La promesa de un presunto grupo paramilitar de matar un delincuente cada 24 horas en Ciudad Juárez agravó la situación de violencia que sufre esa localidad mexicana fronteriza con Estados Unidos, donde proliferan los llamados femicidios, ataques a periodistas y cruentos asesinatos.
Ciudad Juárez, con 83 personas asesinadas en lo que va del año y más de 1.600 en 2008, es junto al estado donde se ubica, Chihuahua, la zona más violenta de México, característica atribuida a la guerra que allí libran por el control del narcotráfico varios grupos mafiosos.
De los más de 5.500 asesinatos registrados el año pasado en México por enfrentamientos entre y contra las mafias, 2.400 correspondieron a ese estado norteño.
"Aquí vivimos un infierno. Todos los políticos, policías y militares son unos ineptos o corruptos y los que no, terminan engullidos por los malos", dijo a IPS José Bernal, administrador de una tienda de juguetes en Ciudad Juárez.
"Si es cierto eso de que surgió un grupo para poner algo de orden eliminando asesinos, yo, que tengo familia y niños pequeños, hasta los apoyo y sé que mucho más piensan así", señaló Bernal vía telefónica desde esa localidad de poco más de 1,3 millones de habitantes.
A mediados de mes, varios medios de comunicación de ese distrito recibieron un correo electrónico en el que se anuncia que un "grupo de ciudadanos cansados desde hace años del nivel de impunidad que existe en esta ciudad hemos fundado el Comando Ciudadano por Juárez", que promete eliminar a un delincuente por día.
El supuesto escuadrón de la muerte afirmó que era financiado por empresarios afectados por la violencia, pero el Consejo Coordinador Empresarial de Juárez lo negó. Autoridades no descartan la posibilidad de que la nueva organización no exista y sólo sea un invento de alguna persona.
Las autoridades deben seguir la pista a este anuncio, pues de ser cierto abriría un frente que puede tener apoyo real de algunos empresarios indignados y quizá hasta de autoridades, "pero así perderemos más de lo ya perdido en seguridad", declaró a IPS el politólogo y experto en narcotráfico Sergio Fernández.
El paramilitarismo es un cáncer igual que el narcotráfico y así debe combatirlo el Estado "o lo que queda de él en un ciudad como Juárez", sostuvo.
La presencia de grupo armados irregulares se había circunscrito hasta ahora al estado sureño de Chiapas, donde según denuncian grupos humanitarios actúan de forma esporádica contra simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, la organización insurgente que se mantiene enclaustrada y sin realizar acciones violentas en zonas de selva y montaña.
Cansados de la violencia en Ciudad Juárez, algunos ciudadanos han contratado espacios publicitarios en diversas calles donde piden orar por la paz de su localidad. Además, han realizado marchas y diversas protestas callejeras.
La municipalidad de Juárez, que es gobernada por José Reyes, del tradicional Partido Revolucionario Institucional, sostiene que hace todo lo posible por brindar seguridad a los ciudadanos a través de su policía, que coordina acciones con más de 2.000 militares enviados allí por el presidente de México, Felipe Calderón, para combatir contra el narcotráfico.
En uno de los tantos hechos violentos, en una zona urbana muy cercana a Juárez, fue encontrado el 18 de enero dentro de una hielera la cabeza de un comandante de la policía que había desparecido días antes. Según recuentos de medios de comunicación locales, entre el 1 y el 22 de este mes se contabilizaron 83 asesinatos en esa ciudad.
El informe titulado "Periodismo bajo la violencia del narcotráfico, 2008" sostiene que "Chihuahua se convirtió en la entidad más peligrosa para el periodismo en México". "Testigos de la guerra entre carteles y los operativos de las fuerzas del orden, los periodistas y los medios de comunicación fueron agredidos desde las oscuras fuerzas del narcotráfico", se añade.
"Pero los agravios también partieron desde las filas de las policías federales, municipales y militares, de formas por demás inusitadas", se afirma en el documento realizado por el no gubernamental Centro de Periodismo y Ética Pública con apoyo de International Freedom of Expression Exchange.
"La gravedad de la situación es tal que algunos reporteros y fotógrafos utilizan chalecos antibalas y los medios han optado por no cubrir en profundidad o con la amplitud debida las ejecuciones y los delitos relacionados con la delincuencia organizada. Aún así, la peligrosidad del trabajo periodístico es alta", indica.
En uno de los últimos hechos vinculados al trabajo de los reporteros, Armando Rodríguez, periodista de asuntos policíacos en Ciudad Juárez, fue ultimado a balazos el 13 de noviembre.
La mayoría de los medios de comunicación de esa localidad fronteriza con Estados Unidos han cambiado sus políticas editoriales para evitar problemas.
Algunos eliminaron la tradicional identificación del autor de los reportajes o fotos, otros decidieron rotar a los periodistas en la cobertura de asuntos de policía y también hay quienes dejaron de cubrir ciertos hechos.
Hasta 2007, Ciudad Juárez era famosa entre grupos humanitarios por los periódicos asesinatos de mujeres jóvenes allí registrados, muchas de las cuales además antes eran violadas y torturadas.
Por esos hechos, fue señalada como la "capital de los femicidios", a pesar de que en otros puntos de este mismo país o del vecino Guatemala, la cantidad de mujeres violadas y asesinadas era mucho mayor.
Con los más de 1.600 asesinatos del año pasado en Juárez, la gran mayoría hombres y entre ellos unos 75 policías, el tema de los femicidios ha ido perdiendo peso para dar paso a un clamor de carácter más generalizado por la seguridad pública.