El panorama económico de Honduras no pinta nada bien para 2009. Este país no logró firmar una nueva carta de intención con el FMI y se prevé una desaceleración del crecimiento del producto a causa de la crisis mundial, entre otras razones, según expertos consultados por IPS.
En sus tres años de gestión, el gobierno del presidente Manuel Zelaya no ha podido suscribir con el FMI (Fondo Monetario Internacional) un nuevo convenio, lo que dificulta su acceso a otras fuentes de créditos.
Hasta ahora, las relaciones con el organismo se habían restringido a acuerdos "stand by", es decir con condicionamientos como el control del gasto público, racionalización de subsidios, reducción del aparato estatal, mayor transparencia y rendición de cuentas.
Honduras carece hasta ahora de un plan de contención ante los efectos de la crisis económica mundial, aunque las autoridades auguran que el impacto no "será mortal".
Contra toda lógica, Zelaya anunció el 23 de diciembre un incremento del salario mínimo de 157 a 289 dólares mensuales a partir del 1 de enero, excepto en las maquilas (zonas francas de procesamiento de exportaciones), a las que dejó en libertad de negociar con sus obreros.
El gobierno aumentó el sueldo mínimo por decreto, pues no llegó a un acuerdo entre obreros y empresarios, como establece la legislación laboral.
Según el presidente Zelaya, el incremento "rompe paradigmas porque obliga a la oligarquía empresarial a empezar a pagar lo justo". Sin embargo, agregó: "Soy consciente que se debe nivelar aún más."
"Éste es el gobierno de las grandes transformaciones sociales, comprometido con los pobres", sostuvo.
Mientras los sindicatos recibieron el anuncio con algarabía, los empresarios pusieron el grito en el cielo y anunciaron despidos masivos para 2009, además de aumentos de precios.
"Nosotros no nos oponemos a un salario digno, pero creemos que debió ser concertado", dijo a IPS Guillermo Matamoros, analista financiero del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).
Matamoros advirtió que la medida les fue impuesta de manera inconsulta. "Debimos ser consultados. Parece que el gobierno se olvida que estamos a las puertas de una recesión que ya nos está afectando", se lamentó.
"Los sectores más golpeados con esta medida demagógica y populista son la mediana y pequeña empresa, a las que se les niega el derecho a crecer y a competir", indicó. "Sólo este año, más de 15.000 personas han sido despedidas, sobre todo en las maquilas. Imagínese lo que se viene para el 2009 Los despidos son inevitables."
"Esta decisión nos va a golpear", dijo a IPS Elmer Sierra, mediano productor de camarón del sur de Honduras. "No hay fondos para incentivar la producción. El precio del camarón ha caído y en los bancos lo único que le comunican a uno son los aumentos de los intereses. He hecho cuentas para evitar despidos, pero no me salen."
Ela Ochoa, propietaria de una pequeña clínica en el sureste de Tegucigalpa, tiene tres empleadas, a quienes paga salarios superiores al salario mínimo.
"Con el nuevo incremento las cuentas no me dan. Debo despedir a una, y me duele porque son madres solteras. Todas las noches hago números pero el gobierno no me deja otra opción, pues además del incremento hay que pagar también derechos adquiridos por la ley", acotó.
Organizaciones de empresas privadas anunciaron el 29 de diciembre que en las próximas semanas impugnará el decreto del gobierno ante la Suprema Corte de Justicia.
La ministra del Trabajo, Mayra Mejía, calificó a los demandantes de "avorazados" (voraces) y "explotadores". En tanto, sindicalistas anunciaron que saldrán a las calles para apoyar el aumento de salarios.
La crispación suscitada en torno del salario mínimo no es buena "ni pinta nada bien para el país", dijo el economista y profesor universitario Julio Raudales. "Esto es sólo un ingrediente más del panorama de oscuros nubarrones que se nos vienen en materia económica y fiscal, producto de acciones internas erráticas y de la crisis global", añadió.
Raudales consideró que los aumentos de salarios y subsidios asignados en 2008 por el gobierno a grupos gremiales y de agricultores, entre otros, carecieron de "un enfoque racional".
"Sólo reflejan lo mal que andan nuestras finanzas. Todo indica que los hondureños no hemos aprendido a ahorrar en época de bonanza y seguimos despilfarrando el dinero a lo loco", advirtió.
La Comisión Económica para América Latina (Cepal) estimó que el producto interno bruto de Honduras habrá crecido apenas 3,8 por ciento en 2008 y dos por ciento en 2009, en contraste con el 6,3 por ciento estimado cuando comenzó el actual gobierno, en 2006.
La agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) prevé, además, una caída en los ingresos por remesas desde el exterior, por turismo y por exportaciones no tradicionales.
A su vez, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) pronosticó un crecimiento del déficit fiscal, una caída de la inversión extranjera y una fuerte presión sobre las reservas internacionales.
Edwin Araque, presidente del estatal Banco Central de Honduras, dijo a IPS que esos pronósticos son "algo fatales y no es tan así". "La crisis mundial no nos golpeará tanto. Estamos pensando acciones anticíclicas frente a la crisis", sostuvo.
En cambio, Raudales afirmó que el gobierno peca de "cándido" al hablar de medidas anticíclicas.
Según los informes internacionales, los países preparados para afrontar la crisis "porque ahorraron en los tiempos de bonanzas son Chile, Brasil y México, en tanto Honduras, Nicaragua, Argentina, Ecuador y Venezuela, tendrán que pagar las consecuencias" de sus gastos.
Hace cinco años, la deuda externa de Honduras, de más de 4.000 millones de dólares, fue condonada, pero según Mauricio Díaz, coordinador del no gubernamental Foro Social de la Deuda Externa, todo indica que ese monto ha "sido remontado" por el actual gobierno.
El Foro alertó que el nivel de endeudamiento "puede ser similar o mayor a lo perdonado". "Estamos mal, y el mayor endeudamiento ahora es interno", comentó Díaz a IPS.