La negativa de Israel a permitir que civiles salieran de Gaza mientras sus fuerzas bombardeaban escuelas y casas no tiene precedentes en las guerras modernas, dijo un investigador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Richard Falk, reportero especial de la ONU sobre derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, calificó el bloqueo israelí de la Franja de Gaza de "diferente, nuevo y siniestro crimen de guerra".
"Por primera vez en una operación militar, la población civil como un todo fue encerrada en una zona de guerra", dijo a una audiencia del Parlamento Europeo en comunicación telefónica. "Ningún niño, ninguna mujer, ningún enfermo o discapacitado fue autorizado a irse. Por primera vez, la opción de convertirse en refugiado fue impedida", añadió.
Falk subrayó que el derecho internacional, particularmente la Convención de Ginebra de 1949, obliga a la fuerza ocupante a proveer en forma adecuada de alimentos e instalaciones médicas a la población que tiene bajo control. El bloqueo de 18 meses a Gaza que precedió la Operación Plomo Fundido fue "ilegal", sostuvo.
Falk, de 78 años, tiene un largo historial como académico y participante de campañas por el desarme, los derechos humanos y el ambiente. No obstante, su abierta defensa de los civiles palestinos lo convirtió casi en una persona no grata para el gobierno israelí. El año pasado, éste no le autorizó entrar a los territorios ocupados, acusándolo de parcialidad con los palestinos.
[related_articles]
Zvi Tal, subjefe de la embajada de Israel en la Unión Europa (UE), defendió los ataques en Gaza señalando que la situación allí era "muy peculiar".
Desde que Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica) se enfrentó a su rival Fatah por el control de Gaza en 2007, el territorio ha tenido el estatus de "entidad hostil", señaló, y afirmó que Israel bombardeó escuelas de la ONU porque algunos combatientes islámicos se habían escondido allí para "arrastrarnos dentro".
"A veces, en el calor de la batalla y en el intercambio de fuego, cometemos errores", dijo a IPS. "No somos infalibles".
De las 1.330 personas muertas en la operación, 904 eran civiles. El Ministerio Palestino de Salud señaló que entre los muertos había 437 niños y niñas, 123 ancianos y 110 mujeres. Mientras, 13 israelíes murieron, tres de ellos civiles.
Raji Sourani, director del Centro Palestino para los Derechos Humanos, señaló que más cuerpos se descubren continuamente entre los escombros de los edificios destruidos. Dijo que 27 personas murieron solo el 21 de este mes a causa de una explosión. Además, criticó a la UE por no tomar una postura firme contra las acciones de Israel. El bloque se abstuvo de votar una moción presentada en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU a comienzos de este mes sobre la necesidad de investigar posibles violaciones a los derechos humanos cometidas por ese país.
La República Checa, que ejerce la presidencia rotativa de la UE, dijo que la moción "encaraba solamente una parte del conflicto".
Sourani también protestó contra la decisión de los gobiernos de la UE en diciembre de mejorar las relaciones con Israel. A pesar de numerosos informes de que ese país discriminaba a los palestinos en forma sistemática, el bloque europeo siguió adelante con las iniciativas para hacer de él un "socio privilegiado". Esto le permitiría a Israel tener acceso preferencial al mercado europeo.
"Es una vergüenza ver la conspiración del silencio en la Europa oficial", añadió Sourani. "Es una vergüenza que Europa recompense al sistema de apartheid de hecho de Israel así como el ahogo económico y social de Gaza mejorando las relaciones con Israel".
La semana próxima, los cancilleres de la UE evaluarán la situación en Gaza cuando se reúnan en Bruselas. Un miembro chipriota del Parlamento Europeo, Kyriacos Triantaphyllides, propuso suspender las iniciativas para acercarse a Israel.
"No podemos hablar de mejorar las relaciones con Israel en este momento. Lo siento, no podemos", dijo.