Organizaciones sociales y sobrevivientes de violencia sexual exigieron al Vaticano y a la congregación católica los Legionarios de Cristo, presente en 22 países, que expusieran sin velos los delitos de su fundador, pidieran perdón por ellos y repararan el daño infligido.
El reconocimiento de la congregación de que su fundador, el sacerdote mexicano Marcial Maciel, vivió una "doble vida" y tuvo "conductas impropias" es "totalmente insuficiente", dijo a IPS Joaquín Aguilar, portavoz en México de la Red de Sobrevivientes de Abusos de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés).
Este grupo, junto a otras organizaciones no gubernamentales como Católicas por el Derecho a Decidir, el Observatorio Eclesial y el Frente por la Cultura Laica, y a ex sacerdotes que denunciaron abusos sexuales de Maciel, conformaron un frente para demandar a la Iglesia "que finque responsabilidades por los delitos" cometidos por ese religioso, fallecido en enero de 2008.
En un comunicado, los activistas pidieron a las autoridades eclesiales deslindarse públicamente de lo que "hasta ahora ha parecido un encubrimiento cómplice" de Maciel, a quien en el pasado incluso se pretendió canonizar.
También exigieron "la reparación de los daños por respeto a las víctimas y a todo el pueblo católico".
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A inicios de este mes, el diario estadounidense The New York Times informó que Maciel tuvo una hija. La congregación admitió entonces que su fundador había llevado una doble vida, aunque no se refirió explícitamente a la hija que procreó, ni mencionó las acusaciones de pederastia.
En una carta a sus feligreses, el director de Legionarios, Álvaro Corcuera, sostuvo que "estamos viviendo unos momentos de dolor y sufrimiento". Sin mencionar las imputaciones contra Maciel, apuntó que "es verdad que fue un hombre y que estos temas que nos han dolido, sorprendido, y que creo no podemos explicar con nuestro entendimiento, ya están en el juicio de Dios".
La congregación, conservadora y tradicionalmente vinculada a clases sociales adineradas, siempre había negado las acusaciones contra Maciel, e incluso había puesto en duda la honradez de quienes lo denunciaron por abusos cometidos contra ellos cuando fueron sus alumnos.
Las organizaciones no gubernamentales mexicanas señalaron que la Iglesia Católica debe "reivindicar la honorabilidad y la fama de todos aquellos" que denunciaron al sacerdote.
Las primeras acusaciones contra Maciel, a quien el papa Juan Pablo II (1978-2005) trató como un respetado religioso, datan de los años 50. En ellas se lo describía como pedófilo y adicto a la morfina.
Maciel fundó los Legionarios de Cristo en 1941. Según su sitio en Internet, cuenta con hoy 800 sacerdotes en actividad y 2.500 seminaristas y administra en 22 países 175 colegios, 43 institutos de educación superior y 15 universidades, en las que estudian 122.000 personas.
Para el portavoz en México de SNAP, fue decepcionante la reacción de los Legionarios ante la revelación de que Maciel tuvo una hija.
"El asunto que más les duele es que van a perder adeptos y con ello dinero, que es lo que les importa", manifestó Aguilar, que siendo niño soportó abusos sexuales de un sacerdote mexicano cuyo paradero se desconoce, pero sin vinculación con los Legionarios.
En mayo de 2006, y tras cuatro décadas negando las denuncias de pederastia, la jerarquía de la Iglesia ordenó a Maciel abandonar el ejercicio del sacerdocio y renunciar a toda aparición pública, pero no estableció si el castigo se debía a que consideraba fundadas las acusaciones.
"Hemos recibido un golpe y tenemos desconcierto. Siempre nos dijeron que las acusaciones contra Maciel eran mentiras, que él fue un santo. Pero ahora, sin más, reconocen que tenía una doble vida", dijo a IPS una mujer cuyas hijas estudian en el centro escolar Instituto Cumbres de la capital mexicana, que pertenece a los Legionarios.
"¿Cómo les explicas a tus hijas que el santo fue en realidad un hombre falso? ¿Cómo confiar en quienes lo encubrieron dentro de nuestra congregación?", se preguntó esta mujer que pidió no mencionar su nombre.
Para Elio Masferrer, presidente de la no gubernamental Asociación Mexicana para el Estudio de las Religiones, las últimas revelaciones sobre Maciel podrían golpear las finanzas de "la legión", que se manejan con marcado hermetismo, dijo a IPS.
Cuando una niña o un niño es aceptado en una escuela de los Legionarios debe renunciar a una parte de los bienes que le corresponderían por herencia familiar y donarlos íntegros a la congregación, explicó Masferrer.