El bipartidismo de Honduras, encarnado por el gobernante Partido Liberal (PL) y el opositor Partido Nacional (PN), escogió el domingo a sus candidatos a la Presidencia, parlamento y alcaldías, que competirán en los comicios generales de 2009, en un ambiente de baja participación.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) sostuvo que en el PL, resultó triunfadora la corriente del vicepresidente Elvin Santos, inhabilitado para postularse y subrogado como candidato por el abogado Mauricio Villeda, según datos parciales del escrutinio.
Las autoridades electorales inhabilitaron la postulación de Santos, pues entienden que la Constitución veda esa posibilidad al vicepresidente o a quien haya ejercido la titularidad del Poder Ejecutivo.
Para eludir la prohibición, Santos renunció en noviembre a su cargo, pero el parlamento rechazó su renuncia pues no existía "causa justificada", como una enfermedad, que le impidiera ejercer sus funciones. Entonces, el vicepresidente emprendió una batalla en los tribunales para conseguir su habilitación.
Villeda, hijo de un ex presidente liberal, logró la simpatía del electorado de su partido, imponiéndose a Roberto Micheletti, presidente del Congreso y preferido del mandatario Manuel Zelaya.
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En el PN, el triunfo fue para el movimiento de Porfirio Lobo Sosa, ex presidente del Congreso y quien por segunda vez busca la Presidencia de Honduras.
En este país, sólo el PL y el PN siguen la tradición de celebrar comicios internos para seleccionar a sus candidatos.
Pese a los llamados de los partidos políticos y de observadores nacionales e internacionales a vencer el abstencionismo, las elecciones internas se caracterizaron por la escasa concurrencia a las urnas, lo que obligó al TSE a prorrogar en una hora el funcionamiento de los centros de votación.
El analista Juan Ramón Martínez dijo a IPS que si partimos de que fueron convocados más de cuatro millones de hondureños y "los partidos no logran sacar en conjunto más de un millón de votos, los resultados son preocupantes porque estamos ante un mensaje del electorado de descrédito en la clase política".
"De la declaratoria final de resultados que nos diga el Tribunal Electoral veremos si se mantiene la tendencia", acotó.
En mayo, la autoridad convocó a las urnas a 4,2 millones de electores, de los que 214.000 fueron excluidos por estar inhabilitados y más de medio millón se encuentran en el extranjero en calidad de inmigrantes, según estimaciones.
Adán Palacios, del Mirador Electoral, un consorcio de organizaciones sociales y académicas que observó el desarrollo del proceso, dijo a IPS que en términos generales las elecciones concurrieron con tranquilidad y la jornada "fue una muestra ejemplar de civismo y democracia".
Sin embargo, la baja asistencia "debe llamar a la reflexión a los partidos políticos", estimó.
Unas 70.000 urnas fueron instaladas en unos 5.500 centros de votación en los 18 departamentos del país. El costo de las elecciones, según cifras preliminares, fue de 26 millones de dólares, de los que 15 millones fueron erogados por el Estado y el resto por los dos partidos políticos que concentran por ahora la mayor fuerza del electorado.
En 2005, las elecciones internas tuvieron un costo de 6,3 millones de dólares, y a la misma acudieron más de 1,7 millones de los 3,9 millones de electores convocados.
Los candidatos electos por el PL y el PN prometieron mejorar la "calidad" de sus propuestas políticas, al tiempo que hicieron llamados a la unidad interna.
"No hay que detenerse en si hubo o no mayor abstención, lo importante es que los votantes ratificaron que el sufragio es el mejor lenguaje de los hombres y mujeres del país para vivir en democracia", dijo a IPS presidenta del Consejo Central Ejecutivo del PL, Patricia Rodas.
Los comicios del domingo se caracterizaron por estar precedidos de una de las campañas políticas más vacías de los últimos 26 años, según el sociólogo Sergio Suazo. "Su pobreza solo refuerza que estamos ante una clase política tan baja que acude a cualquier recurso antes de elevar su discurso", dijo.
"Predominaron el folclorismo, y los mensajes se centraron en llamar a votar por una cara joven, rejuvenecida, en donde la imagen se impuso a los contenidos", explicó Suazo a IPS.
En noviembre de 2009, la ciudadanía deberá elegir un nuevo gobierno, emergido de las ofertas de los cinco partidos políticos legalmente inscritos.