Los discursos de los diplomáticos en los foros multilaterales por lo general emplean concesiones en las primeras palabras, reconociendo algún mérito del sujeto examinado, para de inmediato descargar la andanada de críticas que traen preparada.
Esa estructura siguieron casi la totalidad de delegados gubernamentales que el miércoles hablaron en la sesión dedicada a las violaciones de los derechos humanos en Colombia, celebrada en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Las intervenciones de más de 40 oradores se abrieron con expresiones de aceptación a los esfuerzos desplegados por el gobierno de Colombia en aras de la aplicación de los derechos humanos en el país sacudido por casi medio siglo de guerra civil.
A renglón seguido, los mismos diplomáticos enumeraron las dificultades de las autoridades colombianas para terminar con violaciones numerosas, frecuentes y tan graves como asesinatos, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, torturas y otros abusos de calibre parecido.
Adrien-Claude Zoller, un veterano experto suizo que preside actualmente el centro de formación internacional Ginebra por los Derechos Humanos, describió a IPS los rasgos del discurso escuchado durante el Examen Periódico Universal de la situación en Colombia.
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Por lo pronto, ningún país tomó la palabra solamente para defender a Colombia, dijo Zoller. "Ninguno", repitió convencido. En consecuencia, el tono empleado por todas las delegaciones fue más o menos el mismo, agregó.
Es decir que cada uno de los oradores sabe que en Colombia hay problemas serios de derechos humanos, dedujo el experto.
Es la primera vez que se registra esta coincidencia desde que a comienzos de este año empezó a funcionar el Examen Periódico Universal, un mecanismo creado por el Consejo de Derechos Humanos para verificar el acatamiento en esta materia de los países miembros de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Esta singularidad me parece muy importante, subrayó Zoller. "La mayoría de los problemas graves que hay en Colombia han sido evocados durante el debate", observó.
Los países europeos siguieron esa línea, de reconocer ciertas mejoras en la situación de los derechos humanos en Colombia, pero recalcaron de inmediato que "subsisten serias preocupaciones", como lo hizo el delegado de Dinamarca.
El número de indígenas muertos por la violencia en Colombia es alarmante, dijo el representante de Copenhague, quien alertó que por esa razón algunas comunidades de pobladores nativos se encuentran al borde de la extinción.
El mismo delegado mencionó el uso generalizado de la tortura por las fuerzas de seguridad colombianas y reclamó que Bogotá ratifique el protocolo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
Canadá resaltó la gravedad de las violaciones que se cometen en Colombia y puso el acento en las ejecuciones extrajudiciales. Irlanda aludió a esos mismos abusos y declaró su inquietud porque esos asesinatos han sido atribuidos a las Fuerzas Armadas colombianas.
A su vez, Australia relató que miembros de las Fuerzas Armadas mantienen vínculos con los grupos armados irregulares o actúan con aquiescencia respecto a esas formaciones.
Bélgica mostró preocupación por declaraciones del gobierno colombiano que ponen en cuestión la independencia de la Corte Suprema de Justicia.
España, que en los últimos tiempos había respaldado algunas políticas del presidente derechista Álvaro Uribe en la materia, tomó distancia y se mostró preocupada por el giro de los acontecimientos en ese terreno.
La delegación española recomendó al gobierno colombiano que asegure el diálogo con importantes sectores de la sociedad civil, "dejando de lado discursos estigmatizadores y los señalamientos injustificados de una y otra parte".
El representante de Uruguay recomendó al gobierno colombiano que dé estrictas órdenes a las fuerzas de seguridad para que no confundan y califiquen de "terroristas" a quienes en realidad son defensores de los derechos humanos y activistas de organizaciones no gubernamentales.
Desde altas esferas se ha estimulado esta falsa confusión, con resultados trágicos, dijo el delegado de Montevideo.
Zoller reprochó al vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, quien encabezó la delegación de su país, por haber acusado a las organizaciones no gubernamentales de no querer participar en el proceso, "lo que no es totalmente verdad", dijo.
Hay una gran diversidad entre los miembros de la sociedad civil colombiana que vinieron a Ginebra para asistir a la sesión, dijo el experto suizo. Además, en Colombia se producen desapariciones. Entonces, "¿quién garantiza que la mayoría de los que han llegado este año volverán el venidero?", se preguntó.
Ya conocemos la historia y todo el mundo lo sabe aquí. Por eso este no es el lugar ni el momento para que el vicepresidente ataque a "los que no tienen voz y que están presentes", dijo.
El mecanismo del Examen Periódico Universal determina que, en el grupo de trabajo de ese sistema que prepara los informes definitivos de cada país, las organizaciones de derechos humanos sólo pueden exponer sus denuncias a través informes presentados a la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Uruguay observó que en Colombia persisten las violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario. Las fuentes de esos abusos son los grupos armados paramilitares, las distintas fuerzas guerrilleras y también las Fuerzas Armadas del Estado, sostuvo el delegado uruguayo.
Ayda Quilcué, consejera mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca, departamento del sudoeste colombiano, declaró a IPS que los pueblos indígenas, los afrocolombianos y la sociedad civil aprecian la importancia del examen sostenido en Ginebra. Muchos países se interesaron por hacer preguntas y algunas recomendaciones, observó.
"Esas recomendaciones nos servirán como herramientas para hacer el seguimiento en el interior del país", dijo. Me voy satisfecha por haber comprobado el nivel diplomático que hay en el mundo, porque se desnudó la problemática de la sociedad civil y de los indígenas, lo cual es importante para nosotros, concluyó.