Hace casi 30 años, el shah Mohammad Reza Pahlevi, el autócrata monarca de Irán hasta entonces apoyado por Estados Unidos, huyó de su país para no regresar. Poco después, nacía la República Islámica de Irán.
La premio Nobel de la Paz, abogada y activista iraní Shirin Ebadi consideró, de visita en la capital de Estados Unidos, que en su país "las cosas estaban mal entonces", pero que también "ahora están mal" también, aunque de un modo "diferente".
Ebadi llamó al diálogo entre Estados Unidos e Irán, pero con una base más amplia que una mera deliberación entre gobiernos, pues deberá incorporar a ciudadanos comunes e instituciones de la sociedad civil.
"Hay una historia de amistad entre los pueblos iraní y estadounidense", dijo el lunes, intérprete mediante, en la atestada sala de conferencias de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, en Washington.
"Cuando hablo de diálogo entre las sociedades civiles de los países, hablo de lograr algún entendimiento entre los pueblos", explicó.
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De todos modos, Ebadi también llamó a la diplomacia pública, al diálogo entre presidentes y a la deliberación entre funcionarios gubernamentales.
Dado que concentra sus propuestas en los pueblos, la abogada iraní rechaza las sanciones contra su país, que, advierte, castigan a la ciudadanía, y también las amenazas e incluso el uso de la fuerza militar.
Las gestiones para exigir el respeto de los derechos civiles sólo pueden realizarse en "un periodo de paz", según ella.
En la campaña electoral, el hoy presidente estadounidense Barack Obama manifestó su deseo de dialogar con el gobierno de Irán, con lo que dejó de lado las posiciones radicales de su antecesor George W. Bush, quien no descartaba el uso de la fuerza.
Aquellos que promueven sanciones y acciones militares contra el régimen iraní temen una supuesta carrera armamentista nuclear. Irán enriquece uranio en sus centrales, y asegura que lo hace con fines civiles. El anterior gobierno estadounidense sostenía que Teherán tenía intención de poseer armas atómicas.
Las deliberaciones "no deberían concentrarse en las cuestiones nucleares, sino en el avance de los derechos humanos", dijo Ebadi. "Las negociaciones deberían concentrarse en los pueblos de los dos países."
Obama aún no ha brindado detalles de sus planes, que, a grandes rasgos, implican comprometerse en un diálogo diplomático sin precondiciones y descartar las acciones hacia un "cambio de régimen", pretendido por Bush, si el gobierno iraní muestra cambios en su "comportamiento".
Algunos observadores muestran preocupación por la posible designación como enviado especial a Irán de Dennis Ross, ex negociador estadounidense en las gestiones de paz entre Israel y el mundo árabe durante las presidencias de Bill Clinton (1993-2001) y Bush (2001-2009).
Ross copreside la campaña Unidos contra un Irán Nuclear, en cuya fundación participó, y es uno de los firmantes de un estudio titulado "Afrontando el desafío: La política estadounidense hacia el desarrollo nuclear iraní".
El informe, publicado en septiembre por el Consejo Bipartidario de Políticas, propone precondiciones para un diálogo con el régimen en Teherán.
Ebadi no se refirió a la cuestión nuclear en detalle, pero rechazó ese extremo. "Para resolver el problema, siempre preferí el diálogo sin precondiciones", advirtió.
Las autoridades clausuraron en diciembre la organización que dirige la activista, el Centro par la Defensa de los Derechos Humanos, y confiscaron sus archivos, con la excusa de que practicaba evasión de impuestos. "Pero continuamos con nuestras actividades", dijo ella.
Manifestantes rodearon en enero su domicilio y pintaron allí consignas contra la abogada, entre ellas "Ebadi es estadounidense". Uno de ellos dijo a la prensa iraní que era miembro del grupo paramilitar Basij, vinculado con la oficialista Guardia Revolucionaria.
Consultada en Washington sobre su regreso a su país y la posibilidad de que pidiera asilo político en Occidente, contestó: "Soy iraní. Nací en Irán, vivo en Irán y moriré en Irán. Luego de terminar mi visita a Estados Unidos, volveré directamente a casa."
Las frases pintadas en la casa de la activista reflejan la tensa relación entre los dos países y la sensibilidad de Irán ante el apoyo que brinda Estados Unidos a activistas por los derechos humanos y la democracia en ese país del Golfo Pérsico o Arábigo.
La feminista Sussan Tahmasebi dijo a IPS el mes pasado que los llamados del pasado gobierno de Bush al "cambio de régimen" le sirvieron de excusa a Teherán para reprimir a los defensores de los derechos humanos.
De todos modos, Ebadi sostuvo que la comunidad internacional no debería vacilar en ejercer la crítica constructiva ante la situación de los derechos humanos en Irán.
"Del mismo modo en que el gobierno iraní puede hablar sobre las violaciones de derechos humanos en Palestina, otros pueden hablar sobre las que se cometen en Irán", sostuvo.