenía gran poder, hacia otro que impuso privatizaciones, apertura comercial y libre empresa.
Casi siempre se mantuvo cerrado al escrutinio externo y a la competencia electoral abierta.
Aunque se presenta como una fuerza renovada, sus líderes de hoy son viejos conocidos.
"No veo un PRI diferente, ni en sus prácticas internas ni en la ideología, si hay dirigentes nuevos es porque los otros ya se murieron", dijo a IPS el analista Jorge Chabat, columnista del diario El Universal y también politólogo del CIDE.
Manlio Fabio Beltrones, que encabeza el bloque de senadores, fue coordinador de la campaña electoral del candidato presidencial Roberto Madrazo en 2006, ex gobernador de la vieja guardia priísta y acusado de practicar fraudes en los comicios.
Emilio Gamboa, líder del bloque del PRI en la cámara baja, fue colaborador del ex candidato presidencial Francisco Labastida, derrotado por el ex presidente Vicente Fox en 2000.
La presidenta del partido, Paredes, fue gobernadora y legisladora cuando su partido estuvo en el poder, y trabajó también en la campaña de Labastida.
El PRI podría sacar una ventaja de 10 o más puntos porcentuales al PAN y de 20 por ciento al PRD en los comicios de julio, cuando se elegirán autoridades de seis estados, 565 presidencias municipales, 434 escaños de legislaturas locales y 500 escaños federales.
Los legisladores federales ejercerán hasta diciembre de 2012, cuando finalizará el mandato de Calderón como presidente.
En los dos últimos años, los triunfos electorales del PRI han sido una constante. El partido tricolor —por la bandera mexicana, verde, blanca y roja— ganó más de 62 por ciento de las 1.675 alcaldías y diputaciones locales que estuvieron en juego en 19 de los 32 estados de México.
Hoy gobierna 18 estados, habitados por 56 por ciento de los 104 millones de personas que viven en este país, y tiene mayoría en 19 de los 32 congresos legislativos locales.
Pero aun ocupa el tercer lugar en las dos cámaras del parlamento federal, con 139 de sus 628 escaños, superado por el PRD, con 153, y por el PAN, con 258. El resto se reparte en partidos menores.
La plataforma política del PRI para el período 2009-2012 sostiene un propósito central de "retomar las riendas del gobierno".
"De ninguna manera pensamos en que deba regresarse al estatismo de los 70, no estamos por un Estado propietario, sino por uno promotor que estimule la economía", afirma el documento.
"Favorecido por méritos propios y los errores y omisiones de sus adversarios, el octogenario partido enfrenta el reto de confirmar tendencias, pero sobre todo de dilucidar lo que hará, llegado el caso, con el poder recuperado", escribió el columnista del diario Reforma, Jorge Alcocer.
Para Chabat, parte de la buena salud del PRI se explica porque no desmontó sus estructuras corporativas del pasado, tanto en el ámbito sindical como en las organizaciones campesinas nacionales y estaduales. Además, es el partido que tiene la mayor red organizativa del país, apuntó.
Cuando Fox llegó a la presidencia prometió acabar con las redes corporativas y desmontar la corrupción atribuida al PRI, así como llevar a sus responsables ante la justicia. Pero acabó negociando y pactando, como lo ha hecho Calderón.
En materia de lucha contra la corrupción, "los gobiernos del PAN se han ido con las inercias heredadas del PRI", pero "será muy difícil terminar con ella, pues se ha metido hasta los huesos de nuestra cultura", sostuvo Chabat.
"Gran parte de la violencia que hoy vemos con el narcotráfico es producto de la tolerancia con que el PRI manejó ese tema cuando fue gobierno", opinó.
En los últimos 20 años, bajo gobiernos del PRI y del PAN, las detenciones de figuras importantes del poder político o empresarial por delitos de corrupción o de cuello blanco han sido hechos excepcionales.
Uno de los pocos que permanece detenido desde 2001 es Mario Villanueva, del PRI, quien gobernó entre 1993 y 1999 el estado caribeño de Quintana Roo y fue señalado por más de 20 testigos como protector de narcotraficantes.
En 2007 se cometieron casi 200 millones de actos de corrupción con los servicios públicos, entre los que se destacan sobornos a policías para evitar infracciones, según una estimación del último informe del capítulo mexicano de la organización Transparencia Internacional. El dato es una proyección basada en encuestas a unas 15.000 personas.
Hace casi dos décadas, el periodista brasileño-británico Alan Riding señaló, luego de trabajar en México y conocer al PRI, que la corrupción era el aceite que permitía el funcionamiento de la sociedad en este país.