Una organización pakistaní declarada terrorista por el Consejo de Seguridad de la ONU insiste en que su labor es humanitaria y anunció que apelará las sanciones en su contra ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
El Consejo proscribió a Jamaat-ud-Dawah (JuD) hace dos semanas a instancias de India, que la acusó de representar al grupo extremista Lashkar-e-Taiba (LeT) al que atribuye la serie de atentados en que murieron unas 200 personas en la ciudad india de Mumbai (ex Bombay) a fines de noviembre.
El líder de JuD, Hafiz Saeed, negó antes de ser sometido a arresto domiciliario cualquier conexión con los atentados. "Desafiaremos la decisión ante la CIJ. No mendigaremos justicia. La exigiremos", dijo.
Por su parte, el portavoz de la organización, Abdullah Muntazir, dijo a IPS en entrevista telefónica que su grupo también prepara la apelación del arresto de Saeed ante la justicia en la ciudad de Lahore.
Además de disponer sanciones, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) declaró terroristas a cuatro miembros de JuD, incluido el sospechoso de haber ideado los atentados en Mumbai, Zaki-ur-Rehman Lakhvi, lo cual obliga a los países miembros del foro mundial a congelar sus bienes.
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Estados Unidos, y luego Gran Bretaña y Francia, reclamaron en dos oportunidades este año que se declarara a Saeed terrorista, pero China se resistió a la medida.
El gobierno pakistaní cedió a la presión internacional y la semana pasada puso a Saeed en arresto domiciliario. De todos modos, se quejó de que India se ha negado a compartir información y evidencias sobre los atentados en Mumbai.
"Si India no cambia su actitud, Pakistán tratará de retirar a JuD de la lista", dijo el canciller Shah Mahmood Qureshi. Además, según diversas versiones, informó que el trabajo humanitario de JuD no será clausurado.
La secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, reclamó a Islamabad completa adhesión a la disposición del Consejo.
El Comité de Sanciones de la ONU listó en 2005 a LeT en su nómina de "organizaciones terroristas" afiliadas a la red extremista Al Qaeda.
Muntazir declaró: "JuD no tiene vínculos con Al Qaeda ni con Talibán, y el Comité de Sanciones violó su mandato al proscribirnos."
Pakistán prohibió las actividades de LeT en 2002, pero, según expertos, la organización continúa operando con otros nombres.
La proscripción fue para "llenar el ojo", dijo el periodista pakistaní Ishtiaq Ali Mehkri, quien trabaja para el diario Khaleej Times, de Emiratos Árabes Unidos. Mehkri acusó a las agencias de inteligencia de su país de mantener viva la cultura extremista.
"No hay razón para dudar sobre el nexo entre LeT y JuD. Esto fue un trabajo artesanal de las agencias de inteligencia del ejército, que, de un modo u otro, procuran que los violentos sigan en cuerpo político del país", sostuvo.
"El gobierno está en aprietos y da marcha atrás, porque no quiere irritar a nadie. Por lo tanto, hace declaraciones políticas para aplacar a las masas. Pero su acción es muy diferente de sus discursos", sostuvo Muntazir.
El periodista Zahid Hussain pronosticó que, en última instancia, el gobierno deberá tomar la decisión de "reprimir duro" a los combatientes, no tanto "para apaciguar a la comunidad internacional sino en el interés del país".
Los extremistas fueron patrocinados por gobiernos y por las fuerzas armadas en los últimos 20 años, según Hussein, como "herramienta para manejar su política internacional" en relación con Cachemira y Afganistán.
En su libro "Frontline Pakistan", Huissein evaluó que miles de extremistas, entonces considerados "combatientes por la libertad", participaron en actos violentos en Cachemira con el conocimiento y el apoyo de las agencias de inteligencia del ejército pakistaní.
Luego de los atentados contra Nueva York y Washington del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos presionó al entonces dictador militar pakistaní Pervez Musharraf para que reprimiera a las organizaciones insurgentes.
Algunas de ellas, como Jaish Mohammad, Harkatul Mujahideen y Lashkar-e-Jhangvi, cambiaron de fachada y resucitaron como grupos más pequeños.
Según Mehkri, el único propósito de estas organizaciones es "mantener el dominio de las agencias de inteligencia militar sobre la sociedad civil y el parlamento".
Para este periodista, es significativo que el primer ataque en Mumbai se haya registrado apenas 48 horas después de que el presidente pakistaní Asif Ali Zardari hablara públicamente de paz con India, ofreciendo un compromiso de no agresión.
Pero Hussain consideró que "LeT siempre fue muy diferente" a los grupos extremistas, pues "nunca asumió una posición de enfrentamiento ni cuestionó la autoridad".