El anuncio de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitará México en abril, la promesa de que su gobierno atenderá el tema migratorio y otras señales amistosas originadas en Washington colocaron paños fríos a la escalada de roces diplomáticos y comerciales entre estos dos países.
Obama estará en México el 16 y 17 de abril para cumplir una agenda que "subraya la alta prioridad que ambos mandatarios (junto a quien será su anfitrión, el conservador Felipe Calderón) otorgan al fortalecimiento de la relación bilateral, a partir de un diálogo franco y respetuoso sobre el conjunto de temas que integran la amplia agenda común", señaló este miércoles la casa presidencial mexicana.
La visita de Obama tomó por sorpresa a políticos y observadores de México, que veían un proceso de progresivo distanciamiento con Estados Unidos. Estos dos países comparten una frontera de 3.200 kilómetros y una estrecha relación comercial.
"Que Obama venga es una noticia esperanzadora. El gobierno de Calderón y los políticos están otra vez enfrascados en sensibilidades y en reeditar los viejos reclamos hacia Estados Unidos sobre la falta de cooperación en la lucha contra el narcotráfico", dijo a IPS el politólogo Daniel Blanco, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
"Obama está tendiendo la mano a México con diversas señales y México debe aprovecharlo", expresó este analista.
El presidente mexicano había reclamado en los últimos días a Estados Unidos un combate más efectivo contra el consumo de drogas, motor de la demanda, y denunció que la corrupción también impera en el país vecino del norte, porque de otra forma no podría explicarse el funcionamiento de los grupos criminales que allí venden estupefacientes.
Declaró además que "parecería haber una campaña" contra México en el extranjero al proyectarlo como un país violento y sin control, aunque admitió que 6.500 personas fueron asesinadas en 2008 en hechos relacionados a la lucha contra y entre narcotraficantes.
Calderón dijo que ninguna zona del país estaba fuera del control del Estado, en lo que se interpretó como una respuesta al director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, almirante Dennis Blair, quien afirmó que la capacidad corruptora del narcotráfico en México "impide la capacidad de gobernar partes de su territorio",
El tono ríspido de México frente a Washington pasó este miércoles a otro nivel con la publicación de una resolución gubernamental que indica que partir de este jueves el país aplicará un aumento en los aranceles a la importación desde Estados Unidos de 90 productos industriales y agrícolas.
La medida fue adoptada en respuesta al veto que impuso el martes el Congreso legislativo de ese país al ingreso de camiones de carga mexicanos, que no obstante estar estipulado en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), al que además pertenece Canadá, ha sido periódicamente bloqueado por Estados Unidos.
Los aranceles a los 90 productos, que en conjunto representan menos de dos por ciento del intercambio bilateral, pasaron de cero a un rango de entre 10 y 45 por ciento.
Si Estados Unidos no cumple con la apertura del transporte camionero, se ampliará la lista de productos estadounidenses con aranceles, advirtió Beatriz Léycegui, subsecretaria (viceministra) de Comercio Exterior de México, quien recordó que respuestas de este tipo están contempladas y avaladas por el TLCAN, en vigencia desde 1994.
"El tema de los camiones no está vinculado directamente al reclamo sobre los asuntos del narcotráfico, pero juntos muestran que la relación con Estados Unidos no va bien", opinó en entrevista con IPS el politólogo Sergio Peláez.
Para este observador, la próxima visita de Obama a México "no debería verse como un cambio de rumbo en los conflictos sino como una señal de acercamiento, que aún deberá aterrizar en hechos".
El encuentro entre Obama y Calderón será el segundo en lo que va de año. El primero se verificó en Washington pocos días antes de que el mandatario estadounidense asumiera su cargo, ocasión en la que ambos indicaron que trabajarán por mejorar la relación bilateral.
Previo al nuevo encuentro estará en México los días 25 y 26 de marzo la secretaria de Estado (canciller), Hillary Rodham Clinton.
En un comunicado oficial, la Casa Blanca indicó este miércoles que Obama acudirá a México para dialogar con Calderón sobre "cómo los dos países pueden colaborar en la lucha contra la violencia procedente del narcotráfico y los pasos hacia una reforma migratoria exhaustiva y efectiva".
El texto apuntó que Obama ha alabado reiteradamente el "extraordinario trabajo" de su colega mexicano al enfrentar esos desafíos.
Mientras Calderón se ha mostrado molesto con la presunta falta de cooperación de Washington en la lucha contra el narcotráfico, Obama y sus portavoces han evitado criticarlo.
"El presidente Calderón está valientemente liderando un esfuerzo" contra la violencia y el crimen, declaró este miércoles el jefe del Comando Norte de Estados Unidos, Victor Renuart.
El Comando Norte es una de las 10 entidades activas de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y sus objetivos principales son la protección del territorio de ese país, así como actuar en labores de ayuda en casos de desastre.
En el tema migratorio, en el que México tiene un alto interés, Obama prometió este miércoles que pronto presentará algunas propuestas importantes informaron este miércoles legisladores estadounidenses de origen latinoamericano, tras reunirse con el mandatario.
En Estados Unidos viven unas 11 millones de personas nacidas en México, seis millones de las cuales no tienen documentos de residencia y viven en peligro de ser expulsadas. Desde hace más de una década, los gobiernos mexicanos vienen exigiendo a su vecino un trato digno a los inmigrantes y una reforma que les permita trabajar y viajar sin mayores problemas.