Las emisiones de dióxido de carbono del transporte de carga en las carreteras europeas aumentarán más de 50 por ciento en las próximas dos décadas, alertó la firma consultora holandesa CE Delft.
Si no media ninguna mejora en materia de eficiencia energética de los camiones de larga distancia, y con el volumen de transporte carretero en vías de aumento, el sector podría poner en peligro los objetivos de la Unión Europea (UE) sobre reducción de emisiones, según el informe.
El informe de CE Delft establece que, a menos que se adopten medidas para reducir el consumo de combustible e impulsar la eficiencia energética de los vehículos, la emisión de los camiones aumentará 55 por ciento para 2030, respecto de 2005.
Los camiones representan hoy 23 por ciento de todo el dióxido de carbono liberado a la atmósfera como consecuencia del transporte carretero de la UE. Las camionetas representan un ocho por ciento adicional.
El transporte de larga distancia también tiene una sed insaciable de combustible: es engulle 500 millones de barriles anuales de petróleo a un costo de 60.000 millones de euros (cerca de 80.000 millones de dólares).
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Hace dos años, los gobiernos de la UE acordaron reducir un quinto las emisiones del bloque para 2020 respecto de 1990, pero la contribución del transporte carretero de carga al cambio climático no ha sido plenamente considerada en sus ecuaciones.
El informe presentado el lunes también concluye que, aunque los camiones constituyen apenas tres por ciento de los vehículos que circulan por las carreteras, son responsables de 20 por ciento de los embotellamientos.
Una ley de la UE que data de 1999 prohíbe a sus gobiernos imponer gravámenes sobre vehículos que pesen más de 12 toneladas por costos que los políticos consideren "externos".
Tales costos incluyen los vinculados con la contaminación, la congestión, el ruido y los accidentes carreteros, aunque, considerados por kilómetro transitado, los camiones son responsables por el doble de fatalidades que los automóviles.
En 2006, los accidentes carreteros causados por camiones acabaron con unas 6.500 vidas en la UE.
En julio pasado, la Comisión Europea, rama ejecutiva del bloque, presentó propuestas para levantar parcialmente la prohibición que pesaba sobre los impuestos. El informe será discutido por el comité de transporte del Parlamento Europeo a fines de este mes.
El europarlamentario belga Saïd El Khadraoui, encargado de preparar la respuesta del cuerpo legislativo al informe, sostuvo que se debería permitir a los gobiernos de la UE imponer gravámenes basados sobre el costo ambiental del transporte carretero.
"La verdad inconveniente es que necesitamos readaptar lo más pronto posible las condiciones para una política de transporte más eficiente y sostenible", dijo, reconociendo que las circunstancias para introducir esos tributos dista de ser ideal en un momento de crisis económica.
Pero El Khadraoui urgió a no determinar por el momento esos impuestos sobre la base de los accidentes carreteros, porque los programas de seguros para camiones varían considerablemente entre los diferentes países de la UE.
En cambio, le pidió a la Comisión que presente un informe al respecto para fines de 2010.
Huib van Essen, coautor del estudio de CE Delft, dijo que aunque tiene sentido que se analicen las diferencias de los diversos sistemas, se corre el riesgo de postergar así varios años las medidas para reducir el costo de los accidentes carreteros.
Jos Dings, de la ambientalista Federación Europea sobre Transporte y Ambiente, señaló: "Los transportistas se la llevan de arriba mientras causan miseria a millones. La congestión, el ruido y la contaminación arruinan la vida de todos los europeos. Los gobiernos deben mantener abiertas todas las opciones cuando abordan problemas masivos como la congestión. La UE debe revertir su absurda prohibición a la inclusión de estos costos en peajes carreteros para camiones."
La activista Franziska Achterberg, de la organización ambientalista Greenpeace Internacional, manifestó sorpresa al enterarse de que los camiones no son eficientes desde el punto de vista del consumo de combustible.
En contraste, en la última década los automóviles de pasajeros registraron una mejora anual de 1,3 por ciento en su eficiencia, una proporción que, para Achterberg, tampoco resulta suficiente.
Según Van Essen, tanto los legisladores como la industria automovilística han dado algunos pasos para estimular la eficiencia. "En cuanto a los camiones, no se hizo mucho énfasis político en la eficiencia del combustible", dijo.
Las emisiones de dióxido de carbono por parte de vehículos pesados aumentaron alrededor de dos por ciento cada año desde 1995.