Birtukan Mideksa tiene reputación en Etiopía de ser una política competente, pero los votantes no podrán apoyarla en las próximas elecciones nacionales. La revocación de su indulto de 2007 fue un golpe para los partidos de oposición de este país del Cuerno de África.
Después de las elecciones de 2005, protestas opositoras contra las irregularidades en las urnas fueron seguidas por violentos choques en las calles. Más de 100 líderes de la oposición fueron detenidos. Mideksa fue acusada de traición, ofender la Constitución e incitar la rebelión armada, entre otros cargos.
Pasó dos años en prisión antes de ser condenada y sentenciada a cadena perpetua en julio de 2007, junto a otras 34 personas. Pero todos fueron inmediatamente indultados por el presidente Girma W. Giorgis. El gobierno informó que todos habían pedido el perdón y expresaron arrepentimiento por su conducta.
Pero, mientras estaba de gira por Europa en noviembre pasado, Mideksa negó haber pedido el indulto. Y de su regreso a Etiopía, le dijo a seguidores del partido Unida para la Democracia y la Justicia (UDJ) que su liberación había sido resultado de negociaciones políticas, no de la compasión del gobierno.
Entonces, el gobierno etíope respondió furiosamente dándole un ultimátum de tres días para que se retractara categóricamente de sus afirmaciones o sufriría una revocación de su indulto.
"Todavía tengo que poner en orden mis pensamientos y tomar mi decisión", dijo Mideska a IPS en una entrevista telefónica en Addis Abeba el 28 de diciembre, un día antes de que fuera enviada a prisión.
Su nueva detención causó indignación entre polícios de oposiciones que consideran la decisión parte de una estrategia del oficialismo para intimidar oponentes de cara a las elecciones de mayo de 2010.
Pero Mideksa no es el único político de oposición encarcelado últimamente. El 30 de octubre, la policía federal arrestó a Bekele Jirata, secretario general de otro partido opositor, el Movimiento Democrático Federalista Oromo. Fue acusado de tener vínculos clandestinos con el grupo rebelde Frente Oromo de Liberación (OLF).
Políticos de oposición temen que la señal dada por estos arrestos fortalezcan a aquellos que creen que el cambio político pacífico en Etiopía no es viable.
Tras su liberación en 2007, Mideksa y Berhanu Nega, entonces el alcalde electo de Addis Abeba, debatieron el tema. Nega salió de la cárcel convencido de que la lucha armada es la única manera de llegar al poder en Etiopía, pero Mideksa resiste la idea vehementemente. Nega ahora está en Estados Unidos liderando Ginbot 7, un nuevo partido político.
En una opinión publicada por el principal semanario amhárico Addis Neger, en reacción al ultimátum del gobierno, se arguyó que las acciones del gobierno finalmente vindicarían a Nega.
"El gobierno nos está totalmente reduciendo a nada", dijo Beyene Petros, parlamentario de oposición y presidente de las Fuerzas Unidas Democráticas Etiopes. "El partido gobernante que al principio asumió el poder con un golpe está diciéndole indirectamente a la oposición que haga lo mismo, que llegar al poder a través de las urnas es imposible".
El veterano político ve un país que retrocede en cuanto a crear un panorama político competitivo. "La puerta que fue abierta en las elecciones de 2005 ahora está completamente cerrada", dijo.
Petros no es el único líder opositor que tiene una visión negativa del porvenir. El ingeniero Gizachew Shiferaw, vicepresidente de la UDJ, comparte la misma preocupación. "El arresto de Mideksa es una clara señal de intimidación", dijo a IPS. "Nosotros sólo participaremos en las próximas elecciones sin libres y justas".
La encarcelación de la madre de un opositor agravó el actual estancamiento político entre la oposición y el gobierno. Los opositores insisten en que su detención fue parte de un plan del oficialismo para crear un sistema de partido único.
El gobierno rechaza las afirmaciones de la oposición. "Su arresto es legal y no político", señaló el Ministerio de Justicia.