CUBA: Festejos con mirada hacia el futuro

Protagonistas de la Revolución Cubana, que en la víspera llegó a su medio siglo, regresaron a la oriental ciudad de Santiago de Cuba para una celebración marcada por la austeridad y la expectativa por el porvenir del proceso cuando falte la dirección «histórica» del país.

Desde el mismo escenario en que el histórico líder Fidel Castro proclamó la victoria de su insurrección armada el 1 de enero de 1959, su hermano menor y compañero de lucha, Raúl, exhortó el jueves a los dirigentes del futuro a no sucumbir ante "los cantos de sirena del enemigo", permanecer unidos junto al pueblo y aprender de "la historia".

Raúl Castro, en la presidencia de Cuba desde febrero pasado, retomó una preocupación que parece rondar desde hace un tiempo a la generación que hizo y comanda hasta hoy la Revolución y alertó que los venideros encargados de conducir el país "pudieran terminar siendo impotentes ante los peligros externos e internos".

"Corresponde a la dirección histórica de la Revolución preparar a las nuevas generaciones para asumir la enorme responsabilidad de continuar adelante con el proceso revolucionario", dijo Raúl Castro en su discurso por el 50 aniversario celebrado en Santiago de Cuba, ubicada 847 kilómetros al este de La Habana.

El gobernante citó palabras de su hermano, de 82 años, el gran ausente del festejo oficial debido a su estado de salud, cuando el 17 de noviembre de 2005 advirtió que, si bien Cuba es "invulnerable" militarmente ante el enemigo externo, en referencia a Estados Unidos, corre el riesgo de "autodestruirse".
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Debemos tener muy presente lo que Fidel nos dijo a todos, pero especialmente a los jóvenes, en la Universidad de La Habana. "Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra", recordó Raúl Castro.

El mandatario hizo un recuento histórico desde la lucha por la liberación del coloniaje español hasta la etapa actual en que "una tras otra, todas las administraciones norteamericanas (estadounidenses) no han cesado de intentar forzar un cambio de régimen en Cuba, empleando una u otra vía, con mayor o menor agresividad".

Al respecto, Raúl Castro se abstuvo de reiterar sus ofertas de diálogo con el futuro gobierno de Barack Obama, quien asumirá la presidencia de Estados Unidos el 20 de este mes, y, en cambio, insistió en que la victoria revolucionaria ha sido "doblemente meritoria, porque se logró a pesar del odio enfermizo y vengativo del poderoso vecino".

"Resistir ha sido la palabra de orden y la clave de cada una de nuestras victorias, durante este medio siglo de ininterrumpido batallar, en que hemos partido invariablemente de jugarnos nuestra propia piel, sin dejar de reconocer la amplia y decisiva solidaridad recibida", dijo.

Raúl Castro, de 77 años, ha estado junto a su hermano Fidel desde el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1956, un fracaso militar que sin embargo marcó el inicio de la lucha insurreccional que derrocó a la dictadura de Fulgencio Batista, el 1 de enero de 1959.

En su opinión, la Revolución es hoy "más fuerte que nunca", pero eso no significa que los peligros que la acechan hayan disminuido. "No, no nos hagamos ilusiones. Cuando conmemoramos este medio siglo de victorias, se impone la reflexión sobre el futuro, sobre los próximos 50 años que serán también de permanente lucha", dijo. Entre las fórmulas para enfrentar peligros como el previsto por Fidel Castro hace más de tres años, el mandatario consideró que los "dirigentes del mañana" no deben olvidar nunca que "esta es la Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes".

Que tampoco "reblandezcan con los cantos de sirena del enemigo y tengan conciencia de que por su esencia, nunca dejará de ser agresivo, dominante y traicionero; que no se aparten jamás de nuestros obreros, campesinos y el resto del pueblo; que la militancia impida que destruyan al Partido" (Comunista de Cuba, en el poder)", sentenció.

Agregó que, si los dirigentes del futuro "actúan así, contarán siempre con el apoyo del pueblo, incluso cuando se equivoquen en cuestiones que no violen principios esenciales", de lo contrario, no tendrán la fuerza necesaria ni la oportunidad para rectificar, pues "les faltará la autoridad moral que sólo otorgan las masas a quienes no ceden en la lucha".

En tal caso, pueden "terminar siendo impotentes ante los peligros externos e internos, e incapaces de preservar la obra fruto de la sangre y el sacrificio de muchas generaciones de cubanos", alertó el presidente Castro en sus palabras, trasmitidas a todo el país por radio y televisión al anochecer del primer día de 2009.

El gobernante también subrayó que las revoluciones sólo avanzan y perduran cuando las lleva adelante el pueblo y, haber "comprendido esa verdad y actuado invariablemente en consecuencia con ella, ha sido el factor decisivo de la victoria de la Revolución Cubana frente a enemigos, dificultades y retos en apariencia invencibles".

La preocupación por la sucesión generacional también concentró la atención de los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular en sus sesiones de diciembre de 2005 (un mes después del alerta de Fidel Castro) y motivó una extensa intervención, entre otras, del canciller Felipe Pérez Roque, nacido en 1965.

En aquel entonces, el jefe de la diplomacia cubana exhortó a no olvidar que en Europa del Este el socialismo desapareció, siendo derrotado "de un día para otro", y advirtió que es necesario "conservar" la "invulnerabilidad en lo ideológico y lo político" cuando ya no exista la generación histórica que hizo la Revolución.

Por estos días llamó la atención la falta de nuevos artículos de Fidel Castro, quien con motivo de las "bodas de oro" de la Revolución se limitó a un mensaje muy breve. "Al cumplirse dentro de pocas horas el 50 Aniversario del Triunfo, felicito a nuestro pueblo heroico", escribió.

El histórico líder está alejado de la vida pública desde fines de julio de 2006, cuando cayó gravemente enfermo. A principios de este año desistió de una nueva reelección como presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, cargo para el que fue elegido Raúl Castro.

Sin embargo, conserva el cargo de Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), que en el segundo semestre de este año debe realizar su sexto Congreso, encargado de trazar los lineamientos políticos, económicos y sociales del país para el quinquenio siguiente a su realización.

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