MUJERES-PARAGUAY: Emigración selectiva

La enfermera Graciela Samaniego tiene listas las maletas. Hasta fin de este mes trabajará en un hospital estatal de la capital paraguaya, para luego marcharse al norte de Italia, donde formará parte del equipo técnico de un instituto de cuidados de ancianos.

"Me voy porque quiero construir una casa. Con lo que gano acá, a pesar de los años de trabajo, es simplemente imposible", dijo a IPS. Así justifica su partida, que se dará en marzo, junto a otras colegas.

Distintas son las motivaciones para la emigración de estas trabajadoras, desde el sueño de la vivienda propia hasta asegurar una estabilidad económica a sus hijos, todo supeditado a la posibilidad de mejores ingresos salariales, lejos del país.

Si bien no se trata de una actividad ilegal, los preparativos de las futuras viajeras se manejan con mucho hermetismo. Desde 2005, una atractiva oferta laboral se difundió en el ámbito de las profesionales de enfermería.

Representantes de empresas italianas llegaron a Paraguay con la intención de captar interesados en trabajar en el área de la salud en ese país. Una de ellas fue Obiettivo Lavoro, el mayor grupo especializado en la gestión de recursos humanos del estado europeo.
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El primer contingente de emigrantes fue de más de 100 profesionales, en su gran mayoría mujeres.

Alrededor de 95 por ciento de los profesionales que partieron desde 2006 en adelante eran enfermeras con cierto grado de antigüedad en sus lugares de trabajo y con títulos de reconocidas universidades locales.

"Esta es una profesión eminentemente femenina en nuestro país, que diariamente afronta la discriminación de género", dijo a IPS María Concepción Chávez, presidenta de la Asociación Paraguaya de Enfermería.

Ahora se preparan nuevos grupos para la travesía que les promete mejores condiciones laborales, y no sólo se trata de enfermeras especializadas sino de recién egresadas.

"Uno de los motivos de la emigración es la falta de reconocimiento de la profesión en este país, con salarios y beneficios muy por debajo de lo que exige la labor", sostuvo Chávez.

Una licenciada en enfermería, con alrededor de 20 años de antigüedad y con títulos de maestría, percibe un sueldo mensual de unos 2,9 millones de guaraníes (equivalente a 450 euros o 570 dólares). La oferta que llega de Italia oscila entre 1.800 y 2.000 euros (de 2.300 a 2.600 dólares) de remuneración.

En la función pública en Paraguay se abona un plus por título académico, pero las enfermeras no lo reciben. Además, los salarios de las que trabajan bajo contrato con el Estado son inferiores hasta en 50 por ciento de lo que perciben las profesionales con nombramiento.

Quienes son nombradas perciben beneficios jubilatorios que no tienen las profesionales contratadas, sujetas además a la no renovación del contrato.

En ese marco aparece un escenario propicio para catapultar la emigración.

Pero, a partir de la emigración masiva de 2006, se aprobó un importante aumento salarial para el sector. "Hubo un incremento postergado por alrededor de dos décadas, pero aun así insuficiente", dijo a IPS Blanca Mancuello, directora de la Dirección de Enfermería del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS).

Mancuello sostuvo que desde la cartera de salud se están adoptando medidas tendientes a desalentar el éxodo, porque ello repercute de manera directa en la atención calificada. Instituciones como los hospitales de Clínicas y Nacional y el Instituto de Previsión Social se hallan entre las más afectadas con la partida de las trabajadoras.

Servicios críticos como los de terapia intensiva son algunos de los que más resienten la partida de profesionales especializados.

Ejemplo de ello es que en el hospital estatal de Luque, un municipio aledaño a Asunción, no se puede habilitar la sala de auxilios intensivos por falta de recursos humanos, una situación similar a la de varios centros asistenciales de diferentes localidades del país.

"Cuando quisimos habilitar la ampliación de la sala de pediatría del Clínicas (hospital escuela de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional) y la sala de terapia, no encontramos terapeutas pediátricas, pues ya no hay en el país, y se tuvo que incorporar a los nuevos egresados", indicó Chávez.

Las corrientes masivas desde el Sur de enfermeras, parteras diplomadas y médicas que marchan a países más ricos es uno de los problemas más difíciles planteados actualmente por la emigración internacional.

Según análisis del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), las mujeres y los hombres calificados recurren cada vez más a la emigración como medio de mejorar su vida y la de su familia.

En contraposición, sus países pobres de origen enfrentan crisis de los servicios de salud sin precedentes en el mundo moderno.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una proporción mínima de 100 enfermeras por cada 100.000 personas, pero muchos países pobres ni siquiera se acercan a esa cantidad.

Paraguay cuenta con un promedio de casi dos enfermeras por cada 10.000 habitantes, mientras que en países vecinos donde también se habla de un gran déficit de profesionales se cuenta con 20 por cada 10.000 personas.

Para Samaniego, la decisión no fue fácil. Tiene dos hijos pequeños que se quedarán bajo el cuidado del padre y de la abuela. "Pero es una oportunidad que no quiero perder y veo que a muchas colegas, amigas mías, les está yendo bien", comentó.

En 2010, aquel primer gran contingente de enfermeras cumplirá cuatro años de estancia en Italia, a donde viajaron con un contrato laboral temporal que caducará entonces.

"Ahora se aprestan a concursar para acceder a un contrato de trabajo permanente, que les asegurará una jubilación, vacaciones diferenciadas, entre otros beneficios", explicó Chávez.

La Asociación Paraguaya de Enfermería lleva adelante un acompañamiento especial de la situación planteada en su ámbito laboral. Actualmente son más de 300 las profesionales que prestan sus servicios en Italia, especialmente en localidades del norte.

En marzo de 2008, Chávez se reunió con sus pares en un hospital de la ciudad italiana de Parma para intercambiar ideas, observar en qué condiciones trabajan y comentar los avances laborales en Paraguay, donde en mayo de 2007 fue promulgada la Ley de Enfermería.

"Aquel encuentro fue muy positivo. Nos permitió un mayor acercamiento a la realidad que vive cada una de ellas", recordó.

La presidenta de la Asociación indicó que, en la mayoría de los casos, la ruptura matrimonial fue una de las consecuencias de la partida y, si bien muchas de ellas lograron llevar a sus hijos, muchos niños y niñas aún padecen la ausencia.

"Ellos son mi mayor preocupación, mis hijos, pero también es por ellos que decidí partir", concluyó Graciela Samaniego. Para ella, no hay vuelta atrás, las maletas y la documentación requerida… están listas para el viaje.

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