SALUD-AMÉRICA LATINA: Demasiadas madres y niños mueren cada año

«América Latina no está en las condiciones trágicas de los países menos desarrollados, pero una tasa promedio de 130 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos es muy alta», dijo a IPS Egidio Crotti, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Crotti presentó este jueves en Santiago, junto a la ministra de Planificación de Chile, Paula Quintana, y la subsecretaria de Salud Pública, Jeannette Vega, el informe anual de Unicef titulado "Estado Mundial de la Infancia 2009", dedicado a la salud materna y neonatal. El lanzamiento mundial tuvo lugar en Johannesburgo, Sudáfrica.

Cada día mueren en el mundo 1.500 mujeres por complicaciones en el embarazo y el parto, es decir más de 500.000 por año. El riesgo de fallecer por esta causa es 300 veces mayor entre las mujeres que viven en países menos adelantados que las que habitan en países industrializados, indica el documento.

Además, se estima que por cada mujer que muere otras 20 quedan con enfermedades y discapacidades relacionadas con la gestación y el nacimiento de sus hijos.

Mientras que en África subsahariana la tasa de mortalidad materna es de 920 por cada 100.000 nacidos vivos, en los países industrializados la cifra baja a ocho.

Chile es el mejor ubicado de América Latina, con 16 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos, seguido de Uruguay con 20, Costa Rica con 30, Cuba, con 45, y Venezuela con 57.

En la mitad de la tabla figuran México, con 60 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos, Argentina con 77, Brasil con 110, Colombia y Panamá con 130, República Dominicana y Paraguay con 150, y El Salvador y Nicaragua con 170.

Cierran el listado Ecuador, con 210 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos, Perú con 240, Honduras con 280, Guatemala y Bolivia con 290 y Haití con 670.

"Esto es aún más grave porque en América Latina hay recursos. Todo depende de dónde los países ponen su prioridades", recalcó Crotti.

En cuanto a la mortalidad neonatal (niños que fallecen antes de los 28 días de nacidos), América Latina y el Caribe muestran una tasa promedio de 13 muertes por cada 1.000 nacidos vivos.

Mientras en los países industrializados se registran tres fallecimientos por cada 1.000 nacidos vivos, en África occidental y central son 45 y en Asia meridional 41.

Al interior de América Latina, se destaca Cuba, con una tasa de mortalidad neonatal de cuatro por cada 1.000 nacidos vivos, seguido de Chile con cinco, Uruguay con siete, Costa Rica con ocho y Argentina con 10. Los más atrasados en este aspecto son Guatemala con 19, Bolivia con 24 y Haití con 32 muertes por cada 1.000 nacidos vivos.

Crotti subrayó que 80 por ciento de las muertes neonatales en el mundo son evitables.

Respecto de la tasa de mortalidad de niños y niñas menores de cinco años, la región ostenta un promedio de 26 fallecimientos por cada 1.000 nacidos vivos, cuando el promedio mundial es de 68 muertes.

Según el representante de la Unicef, existe consenso científico respecto de los factores que permitirían erradicar la mortalidad materno-infantil.

Se destaca la creación de un entorno favorable para el desarrollo de la mujer y el cumplimiento de sus derechos, una atención de salud oportuna y continua para la madre y su hijo y la implementación de políticas públicas integrales y coordinadas.

"Otro tema que creo que es un gran desafío para América Latina y el Caribe en su conjunto es el embarazo adolescente, porque no ha disminuido y la ciencia nos demuestra que es muy riesgoso para la salud de las mujeres e implica abandono de la educación. Además, se relaciona con sociedades muy violentas contra la mujer", comentó Crotti.

"Si América Latina quiere cumplir la meta del milenio relativa a la mortalidad materna e infantil tiene que acelerar sus tasas de reducción, porque, si seguimos a este ritmo, la mayoría de los países van a estar muy lejos de lograr este compromiso en 2015", indicó Crotti, quien llamó a los gobiernos a no olvidar que hablamos de vidas humanas.

Entre 1990 y 2005, la tasa de mortalidad materna bajó de 180 casos por cada 100.000 nacidos vivos a sólo 130.

En 2000, los gobiernos acordaron en la Organización de Naciones Unidas (ONU) ocho grandes Objetivos de Desarrollos para el Milenio (ODM) a cumplirse en 2015, tomando como referencia los indicadores de 1990.

El cuarto objetivo llama a reducir en dos terceras partes la mortalidad infantil entre 1990 y 2015 y el quinto los exhorta a disminuir en tres cuartas partes la mortalidad materna y a lograr el acceso universal a la salud reproductiva.

Los otros ODM entrañan compromisos en materia de reducción de la pobreza extrema, el hambre, de la educación, la igualdad de género y autonomía de la mujer, el combate contra enfermedades como el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, protección al ambiente y la promoción de una asociación mundial para el desarrollo.

En su intervención de este jueves en Santiago, el representante de la Unicef destacó especialmente el Sistema de Protección a la Infancia llamado "Chile Crece Contigo", inédito en América Latina, implementado por el gobierno de la socialista Michelle Bachelet.

Este programa multisectorial tiene como propósito acompañar a la madre y al hijo desde la gestación hasta los cuatro años de edad, lo cual implica apoyo bio-psico-social en los centros de salud, salas cunas y jardines infantiles con recursos didácticos para la estimulación temprana, detección oportuna y tratamiento de rezagos, entre otros beneficios.

En 2007 comenzó a operar en 159 comunas y en 2008 se amplió a todo el país.

"Estamos hablando de 198.000 mujeres embarazadas que se atienden en el sistema público de salud y 647.000 niños y niñas desde el nacimiento hasta los cuatro años", especificó la ministra de Planificación de Chile, Paula Quintana.

Hace dos semanas, el gobierno envió al parlamento un proyecto que crea un Sistema Intersectorial de Protección Social y que institucionaliza Chile Crece Contigo. El Poder Ejecutivo espera que el plan sea aprobado en el primer trimestre de este año.

El gobierno de Bachelet ya ha tenido contactos con otros países de la región, como Brasil, México y Uruguay, para tratar de replicar esta experiencia fuera de Chile, indicó Quintana.

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