MÉXICO-ESTADOS UNIDOS: En ruta de cambio

Las relaciones entre los gobiernos de México y Estados Unidos parecen ingresar en terrenos novedosos, con promesas que apuntan sobre todo al combate al narcotráfico.

La atención de Estados Unidos hacia su vecino llegó esta semana a niveles no vistos en décadas, luego de que el presidente mexicano Felipe Calderón reclamó un combate más efectivo al consumo de drogas y decidió elevar los aranceles a la importación de 90 productos estadounidenses, en respuesta al veto que impuso Washington al ingreso de camiones de carga mexicanos.

Este miércoles, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, inició una visita de dos días a México, en su primer viaje a América Latina como jefa de la diplomacia estadounidense. Le seguirán la semana próxima el fiscal general Eric Holder, y la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cerrará el ciclo con una visita programada para el 16 y 17 de abril.

Clinton anunció la instalación de una oficina especial en México para coordinar mejor los esfuerzos en la lucha contra el tráfico de drogas.

Los dos gobiernos trabajarán para derrotar la violencia, declaró la funcionaria. Obama decidió visitar México porque la relación con este país "es una de las más importantes" para Washington, agregó.

"El gobierno de Obama ha dado señales claras de que quiere un cambio en la relación con México, pero centrada en la seguridad, pues observa la exacerbación de la violencia y eso amenaza ya a su país", dijo a IPS el especialista Héctor de la Cueva, dirigente del consejo hemisférico de la Alianza Social Continental, que reúne a organizaciones sociales críticas del neoliberalismo y la globalización.

Para el politólogo Daniel Blanco, de la Universidad Nacional Autónoma de México, "es indiscutible" que México pasó a ser una de las prioridades de la administración de Obama. "La violencia y las posturas de Calderón han logrado sacudir la relación con Estados Unidos", señaló el observador a IPS.

El columnista del diario Reforma e investigador del Colegio de México, Sergio Aguayo, opinó que el viraje en la relación bilateral está influido por "acciones mexicanas que tienen como trasfondo la desaparición del complejo de inferioridad frente a ellos", expresadas en los reclamos de Calderón y en la adopción de represalias comerciales.

De la Cueva apuntó en otro sentido. "Las reacciones de México ante Estados Unidos son coyunturales y ante problemas concretos de violencia, yo dudo de que Calderón haya elevado la dignidad de su política internacional", manifestó.

Alrededor de 8.000 personas fueron asesinadas en México en 2008 y en lo que va de este año en la lucha entre y contra narcotraficantes. Gran parte de esos crímenes fueron cometidos con extrema crueldad.

Más de 30.000 soldados y decenas de policías federales mexicanos están desplegados sobre todo en zonas fronterizas con Estados Unidos para combatir la delincuencia. Cifras oficiales indican que las detenciones de presuntos integrantes de las cuatro principales bandas de traficantes sumaron 41.325 entre diciembre de 2006 y febrero de este año.

El ciclo de viajes de funcionarios estadounidenses a México fue precedido de anuncios de Obama y de algunos de sus ministros sobre mayor cooperación en la lucha contra el narcotráfico.

La secretaria Napolitano anunció el martes mayores controles en la frontera, y en una conferencia de prensa en Washington, Obama reconoció que Estados Unidos no ha hecho lo suficiente para frenar la demanda nacional de drogas y el tráfico de armas hacia el sur.

En los últimos días, funcionarios estadounidenses felicitaron en varias ocasiones a Calderón por lo que calificaron como valentía para enfrentar a las mafias de las drogas.

"Nuestra insaciable demanda de drogas ilegales alimenta el narcotráfico", dijo Clinton poco antes de reunirse con Calderón este miércoles.

"Siento rotundamente que tenemos una corresponsabilidad" en la lucha que México libra contra los narcotraficantes, añadió.

Al igual que lo hicieran sus antecesores, Calderón reclama al gobierno de Estados Unidos mayor combate a la demanda de drogas y el reconocimiento de que el narcotráfico es un asunto de responsabilidad mutua.

Sin embargo, Washington tradicionalmente respondió con evasivas o culpó de los problemas a la corrupción que persiste en México, a la alta oferta y producción de estupefacientes, y al poder de las organizaciones delictivas mexicanas.

"Ahora Obama y su equipo están respondiendo exactamente lo que México venía esperando desde hace años, en ese sentido se percibe un quiebre en la relación", sostuvo el politólogo Blanco.

La secretaria Clinton aclaró que aunque la seguridad es un tema importante en la relación bilateral, no se impondrá a otros asuntos, como la emigración, el comercio, el ambiente y la educación.

"Nuestra relación es más importante que la violencia de los criminales", dijo Clinton.

En Estados Unidos, con el que México tiene un comercio anual de alrededor de 500.000 millones de dólares, viven unos 11 millones de mexicanos, y seis millones de ellos no tienen permiso de residencia.

Obama prometió propuestas legislativas para regularizar la situación de los indocumentados y organizar el flujo de inmigrantes, atendiendo otro de los aspectos absorbentes en las relaciones de los dos países.

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