TAILANDIA: Violencia acaba con mito de unidad

Las historias de peleas entre hombres durante una noche de alcohol se ven con frecuencia en la prensa de Tailandia. Pero el asesinato de Somchai, de 37 años, es parte de algo más ominoso.

Su muerte está relacionada con la creciente violencia entre los simpatizantes del gobierno y la oposición derechista.

El 27 de noviembre, Somchai y dos amigos bebían a la vera de una carretera en una zona residencial del pueblo industrial de Samut Prakan, al sur de Bangkok. Eran poco más de las 22.00 horas, y conversaban indignados sobre el bloque al aeropuerto internacional de Bangkok, que comenzó el 25 de noviembre y continúa.

La medida, adoptada por manifestantes de derecha, ahoga el turismo y, por ende, la economía.

Fue entonces que apareció Boonrak, un hombre de 70 años de ese vecindario, según un relato difundido en el periódico Daily News. Había escuchado al pasar lo que decían Somchai y sus amigos, y no estaba de acuerdo con ellos.
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Según el diario, Boonrak regresaba a su casa luego de pasar todo el día en el aeropuerto internacional, apoyando a los manifestantes de derecha. Boonrak intentó convencer a Somchai y a sus amigos de que estaban equivocados, pero los tres hombres lo ignoraron.

Boonrak se fue a su casa, regresó con un arma y les disparó. Somchai, que recibió un tiro en la sien, falleció camino al hospital. Sus dos amigos también resultaron heridos, pero sobrevivieron.

Los asesinatos de este tipo son cada vez más frecuentes en medio de la tensión política. Las víctimas pertenecen tanto a los oficialistas como a los opositores.

El día previo al asesinato de Somchai, simpatizantes del gobierno asesinaron con un cuchillo a un firme partidario del movimiento antigubernamental, en la septentrional ciudad de Chiang Mai.

"Lo golpearon 15 veces antes de matarlo", señaló Terdsak Jiamkitwattana sobre su padre, Settha, en una demanda presentada ante el Comité de Derechos Humanos del Senado, según los medios locales.

El domingo, 48 personas resultaron heridas en un ataque con explosivos antes del amanecer frente la oficina del primer ministro, donde opositores se manifestaban. Antes había sido perpetrado otro atentado en el mismo lugar.

Y también hubo un ataque con granada contra el local donde funcionaba una estación de televisión satelital, portavoz de la oposición.

Los temores de que se agrave la violencia aumentaron esta semana, luego de que se informara que la policía se apoderó de automóviles de militantes antigubernamentales en los que llevaban armas e insumos para un ataque.

Un vehículo capturado el viernes tenía una metralleta Uzi, armas caseras, municiones, hondas, chalecos a prueba de balas y barras de metal, dijo a IPS una fuente policial. En su exterior, el automóvil estaba identificado como perteneciente a la Cruz Roja.

Las metralletas Uzi pueden haber procedido del arsenal de la unidad especial de la policía en la oficina del primer ministro, agregó la fuente. Dicha oficina ha estado ocupada por manifestantes opositores desde fines de agosto.

Pocos días antes de incautado el vehículo con las armas hubo un enfrentamiento entre oficialistas y opositores en el norte de Bangkok. Hombres del movimiento antigubernamental fueron filmados disparando a sus contrincantes.

La antigubernamental Alianza Popular para la Democracia (PAD) es respaldada por tailandeses urbanos de clase media, realistas y la elite afianzada. Su agenda política, que cuenta con apasionados seguidores, contradice su nombre: la PAD exige un golpe militar, que sería el número 19 en el país.

Su exitoso sitio al aeropuerto de Bangkok fue el último de una serie de operaciones similares que fueron posibles gracias a la impunidad de la que goza para infringir las leyes tailandesas. Con este bloqueo, la PAD quiere derrocar a la coalición de gobierno elegida en diciembre de 2007.

Esto ha agravado la ira en muchos baluartes oficialistas, la mayoría de los cuales están en los cinturones más pobres del noreste del país, como Khon Kaen.

"Está claro que entre muchas personas hay una impaciencia creciente contra la PAD", dijo David Streckfuss, académico estadounidense experto en cultura política tailandesa, actualmente radicado en Khon Kaen.

"Personas que normalmente no se interesaban en la política, como la mujer que vende pollo asado, el sastre, el propietario de un restaurante de camarones, se están involucrando más. Se están enojando cada vez más con la PAD", declaró a IPS.

En efecto, los enfrentamientos entre tailandeses por las diferentes ideologías políticas "hicieron añicos el mito de unidad que había sido disimulado en muchas grietas sociales y políticas. Fue un mito propagado por las elites, cuya idea de unidad tailandesa era de sumisión de los pobres ante los ricos", agregó Streckfuss.

Chaturon Chaiseng, ex ministro y simpatizante del gobierno, advirtió que hay más enfrentamientos por delante, dado que el clima político empeora.

"El país verá cada vez más violencia", dijo.

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