Desde el comienzo de su mandato, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha tenido dificultades con el movimiento indígena, pese a que fue uno de sus respaldos electorales. Pero la aprobación de la ley de minería profundizó las diferencias y motiva movilizaciones en su contra.
En su informe ante la Comisión Legislativa (Congreso Provisorio), el mandatario centroizquierdista criticó esta semana a sectores de izquierda y a los líderes indígenas que se oponen a la norma.
"¿Dónde está el mayor peligro para la revolución ciudadana? En esa izquierda infantil, en ese indigenismo infantil, en ese ecologismo infantil, y ya están volviendo a activarse, haciendo reuniones para promover un levantamiento para oponerse a la minería, ya empiezan esas actitudes insensatas", cuestionó.
Sin embargo en una alocución desde el balcón de la sede de gobierno esta semana ante cientos de personas, Correa dijo aceptar las protestas si eran pacíficas, pero aseguró que no permitiría bloqueos de carreteras, como las realizadas el martes en distintas partes del país por el movimiento indígena.
"Con la ley en la mano no vamos a permitir esos abusos, no vamos a permitir levantamientos, que bloqueen caminos, que atenten contra la propiedad privada, que impidan el desarrollo de una actividad que es legal (la minera) y que está siendo regulada.", indicó.
El movimiento indígena se opone a la ley Minera por considerar que implanta un modelo de explotación a gran escala que atenta contra el ambiente, contamina el agua y expolia las riquezas naturales del país sin dejar casi beneficio alguno a los ecuatorianos. Sólo beneficia a las firmas transnacionales, dicen.
También cuestiona la norma el sector empresarial, pero por entender que Ecuador quedará en desventaja en esa área con otros competidores como Perú y Chile.
Pero el gobierno considera que la industria extractiva, de oro y cobre por ejemplo, son fundamentales para el desarrollo del país.
Humberto Cholango, presidente de Ecuarunari, la mayor organización integrante de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y que reúne a los pueblos kichuas de la Sierra, dijo a IPS que "lamentablemente" el gobierno no ha estado abierto a dialogar y que la derecha rodea al mandatario.
La Conaie congrega a 90 por ciento del movimiento originario y está dividida en tres regionales, para la Sierra, la Costa y la Amazonia.
"El presidente debe sólo mirar a su alrededor si quiere ver a la derecha", afirmó Cholango, en referencia a algunos ministros y secretarios que estuvieron vinculados a esos sectores.
"El movimiento indígena ha luchado desde hace muchos años contra el modelo neoliberal, ha sido reprimido y ha tenido muertos en los diferentes gobiernos, pero ha mantenido su dignidad", añadió, para luego aclarar que la movilización que convoca no busca desestabilizar al gobierno sino hacer que "enrumbe su camino".
También explicó que cuando Correa asumió hace dos años se generó una esperanza, pero él no ha sabido entender al pueblo indígena.
"Nosotros estamos abiertos al diálogo. Esta movilización es contra el modelo neoliberal y contra las leyes que se opone al cambio como la ley Minera, que pone en peligro el agua, o la ley de Soberanía Alimentaria, que favorece monopolios agroalimentarios", aseguró.
Cholango explicó que la movilización exige, sobre todo, el tratamiento de la ley sobre aguas presentada por el movimiento indígena y que busca resguardar y proteger ese recurso.
"No aceptamos que un gobierno que dice estar a favor de los excluidos no los tenga en cuenta cuando hace las leyes. No puede ser que normas tan importante como la Minera o la de Soberanía Alimentaria no se debatan y tengan artículos que van contra la propia Constitución que establece los derechos de la Naturaleza", agregó.
A la movilización convocada por la Conaie se han sumado movimientos sociales urbanos y juveniles, así como organizaciones ambientalistas y humanitarias.
La Federación Ecuatoriana de Indígenas Evangélicos (Feine), la segunda agrupación indígena más importante, también mostró su acuerdo con las reivindicación de la Conaie. Su presidente, Marco Murillo reclamó por la nula participación social en la elaboración de las leyes y en el gobierno.
El movimiento indígena se completa con la Federación Nacional de Organizaciones Indígenas y Negras, vinculada al Partido Socialista, que tiene muy menor incidencia social y algunos de sus dirigentes ocupan hoy cargos de gobierno de segundo orden.
Para el sociólogo y analista político Alejandro Moreano, el movimiento indígena continúa siendo el mayor movimiento social de Ecuador y uno de los más importantes de América.
"Ha sido el sector que mantuvo viva la lucha contra el neoliberalismo en los años 90 y tiene una base social de mucho peso", afirmó a IPS.
Las protestas iniciadas el martes, que incluyeron el bloqueo de distintos puntos de las carreteras que unen la Sierra con la costa del océano Pacífico y la Amazonìa, fueron calificadas de exitosas por los líderes indígenas. En escaramuzas con la policía fueron heridos cuatro manifestantes y otros tantos resultaron heridos.