DROGAS-MÉXICO: Receta de consecuencias sangrientas

Las voces, incluso de varios ex presidentes latinoamericanos, que reclaman rectificar la estrategia de «guerra a las drogas» no tuvieron mayor eco en México, aunque es aquí donde se sufren algunas de sus indeseables consecuencias: violencia, corrupción y consumo crecientes.

Acentuando la tendencia iniciada en este siglo, en las últimas semanas aumentaron los asesinatos y enfrentamientos entre y contra narcotraficantes en México. Sólo el fin de semana murieron 43 personas.

Entre 2000 y 2008, la cantidad de asesinados supera los 17.300 y en lo que va de 2009 ya suman más de 200.

Semejante violencia aparece en el contexto de un despliegue territorial de miles de soldados para combatir el narcotráfico, una política adoptada a mediados de 1990, e intensificada desde que el conservador Felipe Calderón llegó a la Presidencia, a fines de 2006.

En un hecho inédito, pobladores de barriadas pobres, incluso mujeres y niños, salieron esta semana a manifestarse en varias ciudades del norte del país, reclamando que el ejército vuelva a los cuarteles y deje de patrullar las calles.
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Según la policía y reportes de la prensa local, los manifestantes, que llegaron a cerrar algunos cruces fronterizos con Estados Unidos y que cubrían sus rostros con pañuelos, habrían recibido regalos y dinero de narcotraficantes.

La apuesta del gobierno ante el narcotráfico, la violencia asociada y el nuevo fenómeno de estas manifestaciones civiles, es que tales pronto "toquen fondo", dijo a IPS el experto en seguridad del Centro de Investigación para el Desarrollo -Asociación Civil, Guillermo Zepeda.

"Ciertamente van a disminuir en algún momento", respondiendo a los ciclos naturales de cualquier fenómeno social y a las acciones de fuerza del gobierno, pero no será esa una solución duradera, opinó Zepeda, profesor e investigador en la Universidad Jesuita de Guadalajara.

En su opinión, se requiere un cambio de estrategia para dar cabida a la legalización de ciertas drogas, y políticas que diferencien claramente a consumidores de traficantes, "pero eso no lo podrá hacer México por sí solo, eso requiere un acuerdo regional o mundial".

En línea similar se pronunciaron los integrantes de la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia en un informe presentado el 11 de este mes.

Esa comisión, integrada por políticos e intelectuales de renombre encabezados por los ex presidentes César Gaviria, de Colombia, Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, y Ernesto Zedillo, de México, sostuvo que "frente a una situación que se deteriora a cada día con altísimos costos humanos y sociales, es imperativo rectificar la estrategia de 'guerra a las drogas' aplicada en los últimos treinta años en la región".

"Las políticas prohibicionistas basadas en la represión de la producción y de interdicción al tráfico y a la distribución, así como la criminalización del consumo, no han producido los resultados esperados. Estamos más lejos que nunca del objetivo proclamado de erradicación de las drogas", señalaron en su informe.

En 1998, en el marco de la XX sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas dedicada a las drogas ilegales, los países adoptaron un plan de acción de 10 años, básicamente punitivo. "Un mundo libre de drogas, nosotros podemos hacerlo", fue la consigna. México se ajustó al plan como la gran mayoría de los países del mundo e incluso recurrió a las Fuerzas Armadas para enfrentar a los narcotraficantes.

Pero "el problema de las drogas ha ido creciendo junto a la corrupción, la violencia y al encarcelamiento injusto de miles de consumidores", sostuvo Zepeda.

En su informe anual presentado este jueves, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, institución que apadrina las recetas prohibicionistas, reconoce que México no ha logrado avances.

El consumo va al alza, así como la superficie de plantaciones de materia prima, apunta el documento que da cuenta de la situación de las drogas en el mundo en 2008.

"El narcotráfico sigue planteando graves problemas" a México, señala el informe y consigna que en los últimos seis años se duplicó en este país el uso de cocaína y que la edad de iniciación en el acceso a las drogas pasó de 10 a ocho años.

Según la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, a "la luz de su elevadísimo costo humano y amenazas a las instituciones democráticas" es urgente "la revisión a fondo de las políticas actuales" contra el narcotráfico.

La Comisión exhortó a los gobiernos y a las Naciones Unidas a adoptar "un nuevo paradigma", sustentado en "tratar al consumo como una cuestión de salud pública", combatirlo con información y prevención y focalizar la represión en el crimen organizado.

En México, políticos del izquierdista y opositor Partido de la Revolución Democrática, opinan que esas propuestas deberían ser debatidas, pero portavoces del gobernante Partido Acción Nacional afirman que el país no debe adoptar esas recomendaciones.

El gobierno no se pronunció oficialmente, pero este jueves el presidente Calderón dijo que el ejército seguirá en su lucha frontal hasta lograr imponer el orden.

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