CINE-NIGERIA: Premiado con cárcel

A pesar de que estaba prevista para enero, aún sigue a la espera de su segunda apelación el premiado director de cine nigeriano Hamisu Lamido Iyan-Tama, preso desde diciembre por no someter a las autoridades islámicas del país su última película, titulada «Tsintsiya».

Iyan-Tama, quiera fuera candidato a gobernador en las elecciones generales del año pasado, estaba ataviado con una típica túnica, bien planchada, la primera vez que IPS lo visitó en la cárcel en diciembre. El único indicio en su apariencia de que estaba preso eran sus zapatillas de goma.

El cineasta bromeó con los guardias que se mostraban amigables, saludó a cada visitante y relató cómo fue sentenciado por un tribunal móvil a tres meses de cárcel y a una multa por no haber registrado su compañía, Iyan-Tama Multimedia, ante la Junta de Censura de Kano.

Un tribunal móvil es una instancia ad hoc creada por el presidente del Tribunal Supremo de Kano para realizar un juicio rápido en casos de censura.

En un segundo juicio fue condenado a un año de prisión, excarcelable, por haber vendido su película "Tsintsiya" sin la autorización de ese organismo.
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"El juez tenía una copia de Tsintsiya y me preguntó si era mi película", relató Iyan-Tama. "Le dije que sí, pero que no se vendía en Kano. Entonces me dijo que sólo respondiera si o no".

La necedad del juez Mukhtar Ahmed, quien se empecinó en dictar sentencia contra el cineasta, pese a que el policía citado como testigo no se presentó a declarar, fue el punto culminante de un caso con visos de complot por un filme de "Kannywood", un juego de palabras entre Kano y Hollywood, empleado para la industria de vídeo hausa.

Iyan-Tama fue detenido y acusado por primera vez el 8 de mayo de 2008 por un tribunal móvil. Ese día había regresado del Festival de Cine Zuma, en Abuja, donde "Tsintsiya" había obtenido el premio a "Mejor Película de Asuntos Sociales".

"Tsintsiya" es una versión de la estadounidense Westside Story, de 1961 y conocida en países de habla hispana como "Amor sin barreras". La realización fue auspiciada por la embajada de Washington en Abuja.

El director general de la Junta de Censura, Abubakar Rabo Abdulkarim, dijo a IPS que los cineastas siempre deben llevar un certificado de registro expedido por esa oficina. Si muestran ese documento cuando se los pide el tribunal móvil quedan libres, de lo contrario los acusan.

La junta de Censura de Kano es independiente de la Junta Nacional de Censura Cinematográfica y de Vídeo de Nigeria.

Iyan-Tama divulgó por radio y prensa que su película no estaba a la venta en Kano, indicó su hermano Ahmad Sarari. Pero varias copias del filme, protagonizado por la actriz Baballe Hayatu, fueron confiscadas en un allanamiento al comercio de otro director de cine y empleadas como prueba contra él.

La industria cinematográfica en Kano emplea a miles de personas y hasta 2007 generaba 35 por ciento de los ingresos de "Nollywood", como le llaman a la floreciente actividad fílmica del sur del país. Sin embargo, es acusada de "adulterar" la cultura hausa.

Cineastas, músicos y novelistas alegan, en cambio, que los persiguen por denunciar la corrupción. La detención de Iyan-Tama responde a motivos políticos, según el presidente de la Asociación de Profesionales del Cine de Nigeria (Moppan, por sus siglas en inglés), Sani Mu'azu.

"Iyan Tama es víctima de su actividad política. Se presentó a las elecciones contra el gobernador de Kano, Shekaru, y denunció su falta de transparencia. La Junta de Censura sólo pone en práctica un guión escrito por el gobierno local".

En "Tsintsiya", Iyan-Tama representa al gobernador de Kano, quien dirige una investigación sobre las causas de la violencia sectaria.

La detención de Iyan-Tama no fue por motivos políticos, sostuvo Abubakar Rabo Abdulkarim, director general de la Junta de Censura de Kano. El realizador debía informar oficialmente a la junta que no tenía intenciones de vender su película en Kano, dijo a IPS.

"Si entró por contrabando, o no, es un problema suyo. La ley dice claramente que una película comercializada en Kano debe ser aprobada por la junta. Para que se haga una excepción se debe presentar una solicitud a tales efectos. Nada de eso ocurrió. Por lo tanto, debe ser castigado", señaló.

Sarari, también vicepresidente de Moppan, replicó que la junta fue incapaz de probar que el cineasta había difundido su película en Kano.

"Ni un sólo comerciante se presentó ante el tribunal y dijo 'Sí, Iyan-Tama me vendió el filme', ninguno", alegó.

"La película fue producida y vendida fuera de Kano. Tiene autorización de la Junta Nacional de Censura Cinematográfica y de Vídeo. ¿Por qué tiene que informar a la junta de Kano que quiere difundir su filme en el estado vecino de Kaduna?", añadió.

El fallo contra Iyan-Tama es uno de los más graves de una serie de detenciones y juicios precipitados conducidos por los tribunales móviles y vinculados a la junta de censura, presidida por el juez Mukhtar Ahmed.

Tras un escándalo sexual protagonizado por una actriz hausa en agosto de 2007, la junta comenzó a aplicar la legislación de acuerdo con una estricta interpretación. En ese contexto obligan a toda persona vinculada a la industria cinematográfica, actores, editores y hasta vendedores, a registrarse, de forma individual, en la junta.

Músicos y escritores se vieron obligados a hacer lo mismo.

El estado de Kano perdió miles de millones de nairas (la moneda local) tras la campaña de la Junta de Censura, según Sarari.

Tras una manifestación realizada en noviembre por actrices que desertaron públicamente del Partido de Todo el Pueblo, gobernante en Kano, y se pasaron al Partido Democrático Popular, la policía allanó y clausuró varios estudios de filmación y detuvo a más de una decena de personas.

El Partido Democrático Popular gobierna a escala nacional y en la mayoría de los 36 estados nigerianos.

Además de detener a artistas conocidos, se realizaron cientos de arrestos y juicios rápidos a empleados de la industria del entretenimiento, incluidas personas que distribuían música hausa por teléfonos celulares, vendedores de medicamentos tradicionales, por las ilustraciones "obscenas" de sus beneficios, así como trabajadores de centros de vídeo juegos.

Muchos de los detenidos entrevistados por IPS relataron que fueron abordados por policías de particular que no mostraron ninguna identificación.

IPS volvió a visitar a Iyan-Tama en prisión el 22 de enero, tras la postergación de último minuto de su segunda apelación. Todavía bromeaba con los guardias, pero su semblante era más serio.

Fue como si tuviera un presentimiento de algo que todavía nadie sabía. Esa madrugada, desconocidos ingresaron por la fuerza en su casa y amenazaron a su esposa e hijos diciéndoles que los habían mandado para "atemorizarlos".

"Sólo quiero salir y seguir con mi vida", dijo entonces Iyan-Tama a IPS.

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